CRÓNICA

La derecha y un juez, el último Gobierno de coalición en España

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“A la mierda”, dijo Yolanda Díaz en el escaño mirando a Pedro Sánchez después de su respuesta a Alberto Núñez Feijóo en la sesión de control del miércoles. En plan 'drama queen', Elías Bendodo, del PP, utilizó una intervención posterior para declararse escandalizado por lo que creía haber oído o más bien lo que le habían dicho que había oído: “Se pueden ir a la mierda todos. Esto no lo he dicho yo, esto lo ha dicho la vicepresidenta del Gobierno”. No exactamente. Pero tampoco nos vamos a poner exquisitos con lo que digan los representantes de la soberanía nacional en el Parlamento. Dónde se quedaría la diversión y esos momentos insólitos que nos ofrecen.

Además, esa es la actitud del Partido Popular después de enterarse de que el informe de la UCO en el juzgado que investiga a Begoña Gómez no ha encontrado ni una brizna de apariencia de delito en sus relaciones profesionales conocidas. A la mierda todo. Me paso por ahí lo que diga la unidad policial a la que el juez Juan Carlos Peinado pidió un informe en el caso que ha decidido abrir en su juzgado. Que les den a todos. Yo me he subido al caballo de la esposa del presidente y no voy a bajarme de ahí. Todas mis esperanzas de la campaña electoral de las europeas están puestas en el juez. Él me salvará.

Hubo un tiempo no muy lejano en que Feijóo fingía que no quería implicar a Begoña Gómez en la dura batalla política. Estaba haciendo un poco de teatro. Desde luego que está dispuesto a pasarla por la prensa para exprimir cada gota que pueda sacar en su beneficio. En esta sesión de control, fue evidente.

Feijóo y otros cinco diputados del PP se refirieron a ella, incluso con preguntas que no tenían nada que ver con el caso. ¿Pregunta sobre “gobernabilidad” en España? Begoña. ¿Sobre pobreza? Begoña. ¿Sobre “la estabilidad” del Gobierno de coalición? Begoña. ¿Sobre índices de criminalidad? Begoña. O Begoña se pone las pilas o el PP no va a sacar en las europeas el resultado que necesita.

Algunas de las sesiones de control del PP son como películas de Guy Ritchie. Todo el reparto está compuesto por actores de primer nivel en el grupo parlamentario. La violencia soterrada siempre está presente incluso en las cuestiones más intrascendentes. Frases atropelladas en las que no siempre está claro qué quiere decir cada uno. Una trama intencionadamente confusa. Mucho teatro a la hora de plasmar situaciones convencionales. Gritos. Amenazas. Y al final siempre aparece Vinnie Jones, es decir, Miguel Tellado, para abrirle la cabeza al enemigo.

Tras el bajón causado por el informe de la UCO de 160 páginas, el PP vio que tenía un problema. Salió rápido Cuca Gamarra para denunciar una supuesta conspiración con la intención de restar valor al trabajo de los agentes de la Guardia Civil. Ya se sabe que las instituciones son muy importantes hasta que dejan de ser útiles.

Antes, había sufrido otra derrota al comprobar que el juez que lleva el caso Koldo en la Audiencia Nacional se había negado a llamar a declarar a Gómez ni siquiera como testigo. Meter a la esposa del presidente en esa investigación fue lo que hizo PP desde el primer momento siguiendo el hilo que había trazado El Confidencial, por lo que se ve de momento sin mucho éxito.

Sólo le quedaba el juez Peinado, que cumplió con lo que se esperaba de él al aceptar investigar una denuncia del grupo ultraderechista Manos Limpias compuesta por recortes de prensa. Así se hacen las cosas en algunos juzgados. No es imprescindible que se suscriban a esos medios. Ya les llega el material por cortesía de ciertos abogados.

El discurso de combate del PP en el pleno incluía como gran revelación que Sánchez ya sabía que su mujer estaba siendo “investigada” cuando publicó la carta en la que planteaba la opción de dejar la política por el “acoso” que estaba sufriendo Gómez y que dejó al PSOE inmerso en un ataque de nervios. Le acusaron de ocultar que Gómez “tenía la condición de investigada”.

