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Edmundo Bal: “Ayuso en realidad habla de la libertad de una parte de los madrileños en contra de los otros”

Esther Palomera

17 de abril de 2021 22:14 h

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Edmundo Bal (Huelva, 1967) no se irá al PP. Nunca. Dice que las personas en ocasiones dicen unas cosas y luego hacen otras, que a veces te sorprenden y a veces te defraudan, pero que no es su caso. Él no es Toni Cantó, ni Juan Carlos Girauta, ni Fran Hervías, ni siquiera la ambigua Marta Rivera de la Cruz. Él es de Ciudadanos, que no es lo mismo que estar en Ciudadanos. Unos lo son con la convicción de que el centro no es un espacio topográfico de la política, pero sí “el mejor de los mundos de la derecha y de la izquierda” y otros solo están de paso porque se arriman al sol que más calienta en busca de foco, influencia, poder o salario.

La que tiene por delante como candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Comunidad de Madrid es la maratón más complicada de cuantas ha corrido en sus 54 años porque los sondeos no le auguran siquiera el 5% de los votos necesarios para tener representación en la Cámara regional. Si fallaran las encuestas, tampoco aclara si dejaría el acta que hoy tiene de diputado en el Congreso para quedarse en la Asamblea. De momento, este rockero, motero, maratonista, “colchonero” y onubense que ha vivido en Madrid toda la vida no está dispuesto a rendirse. Y mientras llega el 4M, se empeña en que Ayuso aclare si prefiere a Vox como socio de gobierno y en reivindicar la política como espacio de entendimiento y de solución de los problemas ciudadanos. La contradicción entre dibujar al PP como sinónimo de Gürtel, Púnica y Lezo y empeñarse en reeditar la coalición con Ayuso no hay quien la entienda. Tampoco que hable de una presidenta que quiere solo la libertad de unos cuantos madrileños y no de todos y al tiempo pida entrada de nuevo en su Gobierno. Lean porque igual les convence -o no- lo que dice sobre Ciudadanos como garantía de que en el PP no haya corruptos, se apueste por las políticas sociales y haya transparencia.

En plena pandemia y en plena crisis económica, ¿dónde está la política? Y no le pregunto por las convocatorias anticipadas de elecciones, ni por las mociones de censura, ni por los políticos que van de sigla en sigla.

En 1936, claramente. En 1936, con las consignas, con eslóganes completamente vacíos y con los políticos no haciendo propuestas objetivas, independientemente de sus propias ideas, sus principios, sus valores o su ideología. Estamos ahora en una campaña electoral en Madrid, en donde se dice que no hay más que dos opciones:  “comunismo o libertad” o “socialismo o libertad”. Y quien lo dice se arroga la propiedad de la palabra libertad, cuando en realidad de lo que estaba hablando es de la libertad solamente de una parte de los madrileños en contra de los otros madrileños. Y, por el otro lado, exactamente igual: la lucha antifascista y ¡a las barricadas! Me he quedado francamente sorprendido y disgustado con un tuit que subió Pablo Iglesias el miércoles, que se conmemoraba el 90 aniversario de la República, para decir que estaba muy orgulloso de pertenecer a uno de los dos bandos de la Guerra Civil. Me hubiera gustado que dijera que estaba más bien en el bando de la Constitución de 1978, en los pactos de Estado, en los Pactos de la Moncloa, en realizar políticas para todos y no solamente para una parte de la sociedad. Bueno, pues en esas estamos. Luego nos llevamos las manos a la cabeza diciendo que el problema es la desafección de la ciudadanía con respecto a la política. ¿Cómo van a confiar en los políticos si al final los políticos terminan hablando de cosas que no importan a nadie? Por el otro lado, fíjate ayer en el pleno del Congreso, Sánchez hablando de la ultraderecha; Casado, insultando a Sánchez con ese tono bronco y un poco grosero que está últimamente ejercitando en la tribuna; Abascal, dando lecciones de historia y citando frases de Largo Caballero…. Yo pensaba: ¿A una persona que está en la UCI conectada a un respirador le importa esto? ¿A una persona que no cobra el ERTE porque no le ha llegado a tiempo, le importa esto? ¿A una persona que estando en la campaña de la renta no sabe ni cómo va a tener que tributar por el ERTE, le importa esto de verdad? ¿A la gente que está haciendo colas para conseguir una bolsa de comida, le importa esto de lo que estamos hablando? Bueno, pues Inés [Arrimadas] le preguntó a Pedro Sánchez sobre cosas concretas y determinadas: sobre cómo se iban a aplicar los fondos europeos en materia de sanidad, de educación, de transición ecológica, sobre el Plan Nacional de Reformas que el Gobierno de España todavía no ha presentado a Bruselas, y sobre la estrategia de vacunación. Y Pedro Sánchez no contestó. Llevo dos años en el Congreso y aún me quedo un poco atónito.

