La futura dirección de Podemos Madrid tendrá que asumir líneas políticas que no defiende

En su Asamblea fundacional Podemos decidió a última hora modificar el sistema de votación para que los distintos documentos (organizativo, político y ético) pudieran ser elegidos “en pack”. Pablo Iglesias, por entonces candidato a la Secretaría General, aseguraba en la tribuna de la madrileña plaza de toros que si sus propuestas no ganaban daría un paso al lado. El motivo para ambas decisiones era el mismo: la coherencia política. Iglesias, Errejón, Monedero, Bescansa y Alegre, el equipo fundador de Podemos, tenían un modelo en mente. Y no iban a salir del confort de la universidad a la jungla política para dirigir otro. Dos años después, con un Podemos que redefine sus estructuras, las posiciones ya no son tan tajantes. Un ejemplo es Madrid, donde el próximo secretario general tendrá que asumir documentos que no ha defendido e incluso que son contradictorios entre sí en asuntos centrales como, por ejemplo, la relación con el PSOE y la formación de gobiernos conjuntos.

La votación de la primera fase de la Asamblea Ciudadana de Podemos en la Comunidad de Madrid se ha saldado con el triufo de Adelante Podemos con la Gente, el equipo liderado por Rita Maestre y Tania Sánchez. Se ha impuesto en nueve de los 11 documentos sometidos a discusión: Órganos autonómicos, Estructura territorial, Círculos, Participación y transparencia, Municipalismo y CUP, Igualdad, Acción institucional y Relación con los partidos. El de la Comisión de Garantías fue consensuado previamente por todos los participantes.

El último lo ganó Juntas Podemos, el proyecto de Ramón Espinar y Anticapitalistas. Y no es un documento baladí, sino uno de los más importantes: el Proyecto Político-Estratégico.

El resultado fue mayoritario para Adelante Podemos con la Gente, pero las diferencias en votos no son tan grandes como para no poder dársele la vuelta en las primarias de noviembre. Además, el sistema mayoritario impuesto por la Comisión de Garantías estatal puede dar como resultado una dirección casi monocolor.

El documento político tiene poca relevancia orgánica pero marca, en teoría, el rumbo del partido. Como también lo hacen los demás textos ya que, en mayor o menor medida, todos tienen componentes de carácter político, como la relación con otros partidos, con la sociedad civil o con las candidatura de unidad popular.

Las diferencias políticas entre Juntas Podemos y Adelante Podemos con la Gente son importantes, tal y como se pudo comprobar en el debate previo a la votación que organizó eldiario.es, donde la candidatura que lidera Espinar definió la situación actual de Podemos como “momento constituyente”, mientras la que encarna Tania Sánchez defendió “volver a los orígenes” del partido.

Desde la candidatura Juntas Podemos defienden que las diferencias organizativas son “de matiz” y recuerdan que su único documento ganador, el político, lo firmaban Espinar, Miguel Urbán e Isabel Serra, eurodiputado y diputada regional adscritos ambos a Anticapitalistas.

Uno de los elementos que enfrentan a ambos equipos es la forma de relacionarse con el PSOE. Así, mientras el documento político que ha ganado defiende que se evite la construcción de gobiernos conjuntos, en otros de los textos ganadores defendidos por Rita Maestre se fija una “relación laica” en la que se analice la cuestión caso a caso.

Algo similar ocurre con la confluencia. Adelante Podemos con la Gente, de Maestre y Sánchez, deja la decisión de cara a 2019 en manos de cada municipio, Juntas Podemos apuesta por una estrategia electoral común para toda la región de ir sí o sí en confluencia. Lo mismo de cara a las autonómicas.

Relacionada con ambas cuestiones está la dicotomía calle-institución, un debate que en Madrid reproduce los roles estatales. La candidatura Adelante Podemos con la Gente defiende posiciones cercanas a Íñigo Errejón, que apuesta por que el partido utilice su fuerza en los parlamentos y ayuntamientos para “demostrar” su capacidad de gobierno y administración. Juntas Podemos, próxima a Pablo Iglesias, ve más útil que la institución sirva de “palanca” para recuperar fuerza en la calle y que las movilizaciones sociales donde están los que sufren tengan más visibilidad y posibilidad de triunfar. Como dice Iglesias, “politizar el dolor”.

En el plano discursivo también hay diferencias. Eduardo Fernández Rubiño defendió en el debate en eldiario.es la necesidad de “hablar para las mayorías” sin dejar de lado los principios. Enfrente, Raúl Camargo hablaba de “tirar” del sentido común dominante a posiciones más transformadoras.