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La excepción Asturias: 25 días sin contagios en julio y líder en ocupación hotelera ese mes

En Gijón se han superado las expectativas de ocupación este verano

Javier Martínez Mansilla

5 de septiembre de 2020 22:10 h

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En esta segunda ola de la pandemia es la comunidad con menor tasa de incidencia (51,53) durante las últimas dos semanas y en la primera la que mejor gestionó la emergencia, según la encuesta de la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (IMAS). La región estuvo veinticinco días sin registrar contagios en julio y con la mayor tasa de ocupación hotelera en ese mes.

“Asturias has sido un ejemplo”. Con este lema el gobierno del Principado, que preside desde el pasado Julio el socialista Adrían Barbón, alentaba a sus ciudadanos después de cuatro meses de duro confinamiento y en vísperas de un verano impredecible. Los hosteleros y empresarios del ocio fiaban la temporada a un turista nacional que desease escapar de las masificaciones mientras el sector sanitario, tras una etapa de reconocida contención vírica, aguardaba que su batería de medidas y las impuestas por el gobierno central lograsen poner freno a la pandemia.

El resultado provisional es un verano ejemplar. Mucho mejor de lo esperado, de momento. “En este contexto nunca se puede hablar de éxito”, afirma Rafael Cofiño, director de Salud Pública del Principado. En Asturias desde el inicio de la pandemia se contabilizan 3.477 contagios, 2.194 curados y 341 fallecidos y se han realizado 234.632 PCR, según datos recogidos por el Ministerio de Sanidad el 3 de septiembre.

Inmersos en la segunda ola y con la vista puesta en el otoño y la vuelta a las aulas, que se ha retrasado hasta el próximo 22 de septiembre, en la región se transmite la sensación de que todo (o casi todo) parece estar bajo control. Eslóganes aparte, ¿qué se ha hecho diferente en el Principado?

La anticipación en la fase inicial

No es solo el aislamiento territorial, que también influye. La Atención Primaria, la vigilancia epidemiológica y el rastreo, el incremento de pruebas PCR o la planificación de la infraestructura hospitalaria han sido claves. “En Asturias se han reforzado todos los dispositivos que había que reforzar, al mismo tiempo” explica Daniel López-Acuña, ex director de Asistencia Sanitaria en Crisis de la OMS, en referencia a la estrategia autónoma de contención frente a la Covid-19. Además, destaca el epidemiólogo, “se ha sumado una actitud muy firme de las autoridades para concienciar a la población”.

Según explica Cofiño, en la fase inicial la anticipación fue clave para frenar la transmisión del virus que en la región tuvo un 1,9 % de seroprevalencia. “Algunas medidas fueron tomadas antes del estado de alarma, en la semana del 9 al 14 de marzo, como el cierre de centros educativos, universidades y establecimientos”, añade el director de Salud Pública de Asturias.

El sistema de vigilancia reforzada en residencias también ha sido fundamental para frenar la morbilidad y mortalidad en la región con la mayor tasa de envejecimiento de España (224,58 ciudadanos mayores de 64 años por cada cien que aún no cumplieron los 16) según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). “Con los primeros brotes en residencias decidimos actuar de manera rápida y masiva realizando pruebas PCR a todas las personas del centro, trabajadores y residentes, para así detectar posibles casos y evitar el contagio”, concluye el director.

En la región los mayores índices de propagación del coronavirus se alcanzaron a mediados de marzo, con 106 casos detectados al día, sin embargo, la ocupación hospitalaria no sobrepasó el 60% de media; cuando en la gripe estacional alcanza el 90%, según informa la Consejería de Sanidad. Se habilitaron dos hospitales de campaña que nunca fueron utilizados.

Cuatro semanas sin apenas contagios entre junio y julio contribuyeron a que la comunidad se ganase el sello de “destino seguro” para viajar en los tiempos de la Covid-19 de cara a un verano sorprendentemente exitoso para el sector turístico regional.

El boom turístico

Largas colas para subir al mirador del Fito (Caravia); cientos de visitantes en las praderas de los lagos de Covadonga y miles caminando cada día por el paseo del Muro en Gijón. Se han visto incluso ciertas aglomeraciones de piragüistas bajando el río Sella desde Arriondas, a pesar de que este año no se haya celebrado el Descenso Internacional, prohibido como el resto de grandes eventos del Principado. La Consejería de Sanidad presume de haber incrementado la red de vigilancia, el rastreo y el control de contactos estrechos para evitar las cadenas de transmisión del virus. “En el sistema epidemiológico de Asturias antes trabajaban cinco personas” explica Rafael Cofiño, “ahora 120”.