Hace no tanto, las principales preocupaciones de los ciudadanos eran la inseguridad ciudadana y el terrorismo. Hoy son los políticos. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Un político lo que tiene que hacer es encontrar soluciones. Eso me afecta directamente a lo más profundo de mí, porque yo soy abogado del Estado, pero al fin y al cabo un abogado normal. ¿Qué hace un abogado? Resuelve problemas, no los crea. Si un abogado se dedica a crear problemas, mal abogado. Pues un político tiene que hacer lo mismo. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Siempre he creído en esa política que inventaron los griegos hace 2.500 años y, por eso, yo que solo llevo dos años en política, me pregunto: ¿Es que no van a cambiar nunca? ¿Es que el PP, el PSOE, Vox y Podemos, y todos los demás partidos un poco más minoritarios no van a cambiar nunca? ¿Vamos a seguir siempre anclados en esta vieja política? Y cuando más me di cuenta de ello fue en las prórrogas de los estados de alarma y con la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Fueron dos momentos nucleares. Me di cuenta de que en este país lo de los pactos de Estado es imposible, porque siempre el PP va a decir que lo que haga el PSOE es malo y siempre el PSOE va a decir que lo que hace el PP es malo. Lo vimos en la tribuna del Congreso este miércoles, cuando yo me preguntaba: ¿No nos vamos a poner de acuerdo en la estrategia de vacunación?  ¿Se pueden poner de acuerdo en repartirse los jueces del Consejo General del Poder Judicial y se han puesto de acuerdo en repartirse la RTVE y no nos vamos a poner de acuerdo en esto?

Las prórrogas del estado de alarma y la negociación presupuestaria fueron dos momentos en los que Ciudadanos recuperó la vocación de partido de Estado, pero también le supusieron duras críticas de su propio electorado. Quizá no haya espacio para ustedes ya en una atmósfera tan polarizada...

Yo creo que sí. Los españoles, en general, son buena gente, son gente amable a la que le gusta vivir en paz. Son tolerantes y aguantan mucho. Nosotros somos un pueblo muy paciente. La gente empieza a estar muy harta y no es tonta, a pesar de que algunos políticos y algunas opciones les traten como si fueran niños pequeños. La gente es adulta y se da cuenta. Yo creo que se dan cuenta de que esto no puede ser y de que estos políticos que tenemos no le resuelven la vida, sino que al contrario, como dicen las encuestas, me crean un problema superior y encima les estoy pagando el sueldo con los impuestos que tanto trabajo me cuesta pagar porque se derivan, además, del esfuerzo de mi trabajo. Creo que Madrid es el territorio perfecto para eso, porque el madrileño es muy tolerante, es muy de vivir en paz, es muy de no gritar. Se van a dar cuenta de lo importante que es que exista una opción de centro. Lo recibo mucho por las redes sociales de gente que me dice nunca ha votado a Ciudadanos, pero me dice que somos necesarios.

Podemos no se ha convertido en casta, sino en pisamoquetas

En algo se habrá equivocado también la llamada nueva política, ¿no?

