Las batallas en el PSOE no han terminado. La victoria de Pedro Sánchez culminó el enfrentamiento más duro por lo que ha atravesado el partido en los últimos años, pero tras el congreso federal empiezan en cascada los procesos autonómicos y locales, que se prolongarán durante los próximos meses. En los primeros se juegan su continuidad al frente de las federaciones varios presidentes autonómicos mientras que cinco barones, entre ellos Susana Díaz, han logrado revalidar ya sus puestos sin pelea.
El terremoto de la vuelta de Sánchez a Ferraz puso en alerta a los presidentes autonómicos que se habían posicionado mayoritariamente de parte de Susana Díaz en las primarias –todos excepto la balear Francina Armengol, que retiró a última hora su apoyo a Patxi López–. Sánchez se impuso en todos los territorios, excepto en Andalucía y Euskadi, que fueron para Díaz y López, respectivamente.
Pasado más de un mes, las aguas se han calmado ligeramente. Ximo Puig, que se quejó del “ataque” desde Ferraz al presentarse un candidato sanchista contra él, respira con cierto alivio tras lograr casi doblarle en número de avales –el paso previo a las primarias–. Aún así, el presidente valenciano tendrá que competir en las urnas el próximo 16 de julio.
Sánchez se impuso a Díaz en la Comunidad Valenciana con un 62% de respaldo frente al 28% de la presidenta andaluza –obtuvo en la región casi 900 votos menos que firmas–. Ese es el argumento que ha utilizado ahora el rival de Puig, Rafael García: “Acabaron los avales, comienza tu libertad. Pasadas las presiones mandas tú”, dijeron sus partidarios en las redes sociales.
Ferraz asume dificultades para vencer a los presidentes
Sin embargo, los sanchistas han asumido que ambos procesos son incomparables: los candidatos alternativos a los dirigentes territoriales no tienen el tirón de Sánchez y ellos tienen un mayor respaldo que Díaz, que despertaba muchos recelos incluso entre partidarios de los barones. En Ferraz reconocen que impulsar candidatos contra los presidentes autonómicos tiene altas probabilidades de fracaso, según reconoce un destacado miembro de la dirección a eldiario.es. De hecho, algunos dirigentes que apoyaron a Sánchez respaldan a Puig.
Guillermo Fernández Vara también tiene dos contrincantes para las primarias previstas para el 16 de julio en primera vuelta –el 23 habrá una segunda votación entre los dos más votados si ningún candidato logra el 50%–. Sus dos rivales han superado los avales necesarios para competir. En las filas socialistas dan por segura la victoria del presidente extremeño, a pesar de que una de sus oponentes, Eva Pérez, usa el apoyo de Fernández Vara a Díaz como baza y que presumió de que Sánchez había metido a su jefa de campaña en la Ejecutiva del PSOE.
También habrá primarias en los próximos días en otras tres federaciones socialistas. La que se prevé más dura es la de Cantabria, donde la vicepresidenta del Gobierno y líder del partido, Eva Díaz Tezanos, ha perdido la primera batalla de los avales, al quedar por detrás del sanchista Pablo Zuloaga. Aunque les separan solo 66 firmas, la participación en la recogida de avales asciende al 82% de la militancia, lo que prevé un enfrentamiento a cara de perro.
En La Rioja, donde César Luena renunció hace un par de años a continuar, también hay dos candidatos tras el trámite de avales. Paco Ocón, que es el continuismo y de la cuerda de Sánchez, lleva ventaja frente al susanista Félix Caperos. En Canarias hay tres precandidatos (aún no ha finalizado la recogida de avales): el exministro Juan Fernando López Aguilar, Patricia Hernández (representa al susanismo y fue vicepresidenta del Gobierno canario hasta la ruptura del acuerdo) y Ángel Víctor Torres.
Frente a las batallas en esas federaciones cinco barones han conseguido revalidar en los cargos sin pelea. Susana Díaz logró el aval de la mitad de la militancia andaluza; Idoia Mendia también fue la única en lograr los avales necesarios en Euskadi; y Luis Tudanca, Francina Armengol y María Chivite no tuvieron rival en Castilla y León, Baleares y Navarra, respectivamente. En el caso del PSC –partido hermano del PSOE pero autónomo–, Miquel Iceta ya fue reelegido en noviembre.
Lambán y García-Page, en reflexión
Javier Lambán es, junto a Ximo Puig, el presidente autonómico al que más ganas tienen los sanchistas, aunque la posibilidad de perder frente al poder institucional está sobre la mesa de Ferraz. El presidente aragonés aún no ha dicho si optará a la reelección, pero en el Gobierno existe el temor a que pierda un proceso interno que le incapacite para seguir al frente de la comunidad. Los socialistas aragoneses celebrarán el congreso en septiembre.
También Emiliano García-Page ha optado por dilatar el proceso dentro del margen que fijan los estatutos del PSOE (dos meses de margen desde la celebración del federal teniendo agosto por inhábil). El presidente de Castilla-La Mancha, que ligó su continuidad al frente del partido a la “foto” que saliera del proceso congresual, está en proceso de “reflexión”. Aún no ha dicho si se presentará o no, aunque el sanchismo no tiene candidato alternativo.
También los socialistas asturianos decidirán quién releva a Javier Fernández en septiembre. Los sanchistas promueven al alcalde de Laviana, Adrián Barbón, mientras que el sector oficial se decanta por el portavoz en el Ayuntamiento de Gijón, José María Pérez.
También el murciano Rafael González Tovar renuncia a seguir. Para sucederle a partir de septiembre suenan el alcalde de Alhama Diego Conesa, que ya hizo pública su candidatura; la diputada María González Veracruz y el diputado regional Joaquín López.
En Galicia habrá nuevo líder, dado que la federación está en manos de una gestora desde que dimitió por sus múltiples imputaciones José Ramón Gómez Besteiro. Tras la victoria de Sánchez, Gonzalo Caballero tiene posibilidades de ser el candidato.
En Madrid, la actual secretaria general, Sara Hernández, ha reiterado su intención de repetir en el cargo, pero los sanchistas le han dado la espalda después de su apoyo a Patxi López, que quedó tercero en la federación. El diputado José Manuel Franco reconoció que su decisión de dar un paso al frente dependería de la voluntad de Pedro Sánchez.