Dos de los vicepresidentes del Partido Conservador británico, Ben Bradley y Maria Caulfield, presentaron hoy su dimisión en desacuerdo con la política adoptada por la primera ministra, Theresa May, de cara al Brexit.
Los dos vicepresidentes de los “tories” se unen así a la tanda de dimisiones que el pasado domingo iniciaron el ministro para el Brexit, David Davis y su viceministro. Horas después presentó también su renuncia el titular de la cartera de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, y después el secretario privado del Ministro de Transportes, Chris Green, todos por el mismo motivo: la discrepancia con May respecto al Brexit.
El viernes la premier británica llegó a un acuerdo con su Gobierno para proponer la creación de un mercado común de bienes con la UE con cierta armonización normativa y aduanera, es decir, un Brexit “suave”.
Caulfield ha escrito hoy en su carta de renuncia que no puede apoyar “la dirección que están tomando las negociaciones del Brexit” porque, bajo su punto de vista, no se están aprovechando “todas las oportunidades” que la salida de la Unión Europea brinda al Reino Unido.
Para la hasta ahora vicepresidenta conservadora, la política adoptada por May será “mala para el país y mala para el partido” y traerá como consecuencia que el líder laborista, Jeremy Corbyn, acabe siendo primer ministro.
En la misma línea se pronunció Bradley, quien, aunque reconoció que votó por la permanencia en el referéndum del 23 de junio de 2016, en estos últimos dos años se ha dado cuenta de “las grandes oportunidades” que ofrece el Brexit.
Pero, a su juicio, el acuerdo adoptado el pasado viernes en Chequers, ha “dañado” esas oportunidades. “Estamos dando a Corbyn las llaves del número 10 de Downing Street”, aseguró el político.