Hemos tenido que luchar contra la frase esa de “mandé a mis naves a luchar contra los ingleses, y no contra las tempestades”. Es duro porque Ciudadanos es un poco el Pepito Grillo, tanto del Partido Popular como del Partido Socialista. Les recordamos todo el rato que, cuando entramos en gobiernos con ellos, se acaba con la corrupción. Ellos han vivido muy cómodamente durante 40 años en asuntos de corrupción, tejiendo redes clientelares, con sus chiringuitos, metiendo a sus amigos, repartiéndose las sociedades estatales, dándole los cargos en los órganos internacionales a sus amiguetes, etcétera. Cuando nosotros llegamos e imponemos nuestros criterios de meritocracia y limpieza, pues somos gente molesta. Me llamó mucho la atención lo que dijo el otro día el señor Casado a las claras en televisión: lo malo de este país es que haya muchos partidos. No nos quieren ver a nosotros y nos quieren ningunear porque somos incómodos, porque nosotros venimos a regenerar la vida política. Bueno, nosotros y otros también venían a regenerar la vida política. Lo que pasa es que los otros que venían a regenerar la vida política se han convertido en lo que antes denunciaban. No se han convertido en casta, se han convertido en pisamoquetas, se han convertido en gente que ahora se reparte el Consejo General del Poder Judicial y sin ningún pudor la televisión pública.

¿Cuál ha sido entonces el pecado capital de Ciudadanos para que los sondeos les sitúen al borde del abismo?

No explicar bien las cosas. No comunicar. Y esto en política es fundamental. Saber cuál es el momento oportuno de salir y contar las cosas y desde luego, no haber sido capaces de haber trasladado a la ciudadanía cuáles eran las razones por las que hacíamos las cosas y por las cuales tomábamos decisiones. Pero, claro, nos enfrentamos también a gigantes.

¿Qué les ha hecho más daño: la arrogancia de Albert Rivera o la moción de censura de Murcia?

Pues no lo sé, porque yo es que a Albert, y lo he dicho muchas veces, no le vi nunca arrogante. A veces era una persona ensimismada. A veces era una persona que se quedaba un poco como muy pensativa, pero por lo menos conmigo, nunca fue arrogante. ¿Qué pasó? Pues yo creo que no supimos comunicar bien. A mí me hace gracia esto de la arrogancia de Albert. El propio Sánchez salió diciendo que no quería llegar a ningún acuerdo con Ciudadanos, y sin embargo todo el mundo entiende que fue por nuestra culpa. Es un ejemplo bueno para ver cómo quizá nos hemos comunicado. Con Murcia pasa un poco lo mismo. Todo el mundo habla de la moción de Murcia, nadie habla de la corrupción del Partido Popular. Y te diré que la torpeza del Partido Popular, la arrogancia del Partido Popular y el no ponerse límites a sí mismos a la hora de caer en el transfuguismo más absoluto, está aclarando mucho cuál es la postura de los ciudadanos. 

Toni Cantó o la diferencia entre ser y estar en Ciudadanos

Hace unos días le escuché distinguir entre ser de Ciudadanos y estar en Ciudadanos. Me pareció muy certera para explicar lo que les ha pasado en los últimos meses y la estampida de algunos al PP. ¿Toni Cantó estaba, pero no era de Ciudadanos?

Quiero respetar a la gente que cambia de opinión, aunque yo sea poco de cambiar de opinión política. Por supuesto que en materias jurídicas o técnicas, pues uno puede cambiar de opinión sobre un problema técnico, pero desde luego en cuanto a principios y valores, pues yo solamente tengo estos no tengo otros, como decía Groucho Marx. Toni Cantó ha llevado una vida errática en relación con los distintos partidos en los que ha militado y ha cambiado de opinión. No me queda otra forma de explicarlo. Yo creo en la ley de eutanasia. Y creo que él creía, debe ser que ahora ya no. Yo creo en el sistema de plazos en la ley del aborto que el Partido Popular tiene recurrido ante el Constitucional. Toni antes creía en esto. Parece ser que ahora ya no. Yo creo que no se debe repartir uno la tele pública. Y creo que se debe perseguir la corrupción. ¡Fíjese que él fue el presidente de la Comisión Anticorrupción en el Congreso de los Diputados de investigación de la financiación ilegal del Partido Popular! Parece ser que ahora ha cambiado de opinión. Yo creo que uno es libre para fundar la familia que quiera y que se debe llamar matrimonio a la unión legal de dos personas del mismo sexo y que tienen derecho a adoptar libremente a niños dentro de los supuestos legales. Y se supone que ahora Toni ya no cree en eso. El centro político es pactar a un lado y pactar a otro, cosas que nos parece que son buenas porque aportan soluciones a los problemas reales de la gente de la calle. 

