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El estreno de la portavoz del Gobierno: cómo no salirse del guion con una sonrisa

Irene Castro

13 de julio de 2021 16:24 h

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Con espontaneidad y una sonrisa. Así ha capeado Isabel Rodríguez su primera rueda de prensa como portavoz del Gobierno de coalición. Ella será el rostro del Ejecutivo de Pedro Sánchez en su nueva etapa, una decisión con la que el presidente pretende lanzar un mensaje de renovación del Consejo de Ministros. Sin siquiera conformar un equipo con el que afrontar su nueva etapa también como titular de Política Territorial, Rodríguez ha llegado a esa mesa con la lección aprendida: no salirse del guion y no pisar charcos. Ni Cuba, ni la opinión de Miquel Iceta sobre Catalunya, ni las discrepancias con los socios minoritarios. Los ha evitado todos. Eso sí, con una sonrisa.

“Espero estar a la altura de las circunstancias”, ha dicho Rodríguez nada más sentarse en esa silla en la que cada martes el portavoz del Gobierno se somete a las preguntas de los periodistas. Ha admitido el nerviosismo de los ministros que, como ella, se han incorporado al Gobierno. Una de ellas, Pilar Alegría, la titular de Educación y Formación Profesional, estaba a su lado también debutando mientras a su izquierda estaba ya una de las veteranas, Reyes Maroto, al frente de Industria y Turismo desde el primer mandato del líder socialista.

Rodríguez ha dejado clara su declaración de intenciones en su intervención inicial recordando a su “gran maestro”, Alfredo Pérez Rubalcaba. “Una anécdota para relajarme incluso yo misma”, ha dicho antes de relatar que cuando era portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Rubalcaba, a quien ha definido como “el mejor portavoz que ha tenido este país”, visitó al entonces presidente José María Barreda y aprovechó para darle consejos a ella, que entonces era una “joven portavoz”. “Me dejó un decálogo del buen portavoz que aun conservo. El primer punto de ese decálogo era: no des un titular, más bien da el titular que tú quieras dar”. Ya sé que me costará pero lo voy a intentar“, ha señalado antes de entrar en materia.

La alusión al exvicepresidente es otro síntoma del cambio en el Consejo de Ministros en el que Sánchez ha dado por cerrada definitivamente la cicatriz que quedaba en el PSOE desde la batalla de las primarias de 2017 en las que ni Rodríguez ni Alegría le apoyaron. Frente a ella, asintiendo casi a cada frese en su estreno, estaba el nuevo jefe de gabinete de Sánchez, Óscar López, con quien el presidente se ha reconciliado definitivamente. López fue el secretario de Organización de Rubalcaba.

La portavoz llevaba claro el mensaje que Sánchez quiere trasladar con este “equipo renovado”: “Afrontar una nueva etapa”. “La hoja de ruta es clara. El objetivo era renovar el equipo para coger las riendas de un nuevo proyecto que es la recuperación económica, un plan de inversiones y reformas que garanticen el desarrollo futuro de nuestro país”, ha resumido.

Menos contundente ha estado en las respuestas. Eso sí, se ha ceñido al guion especialmente en el tema más espinoso para el Gobierno en esa rueda de prensa: la situación en Cuba por las protestas en las que se ha detenido a una periodista española y la discrepancia expresada por Unidas Podemos, que ha asegurado que ese país “no es una dictadura”. La portavoz ha evitado contestar a la pregunta de si al Gobierno Cuba le parece o no una dictadura y se ha limitado a responder lo que previamente había preparado con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

“No hay duda de que España es una democracia plena que defiende los derechos y las libertades. No puedo ser más rotunda. Esa es la posición de su Gobierno. En relación a la situación que está viviendo el pueblo cubano, han podido ver el comunicado de Exteriores está siguiendo de manera muy exhaustiva todo lo que está ocurriendo”, ha dicho Rodríguez, que se ha referido específicamente a la situación de los periodistas: “Está trabajándose y haciendo el seguimiento para tomar las medidas oportunas que haya que tomar en este asunto en relación a los periodistas de nuestro país para que queden garantizados los derechos de información”, ha explicado.

Y preguntada por qué medidas piensa tomar Exteriores, a Rodríguez le ha salido espontáneamente dirigirse al Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, que estará aún unos días en la transición tras la remodelación, para preguntarle si no hay cobertura en la sala de prensa porque estaba tratando de ver si Albares le había mandado algo de información actualizada.

Tampoco sobre Catalunya, que es su marco de actuación, ha querido profundizar más allá de asegurar que seguirá la hoja de ruta marcada por Sánchez y ha defendido que se deben usar las “herramientas” que han surgido para resolver el problema. Ni siquiera ha profundizado en su posición concreta cuando le han preguntado si compartía la hoja de ruta de Miquel Iceta y ha asegurado que no valorará las posiciones de sus compañeros sino que se limitará a dar cuenta de los acuerdos del Gobierno y a fijar la posición política de toda la coalición. No hablará, ha explicado, desde esa mesa ni de lo que piensan otros ministros ni otros partidos, ni siquiera el suyo, una máxima que se han impuesto otros portavoces y no han cumplido.

En su estreno, Rodríguez ha bajado el tono hacia el PP con respecto a su antecesora, María Jesús Montero. “Una oposición inteligente debería saber que hay acuerdos que computan electoralmente”, ha recomendado: “Yo entiendo que, al principal partido de la oposición le debería interesar también que a España le vaya bien”.

Como ya sus antecesores hicieron en el pasado, Rodríguez ha mostrado la mano tendida a los periodistas. “Valoro mucho su trabajo -ha comenzado-. Me tienen a su disposición. Los que han tratado antes conmigo lo saben: soy 24/7. A veces hemos trabajado a deshoras”.  “Me van a tener muy cerca no solo en esta sala, en la cita solemne de cada martes, sino también en otras ocasiones trataré de estar disponible. Espero que encuentren en mí esa interlocución cercana, acepto el reto con la humildad y afecto que siento por ustedes. Espero que nada se quede sin respuesta”, ha rematado la portavoz, que por ahora tiene unos 800 mensajes de WhatsApp sin contestar, algunos de los periodistas que hoy asistían a su debut en esa sala de Moncloa.