Como noticia de última hora, no resultaba muy espectacular. La información de que un juez había aceptado la denuncia de Manos Limpias salió en todos los medios desde primera hora de ese día. Así lo confirmó el gabinete de prensa de los juzgados madrileños.

En su famosa carta, Sánchez se refiere en más de una ocasión a esa investigación y dice por ejemplo que “un juzgado de Madrid ha abierto diligencias previas contra mi mujer”. Pero el PP lo vende como otra conspiración en la que Sánchez oculta hechos con el fin de presentarse a sí mismo y a su esposa como víctimas.

El truco del juez consistió en notificar la investigación a Begoña Gómez –tenía fácil encontrar su dirección– por si quería contratar a un abogado, pero sin llamarla a declarar como imputada, que es la práctica habitual. Cómo le iba a convocar para una declaración si no sabía qué preguntarle. Para esto, estaba el informe de la UCO con el que aspiraba a tener algo de materia prima, pero que ha dejado al magistrado en un estado similar al del PP. Por eso, ha reclamado a la UCO todos los documentos en su poder, porque seguro que a él se le ocurre algo al examinarlos.

Feijóo simuló que el contenido de la carta de Sánchez no existió. “Usted lo sabía y lo tapó”, dijo en el pleno. Esta es una frase reciclada de sus acusaciones sobre el caso Koldo y que ahora emplea en relación con Begoña Gómez. En el intento de mezclar los dos casos, nadie podía superar a Tellado. “¿Son ustedes el cártel de Cali como decía en una conversación grabada uno de los investigados?”, dijo. El cártel de Cali, nada menos.

Vinnie Jones estaría orgulloso de esta patada en la entrepierna en el centro del campo. Pasa el balón, pero no pasa el jugador.

Para aliviar un poco el día, el PP recibió una buena noticia con la respuesta de la Audiencia Provincial de Madrid al recurso del fiscal. Buena noticia a medias. Los jueces dictan que la presunta relación de Gómez con el rescate de Air Europa es “inverosímil” y contiene “datos erróneos”. Se basa en “una simple conjetura”, que es lo mismo que se puede decir de la primera información de El Confidencial. El PP ha puesto desde el primer día el foco en las ayudas a Globalia, dueña de Air Europa, y su relación con la esposa de Sánchez, que, según la Audiencia, se limita a haber coincidido en dos eventos. Esa es una puerta que se cierra para Peinado y el PP.

Con respecto a los contratos conseguidos por la UTE vinculada a un empresario, Carlos Barrabés, con el que Gómez tuvo relación profesional, la Audiencia sí estima que se puede instruir el caso, porque hay “datos objetivos suficientes que legitiman el inicio de la investigación”. En cualquier caso, no es habitual que una Audiencia impida una instrucción antes de que empiece la investigación propiamente dicha y suele dar un amplio margen a un juez para que inicie su trabajo.

La Audiencia reprocha al fiscal que se haya dado tanta prisa en presentar un recurso contra los primeros pasos de Peinado. Al juez le dice, como también era previsible, que no hay motivos para haber declarado secreta la instrucción. Así Peinado se calmará un poco, porque llegó a expresar su molestia personal en un auto por el hecho de que el fiscal acudiera varias veces al juzgado para enterarse de sus decisiones. Un fiscal en un juzgado. Pero dónde se ha visto algo así.

No será suficiente para levantar el ánimo en el PP. A última hora del miércoles, se supo que renuncia a llamar a declarar a Sánchez en la comisión de investigación del Senado antes del 9 de junio. Parecía una oportunidad fantástica ponerlo delante de senadores sedientos de sangre en la última semana de la campaña de las europeas.

Al final, le han vuelto a temblar las piernas a Feijóo en una campaña, lo que ya empieza a ser una costumbre. Imagina que llamas a declarar a Pedro Sánchez y te aparece PerroSanxe, se come a tus senadores y no deja ni los huesos. Si al menos Peinado tuviera una idea genial antes de que se vote el 9 de junio...