Las más de seiscientas cartas que escribió el pintor Vicent Van Gogh (1853-1890) a su hermano Theo, quien le prestó ayuda y apoyo financiero durante mucho tiempo, tienen ya imágenes propias gracias a “El pájaro enjaulado”, un álbum ilustrado por Javier Zabala.
Esas cartas que el pintor holandés le fue enviando a su hermano durante casi veinte años son un tesoro de valor incalculable para conocer sus preocupaciones y sentimientos, así como las miserias por las que el artista tuvo que pasar durante aquellas dos décadas.
“El pájaro enjaulado”, publicado por Edelvives, traduce en imágenes la pequeña y bella parábola que Van Gogh escribió en una carta enviada a su hermano, en la que el pintor da cuenta de su confusión emocional y de su decidido afán por encontrar un camino que oriente definitivamente su vida.
“Mi querido Theo: un pájaro enjaulado en primavera sabe muy bien que hay algo para lo que serviría. Siente con fuerza que debe hacer algo, pero no puede.....Piensa: los demás pájaros construyen sus nidos, tienen hijos y los crían. Entonces, golpea su cabeza contra los barrotes de la jaula. Pero la jaula sigue allí y el pájaro enloquece de dolor”, le escribe el holandés a su hermano.
Perdido en medio de una colorida gran ciudad, el pájaro contempla como otras aves en libertad tienen crías, se buscan la vida para alimentarse y emigran, mientras él cae permanentemente en la melancolía por vivir detrás de unas rejas.
Su mundo es oscuro, lleno de tonos fríos, mientras que los otros pájaros se mueven en medio del color del campo, de los árboles y de sus propios colores alegres, hasta que cae en la cuenta de que, aunque no le falta de nada, carece de libertad y anhela “¡ser un pájaro como los otros pájaros¡”.
“¿Sabes cómo puede desaparecer la prisión?”, le pregunta el pintor a su hermano Theo; “con afecto profundo, sincero. Si somos amigos, hermanos. El amor es lo que abre la prisión, con su fuerza soberana, con su encanto poderoso. Quien no tiene esto, permanece en la muerte. Porque allí dónde renace la simpatía, renace la vida. Siempre tuyo, Vincent”, sentencia el artista en la misiva.
Esa declaración de afecto por su hermano y los lazos familiares que les unen llega acompañada, en la última página del álbum, por unas alegres ilustraciones en las que el pájaro vuela libre mientras su dueño llora su pérdida.
El 29 de julio de 1890, en un campo de trigo de la región francesa de Auvers sur Oise, Van Gogh se disparó un tiro en el pecho; en uno de los bolsillos del cadáver figuraba, incompleta, la última carta a su hermano Theo.
En “El pájaro enjaulado”, traducido por Alejandro García Schnetzer, Javier Zabala (León, 1962) ilustra, con maestría y sensibilidad, esta historia universal y contemporánea sin dejar de hacer alusión al peculiar mundo del pintor holandés.
Zabala, Premio Nacional de Ilustración en 2005 por “El soldadito Salomón”, ha ilustrado más de 70 libros para niños, algunos de ellos escritos por él mismo, y sus obras, en las que ha ilustrado textos de Cervantes, Shakespeare, García Lorca o Chejov, han sido traducidas a más de quince idiomas.