Habla del centro político como si fuera un espacio topográfico fijo de la política, ¿a quién va dirigida su campaña?

Está bien, está bien visto. Porque efectivamente es importante definir un poco lo que es el centro y está bien ver si es un lugar dentro del arco parlamentario, no entre los polos, que son los que yo no quiero que influyan en las políticas de los madrileños. No queremos que decida Vox y se implante el pin parental o la consejera de Murcia de Vox que es antivacunas. Tampoco queremos que sea Podemos, que apoya la Ley Celáa y que no admite la libertad de los padres en la elección de centro o que es completamente partidario del adoctrinamiento en las aulas. Lo que quiero es que el sistema de educación en Madrid se quede con los 11.000 profesores de apoyo que ha habido que contratar durante la pandemia. Quiero que, además,las instalaciones de los colegios estén en buenas condiciones y no como ahora, que tienen humedades y que no tienen instalaciones, etcétera. Quiero que se pueda elegir también centros de educación especial. Ellos quieren dogmas o sectarismos, y yo lo que quiero es precisamente esto. Esto es el centro. Yo lo defino, no exactamente como un lugar, pero sí como lo mejor de los dos mundos. Es decir, tú puedes ser liberal en la economía, puedes creer que es el empresario privado el que crea riqueza, que el poder público lo que debe hacer es apoyar, impulsar, fomentar la economía privada, que es la que crea riqueza y empleo sin perjuicio de que el poder público ayude a ese empresario privado... Creo firmemente en la colaboración pública y privada. Sobre todo, en temas tan importantes como la sanidad y las vacunas, que las han inventado empresas privadas pero con fondos públicos. Pues eso es. Todos unidos en favor de un interés general, de un bien superior, del bien común, de los problemas de los ciudadanos.

Y en ese sentido, sin embargo, también tenemos en el otro lado, en el centro político, políticas sociales fuertes que al Partido Popular durante 25 años en la Comunidad de Madrid le han dado igual. No le ha importado nada la igualdad del hombre y de la mujer, la conciliación de la vida laboral y familiar. Esto son cosas de Ciudadanos. En el Gobierno de Madrid hemos dado ayudas directas por nacimiento, acogimiento de hijos, por guarderías, hemos tratado de aliviar las colas en la lista de los centros de atención temprana para personas con discapacidad. Con respecto a la dependencia, se nos ha quedado en el cajón porque Isabel Díaz Ayuso ha corrido a convocar elecciones por un interés puramente electoral. El decreto de las familias, la Ley de Servicios Sociales. Esto el Partido Popular no lo haría si no estuviera Ciudadanos. El Partido Popular durante 25 años ha sido sinónimo de Gürtel, de Púnica y de Lezo. Ha tenido cuatro presidentes de la Comunidad de Madrid y nueve consejeros implicados en casos de corrupción. ¿En los dos últimos años ha habido que informar de algún caso de corrupción en el PP de Madrid? No. ¿Por qué? ¿Por casualidad? ¿De repente, de la noche a la mañana, se han caído del caballo? No, porque estaba ahí Ciudadanos. Esto es lo que es el centro. Lo mejor de los dos mundos, lo mejor de la derecha, lo mejor de la izquierda. ¿A quién me dirijo? Pues a esas personas que son de derechas, de centro o de centro derecha, pero moderadas. Y a esas otras de centro izquierda que también son moderadas. Y a esas personas de centro derecha de Madrid no les gustará mucho los coqueteos que Isabel Díaz Ayuso está teniendo con Vox. Me gustaría que alguien le preguntara claramente a Isabel Díaz Ayuso si prefiere gobernar con Vox, que es lo que parece.

Bueno, ya he dejado la puerta abierta o ello.

Pasa igual con ese votante de centro izquierda que no estará muy contento de lo que está haciendo Pedro Sánchez en el Gobierno de la nación, gobernando con Podemos y arrojándose voluntariamente en los brazos de Bildu y Esquerra Republicana de Catalunya en los Presupuestos Generales del Estado, en lugar de cerrarlos con nosotros. Pues esas personas estarán desencantadas con el candidato Gabilondo, a quien le tengo gran aprecio y respeto intelectual, pero que nunca en su vida le ha levantado la voz a Sánchez. Lambán, sí. Page, sí se han quejado, han dicho que preferían los presupuestos con Ciudadanos, y no con Podemos, Bildu y Esquerra. Gabilondo, callado. ¿Por qué? Porque lo que quiere es jubilarse de Defensor del Pueblo.

