Una de cal y una de arena. Pedro Sánchez ha llegado este miércoles a la sesión de control con el convencimiento de que está un poco más cerca de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado gracias a un atajo legal que le permitirá reformar la Ley de Estabilidad para sortear el veto de la mayoría absoluta del PP en el Senado para sacar adelante la senda de déficit que le da un mayor margen de gasto. Pero ERC le ha reiterado su aviso: vincula su respaldo a las cuentas a la posición que tenga la Fiscalía en el juicio del procés.
“Si no insta a la Fiscalía General del Estado a retirar la acusación de rebelión, ¿cómo será posible pactar los presupuestos? Será casi un imposible”, le ha avisado Joan Tardà. Sánchez es contrario a dar órdenes al Ministerio Pública y recuerda, además, a los independentistas que les parecería mal que el Gobierno actuaría de esa forma en otros casos.
Además de plantear las dificultades que encontrará el Ejecutivo para aprobar las cuentas si la Fiscalía no elimina las penas más duras contra los presos independentistas, Tardà le ha reclamado la celebración de un referéndum pactado como solución para el conflicto catalán. “Es un tanto hipócrita en tanto en cuanto insta a dialogar, pero lo que hace es excluir a 1,5 millones de catalanes que hace un año nos autodeterminamos”, le ha dicho el portavoz de ERC.
“La solución solo puede ser el diálogo, la negociación y los acuerdos para que finalmente los catalanes puedan decidir si el futuro pasa porque Catalunya sea más autónoma o si Catalunya tiene que ser una república”, ha rematado Tardà, que ha avisado a Sánchez de que lo contrario será “su tumba política”.
El presidente se ha reafirmado en la necesidad de mantener el diálogo iniciado con la Generalitat, pero ha insistido en que la solución tiene que “obedecer” al mandato de las elecciones del pasado 21 de diciembre en las que, a su juicio, los catalanes se mostraron mayoritariamente favorables al autogobierno y no a la independencia.