Dina Bousselham, excolaboradora de Pablo Iglesias, ha presentado un escrito en la Audiencia Nacional en el que asegura que recuperó en buen estado una copia de la tarjeta del móvil que le habían robado. Bousselham niega de este modo que Iglesias destruyera la copia antes de entregársela, como se desprende de la conclusiones del juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, quien ha retirado la condición de perjudicado a Iglesias y ha declarado “apremiante” esclarecer la participación del vicepresidente segundo en el caso.
La copia había sido entregada por la revista Interviú a Pablo Iglesias al menos seis meses antes de que éste se la entregara a Bousselham. Bousselham cambia su versión, ya que había declarado ante el juez que cuando recibió el dispositivo, éste ya estaba dañado, habiendo accedido Iglesias a su contenido en el despacho del presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio Mosbah, quien se la entregó al político.
“Debo decir que cuando se me entregó, funcionaba, y comprobé que en su interior estaban contenidos de mi teléfono, y así, yo misma, con el fin de proteger mi intimidad, mi vida familiar y mi relación de pareja, accedí a los elementos de naturaleza más personal e íntimos de ésta, y por ello puedo indicar que inicialmente funcionaba bien si bien no contrasté ni analicé su contenido”, reza el escrito, al que ha tenido acceso eldiario.es, y en el que Bousselham evita mencionar a Iglesias.
La Fiscalía y el juez consideran que Bousselham ha cambiado de versión a lo largo de la causa y ponen de manifiesto que evitó decir a la Policía, en su declaración inicial, que había recuperado el contenido de la tarjeta del móvil robado. Ella se excusa en que lo que quería decir es que nunca recuperó la tarjeta original. “Nunca tuve un conocimiento o acceso sobre la totalidad del contenido de ésta”, asegura en la comunicación al juzgado.
“Cuando volví a tratar de acceder a ella (después de serle entregada y ver su contenido) dejó de funcionar, pudiendo haber quedado la misma afectada, y es, a partir de ahí, cuando no fucionaba y no pude volver a acceder, tratando de recupear la misma por mero interés personal, previo a ninguna cuestión judicial, procedimiento alguno, y desconociendo lo que sería la posterior aparición en un registro de los mismos materiales con igual origen en mi teléfono”, añade. Bousselham tampoco menciona al comisario José Manuel Villarejo, a quien se le incautó una copia tras ser detenido y motivo por el que se abrió una pieza separada.
El juez ya ha eximido de cualquier responsabilidad a los medios que publicaron contenido de la tarjeta robada a Bousselham (Okdiario, elconfidencial y El Mundo) porque, aunque apareció una copia en poder de Villarejo, Bousselham reconoció que los pantallazos los hizo ella y que se los envío a alguien, por lo que se abre el abanico de posibles filtradores, según el razonamiento de instructor y Ministerio Público, no pudiéndose afirmar que esas informaciones proceden de material robado.
Bousselham dice que todo ese material publicado “proviene y ha tenido origen en el móvil” sustraído. “Me ha provocado problemas personales y familiares habiendo sido yo víctima tanto del robo de información íntima como de exposición pública injustificada. Y ahora me encuentro ante una situación ajena al origen del presente procedimiento y a la realidad material del mismo”, concluye.