Al “efecto llamada” que implica ver a Asturias en la parte muy baja de las tablas de contagios que asomaban cada día en telediarios, prensa e informativos de radio, ha respondido un turista nacional ansioso por escapar de las grandes ciudades, que recela de los aviones, y ha encontrado en el Principado la calma y aislamiento soñados en los meses de encierro.

“Estamos contentos puesto que la afluencia de turistas ha sido muy importante en un momento tan complicado”, afirma Fernando Corral, vicepresidente de OTEA, la mayor asociación de hostelería y turismo del Principado. “Siempre se ha asociado a Asturias a turismo de naturaleza y sostenible, a espacios protegidos y a un turismo rural muy fuerte con unidades de alojamiento pequeñas sin grandes masificaciones”, sostiene Corral.

La región, junto con Cantabria, registró la mayor cuota de ocupación hotelera del territorio español en el mes de julio, primer mes completo sin restricciones de movilidad. Ambas comunidades cubrieron el 50,1 % de su capacidad hotelera, frente al 35,6 % de media del conjunto del país, según datos del INE.

“En Luarca, como en todo el concejo de Valdés hemos vivido el verano con la mayor afluencia de personas de la última década” afirma Óscar Pérez, alcalde del municipio con la tasa de ocupación hotelera (66,61 %) más elevada de Asturias en julio y segunda de España, después de Comillas (71,18 %).

Además, la búsqueda del aislamiento, los espacios abiertos y la tranquilidad hicieron que la región se reafirmase como referente en turismo rural en este mes, con una ocupación media del 47,8 %, la mayor del país.

“Tratamos de combatir ese miedo al contagio creando situaciones para que este nuevo turista se sienta más cómodo”, comenta José Antonio García, promotor del complejo ecoturístico Tierra del Agua, en Caleao (Caso). El hotel se ha servido de su entorno montañoso y emplazamiento solitario para crear la campaña “A tu aire” o readaptar al máximo sus experiencias a espacios abiertos. Pero el boom turístico de Asturias no se atribuye exclusivamente al ámbito rural.

“Se han superado las expectativas en cuanto a ocupación este verano”, sostiene Santos Tejón Llaneza, concejal socialista de Turismo de Gijón, ciudad que se ha posicionado también como “destino Covid free” este verano. “Se ha llegado a niveles similares o ligeramente superiores a otros años, sobre todo en agosto”, concluye.

Si bien la afluencia de turistas ha mantenido el sector a flote, también ha contribuido a reactivar los contagios en Asturias durante esta segunda ola en vísperas de la vuelta a las aulas. Es el caso de los cinco municipios del oriente de Asturias en alerta naranja. La Consejería de Salud ha reaccionado intensificando las labores de vigilancia y el sistema de rastreo.

La segunda ola y la vuelta al cole

“Estamos satisfechos con los resultados, sin embargo, ante una pandemia, la valoración siempre es mala”, afirma Mario Margolles, coordinador del Observatorio de Salud Pública de Asturias.

Con todo, como en el resto de España, la incidencia del COVID-19 en Asturias se agrava a medida que avanzan los días. En la última semana se detectaron siete nuevos focos y, en las últimas 24 horas, 44 nuevos contagios. A pesar de estas cifras, Asturias continúa siendo la comunidad menos afectada por esta segunda ola, con una tasa de incidencia en los últimos catorce días de 51,53, según informa el ministerio de Sanidad.   

“Estamos actuando de forma agresiva ante la aparición de un caso con objeto de que no se disemine cada virus que detectamos” explica Margolles.

En esta segunda oleada, en la que los contagios se asocian al ocio y la actividad social y la edad media ha bajado de los 62 a los 39 años, la mayor preocupación para la Administración sanitaria es la vuelta al colegio que, en Asturias, se ha retrasado al 22 de septiembre para extremar las precauciones y revisar protocolos.

Ante la incertidumbre del otoño y la evolución de la pandemia, la clave para Rafael Cofiño, reside en estar preparados como al principio y mantener una tensión en calma. Sentencia además que, con estas medidas, volver a una situación parecida a la de marzo sería muy extraño. “En Asturias todas cuidamos de todas”, le gusta decir al director de Sanidad Pública en referencia al trabajo realizado hasta ahora.

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