Sobre Rivera: Si se es de un partido se supone que es para votarlo

¿Veremos a Rivera haciendo campaña por Edmundo Bal?

Bueno, a ver, a ver… Afiliado está afiliado, pero ha puesto su nombre en un despacho. Esto hay que explicarlo un poco. Cuando eres abogado, debes siempre -y sobre todo en los despachos de abogados de esta naturaleza que se dedican a una amplísima gama de asuntos- manifestar neutralidad política porque si te manifiestas en favor de una opción, es posible que haya clientes que se enfaden y se te vayan del despacho. Es normal. Esto es muy típico del mundo de la abogacía y es prácticamente imposible encontrar algún abogado prestigioso en ejercicio que de repente diga pues yo voy a votar a Mengano o voy a votar a fulano. No, ellos tienen que mantener esa neutralidad. Pero desde luego lo que está claro es que Albert sigue siendo afiliado de este partido. Cuando uno está afiliado, ya no es un ciudadano más, ya no es un simpatizante más. Si tú eres de un partido se supone que es para votarlo. Y si no estás contento con lo que hacen, te quitas.

Hay una frase muy célebre de Felipe González que dijo respecto al PSOE que seguía siendo militante, pero no simpatizante. Igual a Rivera le pasa lo mismo.

Qué bueno. Yo creo que no. No, no lo sé. Pero desde luego lo que sí que creo es que en su práctica profesional como abogado en el mundo privado, no es conveniente manifestar tus simpatías o antipatías por unos candidatos u otros.

Pues en su cuenta de Twitter lo hace continuamente

Bueno, pero tampoco de una forma políticamente muy intensa.

Me presento, dijo el día que le proclamaron candidato, para cerrar el paso a los populismos de derechas y de izquierdas. ¿Isabel Díaz Ayuso no es populismo?

No me gustan los personalismos, no me gusta hablar de los proyectos políticos con nombres propios. Me gusta hablar de los proyectos políticos con ideas objetivas, con proyectos, con proposiciones, con soluciones. Aprovecho para decir que, además, echo mucho de menos en mis contrincantes sus propuestas. Yo ya he hecho muchas y estamos en precampaña y, sin embargo, en los demás no veo esas propuestas. Lo que ocurre con Isabel Díaz Ayuso es que teníamos un gobierno que funcionaba y queremos un gobierno que funcione.

Pero no le hablo de gobiernos, le hablo de Ayuso. ¿Su discurso es populista?

Bueno, ya le he dicho al principio que no me gusta nada su eslogan: socialismo o libertad. No me gusta nada la dicotomía porque forma parte de uno de los dos polos. Siguen jugando a la guerra civil, al frentismo y en lugar de conseguir llegar a acuerdos, pues entonces lo que hacen es siempre insultar al que está enfrente. Entre medias estamos nosotros, que lo que hacemos es intentar tender puentes. 

Queremos seguir en un gobierno que funcionaba

Puentes con Ayuso, entiendo. Ya han dicho que apoyarán de nuevo un gobierno presidido por ella.

Queremos continuar un gobierno que funcionaba, que hacía cosas buenas. Las consejerías de Ciudadanos han hecho muchísimas cosas en políticas sociales que estábamos hablando antes. Por ejemplo, la remodelación del sistema de las residencias de mayores. Nunca había habido una Consejería de Ciencia e Innovación en un gobierno del Partido Popular de la Comunidad de Madrid. Hemos sido modelo en toda Europa al mantener la cultura abierta, con ayudas, además, específicas al turismo. Las líneas de ayuda de la Consejería de Economía de Manuel Jiménez a la hostelería, ayudas directas a los pequeños y medianos empresarios, líneas de créditos blandos a Madrid. Pues eso son cosas de ciudadanos. La Ley de Transparencia, que depende de la vicepresidencia, precisamente de Nacho Aguado, es una ley de transparencia alabada en toda toda España. Es la más moderna de todas.

Moderna e incumplida sistemáticamente por el Gobierno regional.

