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La comisión sobre delitos sexuales decide recuperar el término 'violación' de forma expresa en el Código Penal

Manifestación a raíz de la sentencia contra La Manada.

Marcos Pinheiro

El grupo de expertos encargados de reformar los delitos sexuales en el Código Penal ha acordado este jueves recuperar el término violación e incluirlo de forma clara y expresa con una nueva redacción. En la reunión mantenida este jueves, la primera en seis meses y en la que han analizado un primer borrador de la reforma, los juristas han llegado al consenso de que ese término debe incorporarse de manera rotunda.

Así constaba ya antes de la reforma de Código Penal de 1995, que eliminó esa forma de referirse a una agresión sexual con penetración. En 1999, se reformó de nuevo ese texto para recuperar la palabra violación aunque de forma casi residual. La única alusión se hace en el apartado sobre las penas: “El responsable será castigado como reo de violación con la pena de prisión de seis a 12 años”.

Este jueves, la sección penal de la Comisión General de Codificación ha acordado que se definirá la violación de manera “rotunda” para evitar confusiones como la generada tras la sentencia de la Manada. “Hay acuerdo en que violación se llame violación”, apuntan fuentes de la Comisión.

Hasta ahora, la violación está dividida en dos delitos en el Código Penal. El abuso sexual, cuando no hay violencia ni intimidación y que se castiga con hasta nueve años de cárcel, y la agresión sexual, cuando sí hay violencia e intimidación, que se pena con hasta 12 años de prisión. Tan solo en este apartado, en el de agresión, se usa la palabra violación.

Sin más consensos

Los expertos reunidos solo han comenzado a trabajar en un primer borrador, casi esquemático, sobre el que ahora se irán incorporando las diversas aportaciones de los expertos. No ha habido un acuerdo global sobre cómo reformar esos delitos, así que el Ministerio de Justicia amplía el plazo -que terminaba este jueves- hasta el 31 de diciembre. La próxima reunión se ha fijado para el 13 de diciembre, aunque puede adelantarse.

El debate de este jueves ha girado en torno al borrador elaborado por el presidente de la comisión, Esteban Mestre, junto a un reducido grupo de la treintena de expertos. Este planteaba, como idea de partida, unificar todo en un mismo delito con distintos agravantes. Lo más grave sería la violación, llamada así de forma expresa. En esto es en lo único que ha habido una mayoría a favor, con pequeñas voces discrepantes.

Sobre unificar todo en un mismo delito no ha habido consenso. Lo ha dicho el propio Mestre a la salida de la reunión. Según fuentes presentes en la reunión, algunos expertos creen que es más sencillo abordar la reforma manteniendo los dos delitos -abuso y agresión-, pero otros apuestan que, de cara a que la ciudadanía entienda la reforma y para garantizar la seguridad jurídica, habría que unificar todos los abusos en un único delito con diferentes agravantes.

Ahora los expertos, además de abordar este punto, tienen que decidir si modifican o no las penas, uno de los temas más complicados. Hay voces dentro de la comisión que proponen elevar el castigo por cometer violación, pero otros advierten de que puede equipararse esa pena con la del homicidio, y por eso creen que no debe elevarse.

Una gran parte de la comisión también cree que hay que equiparar el uso de sustancias para doblegar la voluntad de la víctima con la violencia o la intimidación. Fuentes de la comisión apuntan a que uno de los puntos más complicados será el tema del consentimiento de la víctima.

Primera reunión en seis meses

El exministro de Justicia Rafael Catalá encargó el pasado mes de junio una revisión de estos delitos a la sección penal de la Comisión General de Codificación, un órgano asesor al que no había consultado nunca. Ni él, ni prácticamente ningún Gobierno de los últimos 20 años. Recuperar a ese grupo de juristas obligó a actualizar a sus integrantes, todos hombres.

La polémica que se generó por la nula presencia de expertas obligó a cambiar su composición antes de iniciar los trabajos y debido también a las presiones de los propios integrantes. Algunos de ellos dimitieron para ceder su sitio a mujeres.

Al final se optó por ampliar hasta el límite legal el número de componentes de la comisión, lo que permitió dar entrada a 12 mujeres que actualmente trabajan junto a 13 hombres. Además, se incorporó a tres expertas que trabajarían de forma puntual para esta reforma. Ese cambio en la composición se hizo el pasado 18 de mayo.

El encargo de Catalá se produjo justo después de la condena a la Manada, que generó una indignación en la calle canalizada a través de multitud de manifestaciones en toda España. El tribunal impuso una pena de nueve años de cárcel a los acusados al entender que hubo abuso sexual sin “violencia e intimidación”, y no agresión sexual. La Audiencia Provincial de Navarra revisa ahora esa sentencia.

En buena parte de las manifestaciones convocadas se escuchó el grito recurrente “No es abuso, es violación”, en referencia a ese fallo de la Manada. Varios expertos ya apuntaron entonces la necesidad de que la redacción del Código Penal fuese mucho más clara en este apartado.

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