De ''estallido'' sindical a barbacoa españolista: una manifestación deslucida confirma el pinchazo de la huelga general 'patriótica'

Víctor Honorato

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Las pancartas eran grandilocuentes: “Consumado el golpe, estalla la revuelta”. Pero el estallido no llegaba a petardeo a las 19h en los arcos de Moncloa de Madrid, donde el sindicato Solidaridad, afín a Vox, había convocado a los trabajadores capitalinos para una manifestación que pusiera el colofón a una masiva huelga contra la amnistía a los políticos catalanes del procès y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pero al igual que la huelga apenas tuvo seguimiento, la marcha distó de ser un éxito, con apenas 3.000 participantes, según la Delegación de Gobierno. La protesta acabó junto a Ferraz con una expresión más folclórica que reivindicativa: un hombre asando chorizos rodeado de banderas de España.

A primera hora había cierta confusión entre algunos de los presentes que esperaban tranquilamente en las escaleras del Cuartel General del Ejército del Aire y del Espacio, con su avión de caza tras la verja, pintado a juego con las banderas de España que empezaban a aflorar. “La huelga es a las ocho”, trataba de razonar una mujer con su acompañante, ajena a las particularidades del horario laboral español. “Si somos muchos cortaremos los dos sentidos”, planeaba un miembro de la organización, optimista. Finalmente fueron dos carriles (de seis) y unos 160 metros de vía los que ocupó la manifestación a su paso por la calle Princesa.

Abundaban entre el gentío los vendedores de banderas, en línea con el carácter cada vez más distendido de las movilizaciones, que en fechas recientes vienen deviniendo a última hora en botellón. Se mantienen, no obstante, los cánticos agresivos, instalados en el insulto: al presidente del Gobierno, a su esposa, al ministro de Interior, a los rojos o a Carles Puigdemont (pronúnciese ‘puij-demón’), por mencionar los más repetidos. 

Tibio sindicalismo

Que la manifestación derivaba aparentemente de una huelga no resultaba claro al espectador ajeno. Hubo alguna mención a los sindicatos tradicionales: “¿Dónde están, no se ven, Comisiones y UGT?”, interrogaba la megafonía. El lema de la marcha era a todo esto, “Frente a la desigualdad, a la precariedad y a la pérdida de derechos, huelga general”, pero de esta terna conceptual no se dijo más palabra durante todo el trayecto. El líder de Vox, Santiago Abascal, dio seguimiento en redes sociales al arranque de la marcha, y el diputado Javier Ortega-Smith se dejó ver entre los manifestantes junto al europarlamentario Jorge Buxadé, pero por la mayor parte Vox dejó el protagonismo al Solidaridad y su secretario general, Rodrigo Alonso.

La manifestación tenía previsto llegar a Ferraz a las 20h, pero a esa hora solo había unas 200 personas frente a los antidisturbios de la policía, un tanto desanimadas, salvo por algún “viva España” ocasional. Hacia las 20.30 llegó por fin al lugar la cabecera, y el refuerzo de tambores, silbatos y cornetas animó un tanto al colectivo, que no obstante estuvo menos estruendoso que otras veces. A la beligerancia decreciente contribuyó un hombre que se instaló cerca de la primera línea para asar chorizos en una parrilla. “Si el presidente hace lo que quiere, yo también”, justificaba el emprendedor con un cartel.