El 28A deja la mayor presencia de diputadas en el Congreso de la democracia

Las elecciones generales del 28A dejan el Congreso más paritario de la democracia. Los resultados electorales configuran un Parlamento en el que el 52,6% de los escaños estarán ocupados por hombres y el 47,4%, por mujeres. Es el dato más elevado desde que volvió la democracia, 7,7 puntos por encima del anterior récord, que se registró en las generales de 2015, con un 39,7% de diputadas. En 2016, ese dato bajó ligeramente hasta el 39,4%.

Este dato deja a España entre los países de su entorno con más equilibrio de género en sus parlamentos. Alemania registra un 31% de mujeres; Finlandia, el 42%; Noruega, el 41%; Dinamarca, el 37%; Francia, el 40%; Italia, el 36%, Portugal, el 35%, Reino Unido, el 32% de diputadas, según los datos de 2018 recogidos por el Banco Mundial. En cabeza, Suecia, con un parlamento en el que el 46% de los escaños pertenecen a diputadas.

El partido con mayor porcentaje de diputadas elegidas -al margen de Coalición Canaria, cuyas dos únicas diputadas electas son mujeres- es Unidas Podemos, con casi el 55% de sus escaños ocupados por mujeres, seguido de PSOE (52%), PP (51,5%) y ERC (46,7%). Por debajo del 40% se encuentran Ciudadanos, Vox, PNV, JxCAT y Bildu. Un tercer grupo, formado por Compromís, Navarra Suma y el Partido Regionalista Canario, presenta un 100% de candidatos electos masculinos, si bien los escaños logrados por estas formaciones el 28A fueron 1, 2 y 1, respectivamente.

Hay dos puntos de inflexión que hicieron que la participación política de las mujeres en el Congreso aumentara a comienzos de los años 2000. El primero, en 2003: el Consejo de Europa hizo una recomendación para que los partidos políticos equilibraran la participación de hombres y mujeres en sus órganos de dirección y en sus candidaturas electorales. En las elecciones generales de 2004, el porcentaje de diputadas pasó a ser del 36% (ocho puntos más que en las de 2002, cuando fue del 28,3%).

El otro hito fue la aprobación de la Ley de Igualdad. La norma, impulsada por el Gobierno de Zapatero y fue aprobada definitivamente en 2007, reconocía el “principio de presencia equilibrada” en las listas electorales. Desde entonces, el conjunto de candidatos de un sexo no puede ser inferior al 40%.

El truco está en los cabezas de lista. La ley no obliga a que esa presencia equilibrada en términos absolutos se reparta en las posiciones que candidatos y candidatas ocupan en las listas. Por ejemplo, puede haber dos o tres hombres seguidos en las primeras posiciones de una candidatura.

En las listas electorales para este 28A, los hombres copaban los puestos de salida en las candidaturas de todos los partidos. El PP es la formación que más mujeres ha llevado en esta posición −el 45%−, frente a PSOE y Unidas Podemos −ambos el 42%− y Ciudadanos -el 39%-. En las listas de Vox, tres de cada cuatro cabezas de lista han sido varones.