El Partido Popular no está interesado en la transparencia, claro.

Dijo Pedro Sánchez en la tribuna del Congreso que solo con el síndrome de Estocolmo se puede explicar que Ciudadanos siga queriendo gobernar con Ayuso.

Pero yo añado más, incluso más todavía, a esa carga que tiene esa pregunta. Añado las declaraciones de Mónica García, que decía que nos teníamos que reinsertar. Yo no voy a caer en descalificaciones porque además estoy convencido de que me van a tratar de provocar, pero no lo van a conseguir, porque es que a mí es muy complicado provocarme. Es que yo no me enfado nunca. Yo siempre estoy risueño y me gusta. Soy amable y no me gusta pegarme con la gente y no me gustan los insultos. Entiendo lo del síndrome de Estocolmo y me gustó mucho la respuesta que le dio Inés: ¿Cree que el Partido Popular se merece a Ciudadanos? No. ¿Y cree, señor Sánchez, que cuando le apoyamos las prórrogas del estado de alarma era porque usted se lo merecía? No. Se lo merecen los ciudadanos.

¿Los ciudadanos se merecen un gobierno de Ayuso?

Los ciudadanos se merecen que esté Ciudadanos en el gobierno. Los ciudadanos se merecen que nosotros seamos decisivos. Los ciudadanos se merecen que no gobierne Vox, que no gobierne Podemos, que no decidan sobre su futuro y el de sus hijos. Teorías tan extremas, tan en los polos. Ellos [PP y PSOE] viven en sus burbujitas. No han trabajado nunca, no conocen los problemas de la calle, viven encerrados en castillos de cristal porque no han cotizado a la Seguridad Social, porque no saben lo que es salir por la mañana de la puerta de su casa a trabajar a una oficina, abrir un negocio, a tener un momento clave en tu vida profesional de la cual puede depender tu futuro, un ascenso, que te suban el sueldo, el poder tener una mejor vida, el pagarle a tu hijo una educación mejor, el tener ese año unas vacaciones mejores... Esas preocupaciones que tenemos todos los que hemos trabajado, los que nos hemos esforzado, los que llevamos la vida estudiando y trabajando, y que ellos no lo sienten porque ellos se han dedicado toda la vida a la política. Ellos han crecido dentro de unas juventudes socialistas o populares. Las nuevas generaciones han ido pegando codazos hasta que han ido subiendo para arriba y al final tienen unos títulos académicos que vaya usted a saber de dónde los han sacado, o unas tesis doctorales que a saber quién las ha escrito. Al final han perdido por completo el contacto con la gente de la calle. Y así se explica cómo son los discursos.

Gabilondo es dócil respecto a las instrucciones que recibe de Sánchez

Pues en ese dibujo que ha hecho de las Nuevas Generaciones o las Juventudes Socialistas y cómo han crecido determinados perfiles políticos, resulta que en el escenario madrileño hay un candidato como Ángel Gabilondo, que es ajeno a eso, y sin embargo ustedes prefieren un gobierno de Ayuso.

Por eso digo siempre que Ángel Gabilondo es un tipo de una gran altura intelectual. Es una persona que da gusto hablar con él. Yo le tengo aprecio porque es verdad lo que dices. Es una persona que ha sido rector de la universidad, que ha trabajado, que conoce lo que es el mundo. Lo que pasa es que va en un pack con Podemos y con Más Madrid. Y cuando Gabilondo te dice yo no quiero a este Iglesias, como si hubiera varios, yo respondo que solamente conozco a uno y que no quiero que sea vicepresidente de la Comunidad de Madrid. ¿Alguien se lo cree? Al final Gabilondo es la persona más dócil del mundo con respecto a las instrucciones que recibe de Pedro Sánchez. ¿Alguien se cree, después del esperpento que hemos vivido esta semana, que Gabilondo no va a hacer subir los impuestos de la Comunidad de Madrid? ¿Alguien se cree que si Gabilondo es presidente el año que viene, cuando hubiera que tramitar los Presupuestos Generales del Estado y Esquerra Republicana le dijera a Pedro Sánchez: oye, te doy mi apoyo, pero siempre y cuando subas los impuestos de la Comunidad de Madrid, porque nos están haciendo competencia desleal, diga ni hablar? ¿Cómo voy a subir yo? No, Gabilondo dirá señor, sí, señor, lo que usted me mande, claro. Entonces, Ángel Gabilondo persona, fenomenal. Pero Ángel Gabilondo va en un pack con Podemos y con Mas Madrid. Y claro, yo no puedo admitir que sea Podemos quien al final decida sobre la política de la Comunidad Madrid. Lo mismo que tampoco puedo de ninguna forma admitir que sea Vox quién decida sobre la política de la Comunidad de Madrid.

