Las cooperativas agrarias extremeñas cierran el 2024 con un aumento de acturación del 6,8%
Cooperativas Agro-Alimentarias Extremadura ha calificado el 2024 como “un buen año” en materia agrícola, salvo algunas excepciones en cultivos como la cereza o las dificultades derivadas de la lengua azul, con un aumento de la facturación de las cooperativas de en torno al 6,8% hasta los 1.860 millones de euros.
Así lo ha manifestado su presidente, Ángel Pacheco, en una rueda de prensa de balance del año agrario, que en general ha sido “positivo” gracias a una climatología favorable después de dos años de inclemencia meteorológica como la sequía, y ha dicho que la hoja de ruta en 2025 pasa por consolidar el modelo cooperativo, y especialmente promover la agrupación de cooperativas, que genera riqueza y contribuye a luchar contra la despoblación.
La revisión de los seguros agrarios como herramienta imprescindible para garantizar la renta agraria, la necesidad de que haya alternativas a la prohibición de fitosanitarios y garantizar el relevo generacional, lo que pasa por fomentar la “innovación y formación” para atraer a los jóvenes, en perfiles también de alta cualificación, son algunos de los retos que ha mencionado en un escenario de cierta “incertidumbre” ante el regreso de Donald Trump a la presidencia de EEUU y el acuerdo de Mercosur.
El presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias Extremadura, formada por 185 cooperativas, que generan más de 3.000 empleos y con casi 32.000 socios, ha destacado que ha sido además un año especial para la entidad ya que se ha llevado a cabo la renovación del Consejo Rector y ha habido elecciones en las 13 sectoriales.
Además, se trabaja en la creación de la Cátedra de Cooperativismo y Economía Social en la Universidad de Extremadura (UEx), se ha impulsado el I Congreso Jóvenes Cooperativistas de Extremadura, se desarrolla un plan de formación de habilidades digitales y se avanza en potenciar a las mujeres cooperativistas y en incrementar el número de consejeras en los consejos rectores.
De la campaña del aceite de oliva a la de la cereza
En materia agrícola, ha resaltado la campaña del aceite de oliva -con un aumento de producción que conllevará una bajada de precios-, la aceituna de mesa, vino, arroz, cereales, tomate, etc, que después de “unos años duros por sequía”, presentan unas “producciones normales” en un año en “el que los costes de producción -energía o materias primas- van volviendo a su cauce”. La parte negativa la representa la cereza con dos años consecutivos muy negativos con pérdida de producción.
Las consecuencias de la lengua azul
En ganadería, ha habido “un año climatológicamente muy bueno con unos precios excepcionales”, y unos costes de producción “moderados”, que se ha visto “muy perjudicado” en la recta final por la aparición de la lengua azul, con presencia de cuatro serotipos, que ha provocado la muerte de cabezas de ganado, pérdida de fertilidad y productividad en próxima campaña y disminución de producción láctea.
En este sentido, ha subrayado la importancia de que la UE entienda que tanto la lengua azul como la situación de la cereza son consecuencia del cambio climático.
También confía en que el acuerdo de Mercosur finalmente no perjudique a sectores como el agroalimentario, que lamentablemente suele ser “moneda de cambio” en muchos acuerdos internacionales, y que en ese caso “haya compensaciones” para paliar de alguna forma a aquellos que se vean perjudicados.
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