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INVESTIGACIÓN

Un exconsejero del PP en Ceuta, investigado por planear una paliza al personal de Menores que propició su imputación por abusos

Gonzalo Testa

4 de febrero de 2023 08:00 h

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La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Ceuta ha abierto una pieza separada en la causa que desde el pasado 13 de enero mantiene en prisión provisional sin fianza al exconsejero de Sanidad del Gobierno de la Ciudad, Javier Guerrero, por un presunto delito de abusos sexuales a niños y adolescentes migrantes solos. De acuerdo con los indicios recabados por la Guardia Civil, mientras era investigado por ello urdió un escarmiento contra quienes le habían señalado por propasarse desde la entidad pública de protección.

En las nuevas diligencias se le achaca una conspiración de delito de lesiones después de que la Guardia Civil diese plena credibilidad a las conversaciones que mantuvo con un amigo justo antes de Navidad en su coche, donde se habían colocado cámaras y micrófonos. El diálogo versó sobre cuál sería la mejor manera de mandar “un recadito” a los trabajadores del Servicio de Protección a la Infancia que habían alertado de sus comportamientos impropios con menores tutelados por la administración.

Según las fuentes consultadas por elDiario.es, los “hijos de puta” –el exconsejero se dirigía a ellos con esas palabras– a los que Guerrero y su compinche, un conductor de Cruz Roja cuya identidad responde a las iniciales LL.L.M., tenían en su punto de mira, eran un funcionario, el director del Centro de Realojo Temporal de La Esperanza que la administración gestiona directamente, y un responsable de la Fundación SAMU en el mismo equipamiento. Colateralmente, en sus conversaciones también apareció otro empleado público raso de Menores.

Los dos primeros ya fueron señalados pública y directamente ante las cámaras el pasado 30 de septiembre por el exconsejero, que se vio obligado a dimitir en enero de 2021 tras conocerse que se había saltado los protocolos de vacunación contra la COVID-19. En una rueda de prensa improvisada para medios afines ante la Jefatura Superior de la Policía Nacional, Guerrero anunció que en las horas siguientes se presentarían varias denuncias atestiguando la existencia de “coacciones” a menores migrantes no acompañados tutelados por la Ciudad para denunciarle y así arruinar su carrera política tras abandonar el PP.

Meses de investigación secreta

Su colega, ahora también investigado por coacciones, fue una de las tres personas que cumplieron con ese guion para alimentar una causa archivada inicialmente por la magistrada instructora. El doctor todavía negó entonces que, como había publicado elDiario.es en verano, el Área de Menores le había vetado desde enero seguir accediendo a sus centros o que el Ministerio de Sanidad le hubiera expedientado y prohibido dar obsequios a niños a espaldas de sus cuidadores.

A principios de otoño la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil ya llevaba meses investigando bajo secreto de sumario a Guerrero. La nueva pieza separada se desgaja de la causa principal que, por abusos y, no se descarta, corrupción de menores, sigue el Juzgado de Instrucción número 3 de Ceuta.

Fuentes conocedoras de las pesquisas aseguran que en el marco de las escuchas ordenadas ya se había oído antes al médico coquetear con la idea de hacer algo contra quienes le habían señalado, pero en principio no se dio verosimilitud a sus palabras porque “mentía o fabulaba a menudo”.

Sin embargo, las alertas de los agentes se dispararon cuando, pocos días antes de Nochebuena, Guerrero y su amigo, que presumía de contactos en el hampa local, empezaron a elucubrar sobre cuál sería la mejor manera de mandarles “un recadito” a quienes habían alertado de sus comportamientos impropios con los niños tutelados, a los que daba regalos o dinero en efectivo y recibía en sus consultas pública y privada a escondidas de sus guardadores legales.

“Es muy poco para esa gente”

El compinche sugirió ir de frente, pero al doctor le pareció que sería más inteligente y seguro comprar una tarjeta, trasladar la advertencia-amenaza y posteriormente deshacerse de ella. “Es muy poco para esa gente”, le reconvino su colega, que aseguró contar con “gente” dispuesta que, eso sí, se mueve “por dinero”.

La charla se quedó ahí, pero posteriormente el interlocutor de Guerrero insistió en que era necesario dar un escarmiento y parar los pies a esos “hijos de puta” que se “inventaban” cosas. Entonces ya no hizo tanto hincapié en la necesidad de una contraprestación económica, sino básicamente de recabar información sobre datos, rutas y rutinas de los objetivos, de cómo se movían de casa al trabajo...

Cuando los guardias constataron que los pasos que Guerrero y su aliado proyectaban se iban cumpliendo de forma meticulosa, coartadas con viajes fuera de Ceuta incluidos, alertaron en plenas fiestas navideñas al director de La Esperanza de que evitase caminar solo por la calle, modificase todas sus costumbres y adoptase todo tipo de medidas de autoprotección.

La otra diana, el empleado de SAMU, a quien ya se había 'recordado' verbalmente que en Ceuta a cambio de unos billetes es fácil “buscarse un problema”, vio cómo su coche era parcialmente destrozado a pedradas en el capó y se quedaba sin un retrovisor y un embellecedor en el aparcamiento del estadio municipal durante el partido entre la AD Ceuta y el Castilla que se celebró el 15 de enero, pocos días después del arresto y entrada de prisión de Guerrero.

La teoría conspiranoica del exconsejero

El exconsejero de Sanidad no ha dejado de defender durante los últimos meses que su caída en desgracia es el resultado de una “trama” de “poderes fácticos” liderados por el PP y el PSOE. Según su teoría conspiranoica, ambos estarían asustados por la pujanza del partido que montó en verano, Ceuta Avanza, y que ya han abandonado la práctica totalidad de sus cofundadores.

Su entorno ha llegado a involucrar en la conjura al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, por reunirse con los jefes locales de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Madrid poco después de su detención.

El médico entró en política en 2015 de la mano del PP de Juan Vivas como diputado autonómico raso (no quiso ser consejero para no perder ingresos renunciando a la medicina pública y privada). En 2019 aceptó incorporarse al Gobierno como vicepresidente, con subida salarial y pudiendo compaginar su cargo de consejero de Sanidad con una consulta particular.

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