¿Un gobierno presidido por Ángel Gabilondo, pero sin Pablo Iglesias dentro del gobierno sería apoyado por Ciudadanos?

No suman. Ese es el problema…

He dicho sin Pablo Iglesias, no sin Podemos

Pablo Iglesias es una persona muy cesarista, hasta muy caudillo. Pero insisto que yo prefiero no referirme a las personas y prefiero referirme más a las ideologías. Prefiero referirme más a los proyectos objetivos, porque si Pablo Iglesias no estuviera en el Gobierno, pues estaría otra persona de Podemos que pondría en marcha todas las políticas de Podemos. Y es que las políticas de Podemos son extremistas, son radicales. Lo estamos viendo constantemente en el Congreso de los Diputados y luego, además, son perfectamente contradictorias con Ciudadanos. Casi sería más razonable preguntarle a Pablo Iglesias si él podría estar en un gobierno con Ciudadanos. Porque desde luego en el Congreso de los Diputados lo ha dejado clarísimo. Con Ciudadanos, no. En los presupuestos, con Bildu y con ERC, que son la izquierda progresista. Es que el problema no es Iglesias, es Podemos. El problema es la regulación del alquiler en la Comunidad de Madrid. El problema es el adoctrinamiento en los colegios. El problema es que solo lo público es bueno y lo privado es malo. La a sanidad privada son gente malvada, demoníaca, que se lucra con el sufrimiento de la gente. ¿Y quién ha inventado la vacuna? ¿La vacuna la ha inventado el Instituto de Salud Carlos III? Ojalá. Ya me gustaría a mí. 

Igual la demonización no es de la sanidad privada, sino de la derivación de los recursos de la pública a la privada, que es algo que ha hecho la Comunidad de Madrid en los últimos años.

Bueno, ahora, con Ciudadanos, la cosa ha cambiado bastante en ese sentido porque nosotros somos los que defendemos el servicio público. Le pongo un ejemplo claro. El Metro de Madrid. Consejería de Transportes, Ángel Garrido de Ciudadanos. ¿Qué hizo el Partido Popular con el Metro de Madrid? Un ERE. ¿Qué hizo Ciudadanos con el Metro de Madrid? Contratar más maquinistas. Así entendemos nosotros el servicio público como un servicio que hay que darle a todos los ciudadanos, no por criterios de rentabilidad económica, sino porque estás cumpliendo con un fin de interés general. Yo ya he dicho que los fines de semana el Metro tiene que estar abierto 24 horas.

¿Si Ciudadanos desaparece de la Asamblea de Madrid, como dicen los sondeos, al día siguiente tiene que dimitir Arrimadas o Ciudadanos tiene que anexionarse al Partido Popular, como ya les propuso Pablo Casado hace meses?

Yo, sinceramente, no voy a hacerle el juego a esta maniobra pública con luz y taquígrafos que ha hecho el señor Teodoro García Egea y don Pablo Casado de querer acabar con el centro político español, porque ellos no son el centro político español y no lo van a ser nunca en la vida porque no creen en el progreso social. Quien pida que haya dimisiones y que nos extingamos y quien quiera debilitar el centro político español se va a encontrar, desde luego, con la sorpresa de que no lo va a conseguir. Porque creo que este espacio o este espíritu es más necesario que nunca en la política española y desde luego en la política madrileña, y que somos el único partido que puede encarnar el centro político español. Los demás no pueden hacerlo. A muchas personas les tendremos que dar la mala noticia de que no vamos a desaparecer, que no vamos a bajar los brazos y que no nos vamos a rendir. Yo, desde luego, no me voy a rendir y a mí nunca nadie me va a ver en el Partido Popular. Y creo que a la mayor parte de mis compañeros que están ahora, junto con Inés Arrimadas en la ejecutiva permanente y en la Ejecutiva Nacional, pues les va a pasar lo mismo.

