La inquietud por desvelar “la verdad” sobre la Operación Cóndor empujó al cineasta brasileño Cleonildo Cruz a viajar por los países del Cono Sur americano para registrar el doloroso testimonio de las víctimas, que casi 40 años después siguen buscando respuestas.
“El documental revisará la instauración de los regímenes totalitarios del Cono Sur americano y expondrá la significación de la Operación Cóndor, un operativo de muerte”, explicó Cruz en una entrevista con Efe.
“Operación Cóndor: verdad inconclusa”, el largometraje que se lanzará el próximo otoño austral, entrelazará los documentos de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) estadounidense, desclasificados en 1990, con el testimonio de los entrevistados e imágenes de archivo.
“De esta manera el espectador se podrá crear una imagen total de lo sucedido entre las décadas de 1970 y 1980, cuando tuvo lugar la Operación Cóndor, una acción coordinada por las dictaduras del Cono Sur americano para acabar con los opositores de los regímenes totalitarios”, sostuvo Cruz.
Esta operación de exterminio fue ideada por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) e iniciada en Santiago de Chile en 1975 con una reunión secreta entre Manuel Contreras, jefe de la Policía secreta chilena (DINA), y los líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Para Cruz, que se encuentra actualmente en Chile registrando las últimas grabaciones de su largometraje, esta última fase es “sumamente importante”, pues es en este país austral donde está entrevistando algunos de los testimonios claves de su documental.
Entre ellos, destacan Sofía Prats, hija de Carlos Prats, excomandante en jefe del Ejército de Chile asesinado en Buenos Aires; Juan Pablo Letelier, hijo de Orlando Letelier, canciller del Gobierno del presidente Salvador Allende y asesinado en Washington; y Laura Elgueta, hermana del desaparecido Luis Enrique Elgueta, músico y militante del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria).
“Esta es una película que muestra el dolor de las víctimas” señaló Cruz quien, después de recopilar más de 30 testimonios, asegura que, a pesar del paso del tiempo las “heridas siguen abiertas”.
Tras la desaparición de sus familiares, muchos de los entrevistados tuvieron que encontrar una estrategia que les permitiera relacionarse de nuevo con los dolorosos recuerdos, por lo que el proceso de recontarlo ante las cámaras “no ha sido nada fácil”.
“Muchos tuvieron que sobreponerse a las atrocidades que les sucedieron a ellos y a sus familiares para continuar la lucha por conocer la verdad”, señaló Cruz al mostrar las imágenes de la entrevista con Laura Elgueta.
En ellas, se puede ver a la superviviente chilena relatando, con gran entereza, los acontecimientos que sucedieron en julio de 1976 cuando su hermano fue detenido en Argentina, donde se había exiliado huyendo de la represión chilena.
Un año después de la trágica desaparición, Laura Elgueta, que entonces tenía 18 años y vivía en Buenos Aires, tras huir de la dictadura, fue detenida y torturada por agentes de la DINA, la Policía secreta de la dictadura de Pinochet que actuaba en Argentina en el marco del Plan Cóndor.
Según el brasileño, el documental desvela lo sucedido entre las décadas de 1970 y 1980, sin embargo, también constata que, desgraciadamente, esta realidad sigue siendo habitual en América Latina.
“A pesar de vivir en democracia, los gobiernos latinoamericanos ejercen el poder de forma autoritaria, convirtiendo la tortura, las agresiones y las desapariciones forzosas prácticas habituales”, manifestó Cruz, en referencia a la reciente desaparición de los 43 estudiantes de la localidad mexicana de Iguala.
Después de recorrer toda América Latina y el Caribe, el cineasta concluyó que “los derechos humanos aún no son política de Estado”, motivo por el cual la lucha por la verdad y la justicia sigue siendo altamente necesaria.
Una vez acabado el documental, Cruz desea que viaje por todas las escuelas y bibliotecas de América Latina y que el testimonio de vida de los entrevistados cubra el vacío del relato de unos hechos “que muchos otros no han podido contar”.