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El veto de Ciudadanos a pactar con el PSOE es un intento de tapar la fuga de votos por la derecha, según los expertos

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.

Cristina Armunia Berges

Ciudadanos aseguró esta semana, con el adelanto electoral como telón de fondo, que no pactará con el PSOE después de las elecciones del próximo 28 de abril. El partido del Albert Rivera no dejará que “ni uno solo de sus votos” sirva para hacer presidente a Pedro Sánchez y priorizará pactos con PP y Vox para evitar un “nuevo Gobierno Frankenstein”. Lo que para Ciudadanos es evitar un Gobierno de Pedro Sánchez a toda costa, para los expertos es un claro giro hacia la derecha, lugar en el que esperan conseguir muchos más votos que en el centro.

“Ellos aspiran a gobernar. Ellos creen que lo van a poder hacer, en tanto que queden los primeros en el bloque de la derecha. Aspiran a repetir la coalición andaluza, pero con Albert Rivera de presidente”, dice el politólogo Pablo Simón. Es precisamente en esto en lo que todos los expertos consultados están de acuerdo: Ciudadanos quiere dejar de ser un partido bisagra.

Este movimiento, según la politóloga y editora de Politikon Berta Barbet, “les aleja del centro y de intentar ser el partido bisagra entre PSOE y PP”. Mientras que para Barbet el espacio del centro político en España es en estos momentos muy reducido, para el doctor en Ciencia Política e investigador del CSIC José Fernández-Albertos lo interesante es preguntarse “¿alguna vez lo ha habido?”, con el argumento de que en España siempre ha habido “dos grandes bloques ideológicos de los que cuesta mucho despegarse”.

Una de las lecturas que pueden hacerse del anuncio contrario a pactos con los socialistas es “que el centro es muy pequeño”, reconoce Fernández-Albertos. Pero otra, y más interesante para el investigador, es que nuestro sistema electoral para grupos pequeños limita incluso su supervivencia. “En otros sitios con un 5% o un 10% de voto es algo con lo que puedes vivir, pero en España con esto o si bajas un poco más puedes acabar como IU en la segunda legislatura de Zapatero”.

Suturar las fugas a Vox

Ganar votos para Ciudadanos, por tanto, pasa por virar a la derecha y por asegurarle una cosa a su actual o futuro votante: no daremos la presidencia a los socialistas, según explica Simón. “Lo que tienen que intentar es dar garantías a un elector del PP o a los que se le están escapando hacia Vox de que tienen que estar tranquilos porque ellos no van a hacer presidente a Pedro Sánchez”.

“No es que haya renunciado al centro sino que en una evaluación entre el coste y el beneficio, prefiere sacrificar el centro a lo que puede perder por la derecha”, añade Simón.

Pero, ¿qué pasaría si Ciudadanos después de las generales del 28A optase por pactar con el PSOE, como ya ha hecho antes? ¿Esto les pasaría factura? “Es posible que los partidos ahora mismo sean un poco miopes y no estén viendo las consecuencias que puedan tener [algunas decisiones que se anuncian en campaña] a largo plazo”, dice Fernández-Albertos. “Pero si lo hacen así es porque ellos perciben que ese coste siempre es relativo”, continúa y añade: “En este escenario tan volátil, con ciclos electorales tan cortos y con liderazgos tan efímeros, los partidos valoran muchísimo el corto plazo”. También recuerda el experto que “Ciudadanos dijo mil veces que no iba a hacer presidente a Rajoy e hizo presidente a Rajoy y los votantes no le castigaron con ello”.

Pablo Simón cree que Ciudadanos tendría tiempo de explicarle a su electorado por qué finalmente hicieron un pacto u otro. “Tendrían cuatro años en un Gobierno de coalición para tratar de persuadir a sus votantes de que la decisión que han tomado ha sido la correcta”, dice sobre un pacto final entre Ciudadanos y PSOE. Aunque cree que esto solo sería posible si los dos partidos lograsen con sus escaños la mayoría para gobernar sin la necesidad de ningún partido más.

Una apuesta a todo o nada

Para que esta estrategia anunciada en los primeros compases de campaña dé sus frutos, Ciudadanos tendrá que conseguir “un crecimiento suficiente”, alerta Simón. “Aquí el gran problema que suele tener Ciudadanos es que ellos no compiten con sus resultados reales, sino que compiten con sus expectativas”, a lo que se refiere el politólogo es a que deben ser capaces de llegar a los niveles de apoyo que se dibujan en los sondeos.

“Si Ciudadanos quedara con un crecimiento muy minorado a los que le dan las encuestas o con un resultado muy alejado de la segunda plaza sería para ellos un shock importante y esto podría hacer que a la hora de pactar pudieran ser más flexibles”, concluye.

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