Voy a conseguir más del 5%

Imaginemos ese escenario que usted dibuja: Ciudadanos, entra en la Asamblea de Madrid, pero no es decisivo para la formación de Gobierno. ¿Edmundo Bal se quedaría en la Asamblea de Madrid como diputado o se quedaría con el acta del Congreso?

No creemos mucho en las encuestas, que son modificables, cambiables y que van evolucionando a lo largo de la campaña electoral que empieza este sábado. Lo que sucede ahora, y parece que esto es lo que nos estamos jugando en Madrid es: o Ciudadanos o los extremos. No visualizo esa posibilidad de que Ciudadanos no sea decisivo porque al final a la señora Díaz Ayuso la jugarreta esta precipitada que ha hecho irreflexiva e imprudente le ha salido mal. Ella se creía que convocando por sorpresa las elecciones, ya inmediatamente iba a ganar la mayoría absoluta. Y no parece. Entonces yo creo que Ciudadanos entra… Y, además, quiero decir que yo no voy a conseguir el 5%, yo voy a conseguir más del 5 por ciento y así salgo. Y además veo, como decía antes, la ilusión de la gente en que el centro político esté ahí y sea decisivo y continuemos en el Gobierno de Madrid y decidiendo sobre la política de Madrid. Creo que si Ciudadanos entra, va a ser decisivo. Y luego, además, quiero que la señora Díaz Ayuso diga a las claras si quiere pactar con Vox o no, que lo diga, porque es que los ciudadanos, antes de depositar el voto por una o por otra opción, tendrán que saber cuál es la respuesta. Si no dice cuál es la respuesta, pues cada uno podrá pensar libremente.

De momento, lo que ha dicho es que contará para su gobierno con una consejera que es compañera suya, la consejera de Cultura, Marta Rivera, que no está haciendo, además, campaña por usted…

Bueno, tiene gracia que diga que va a recuperar a la persona que ella cesó cuando planteó la anticipación de las elecciones. Esas manifestaciones lo que ponen de manifiesto es precisamente que ella misma es consciente de que necesita a Ciudadanos en el gobierno de la Comunidad de Madrid porque somos un ejemplo de buena gestión. Marta Rivera forma parte de la Ejecutiva Nacional del Partido y yo creo que ha hecho un trabajo impecable.

No se me escabulla. ¿Por qué no está haciendo campaña con usted Marta Rivera? ¿No será que es de las que por ahora está, pero no es de Ciudadanos?

Yo tengo con ella poco contacto porque no hemos coincidido mucho, pero las veces que la he escuchado hablar en la ejecutiva del partido, ha podido manifestar sus críticas. Es lo que tiene pertenecer a un partido liberal, que cada uno habla con libertad y puede criticar a la dirección del partido, cosa que por cierto en otros partidos políticos no pasa. He visto que era una persona de centro que creía en el centro político. Por lo tanto, salvo que los hechos futuros me desmientan….

Que puede ser…

Nadie puede prever las reacciones de las personas. Nadie podía prever qué Toni Cantó fuera al Partido Popular cuando estaba diciendo que no iba a ir. Las personas dicen unas cosas y luego hacen otras. A veces te sorprenden y a veces te defraudan. Lo normal en la vida de todos los días, con tus amigos y con todo el mundo. Pero, por ahora, no tengo ningún fundamento para poder dudar de ella.

He visto varios dípticos de su campaña al entrar en las sede: uno con el que se compromete a rebajar el IVA en el sector del deporte y otro para devolver el coste de las matrículas de las universidades. ¿Cómo se puede hacer eso sin subir los impuestos a quienes más se han beneficiado de la crisis?

Hemos aportado al gobierno estándares de buena gestión. Cuando tú deshaces las redes clientelares, quitas chiringuitos, ahorras gastos en la administración, evitas la corrupción y la financiación ilegal de partidos políticos, ahorras dinero. Y ese dinero, cada euro, va a donde tiene que ir. 

Gracias y suerte el 4 de mayo.

Muchas gracias.

Entrevista completa a Edmundo Bal

Vídeo: Nando Ochando y Álvaro Rincón