La defensa de Rubiales cuestiona a Jenni Hermoso: “¿Te dan un beso que te ha dado asco y te despides con una sonrisa?”

El juicio contra Luis Rubiales por el beso que impuso a Jenni Hermoso y por la supuesta trama que urdió después en el seno de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para tratar de acallar la polémica avista ya el final. Tras la exposición de las conclusiones de las acusaciones, se ha iniciado en la Audiencia Nacional el turno de las defensas de los acusados. La primera en intervenir ha sido la abogada de Rubiales, Olga Tubau, que ha pedido su absolución.
En sus conclusiones, la letrada ha tratado de desacreditar el relato de la futbolista, que dejó claro que el beso no había sido consentido. Con ese objetivo, Tubau ha intentado evidenciar que su actitud tras el beso demuestra que no se consideraba víctima de una agresión sexual. “La reacción frente a un intento de delito contra la libertad sexual consumado, aunque pueda ser sutil, controlada, no se puede dominar. El rechazo es instantáneo. ¿Te dan un beso que tú no has querido y en ese momento te da asco y te despides con dos palmadas en los costados y con una sonrisa?”, ha afirmado la abogada.
Es una cuestión que ya sobrevoló durante el interrogatorio a la jugadora, cuando Tubau le preguntó por los vídeos en los que, después de la entrega del trofeo, aparecía celebrando la victoria y bromeando, también con el beso. “No tengo que estar llorando en una habitación para entender que no me gustó”, respondió ella mostrando que su reacción no invalida sus sensaciones en ese momento y desafiando los estereotipos que construyen un “tipo ideal de víctima”.
Sin embargo, la defensa de Rubiales ha tratado durante su alegato final de ahondar en esta tesis en lo que ha parecido un intento de rebatir el informe de la fiscal del caso, Marta Durántez, que el jueves cargó contra esos estereotipos. “¿Hasta cuándo vamos a estar exigiendo a la víctima de una agresión sexual un comportamiento heroico? ¿Acaso no tenía derecho a celebrar un triunfo deportivo de tal entidad?”, dijo la fiscal. Tubau ha rebatido que el “comportamiento posterior de la víctima” puede servir para obtener elementos que refuercen las tesis exculpatorias. “El 'yo sí te creo no puede llevarse a los tribunales”, ha aseverado.
A juicio de la defensa de Rubiales, el hecho de que “una víctima de agresión sexual haga broma de lo que ha sido la conducta constitutiva de la agresión sexual es muy poco coherente con ese sufrimiento en el que caen inmediatamente las personas que han tenido que pasar por una situación tan extraordinariamente terrorífica”.
En esta misma línea, la abogada se ha referido a la entrevista que la jugadora ofreció a la Cope, donde dijo que el beso fue inesperado y que no le había gustado, pero que se iba a quedar en una anécdota; a las intervenciones de su hermano en dos programas quitándole hierro al asunto; y a un vídeo aportado recientemente a la causa y en el que Hermoso y el resto de jugadoras aplauden un discurso de Rubiales. “No se aplaude a un agresor sexual”, ha dicho la abogada.
El relato de las jugadoras
Tubau también ha buscado desacreditar los testimonios de las cuatro compañeras de Hermoso en la selección que comparecieron como testigos y que coincidieron en que compartió con ellas ya en el avión que trajo de vuelta al equipo a España la situación de tensión que estaba viviendo y en que la vieron afectada tanto en ese momento como en los días posteriores.
“Se la veía muy agobiada. En el autobús estaba alucinando y en el avión ya estaba enfadada, nos decía que no la dejaban, que no paraban (...). Se puso a llorar de agotamiento”, relató Alexia Putellas. Pero Tubau ha rebatido que quien ha sufrido una agresión sexual “no está extrañada o sorprendida, está indignada, sufre dolor moral, está o furiosa o abatida”.
La abogada también ha mantenido que “quien ha sufrido una agresión sexual no necesita la validación de terceros para llevarle al convencimiento de que así ha sido”, en clara alusión a lo dicho por las jugadoras, que relataron cómo su compañera “contaba mucho” lo que había ocurrido buscando ver su reacción.
Más allá de estas consideraciones, el informe de la defensa de Rubiales ha pivotado en gran parte sobre la cuestión del consentimiento. En este punto, la penalista ha defendido que hay “dos pruebas” que acreditan que Jenni Hermoso dio su consentimiento: un vídeo en el que supuestamente dijo “pues vale” cuando una compañera le preguntó en el vestuario “¿y tú qué has dicho?” mientras hablaban sobre el beso; y el informe pericial aportado por la defensa que afirma que Rubiales le preguntó “¿te puedo dar un besito?” antes de consumar la presunta agresión sexual y que la fiscal trató de desacreditar al considerar que estaba “completamente manipulado”.
Tubau ha acabado su alegato reclamando una sentencia absolutoria. Y ha advertido: “No podemos confundir el pecado y el delito, lo social y moralmente rechazable, con lo penalmente condenable”.
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