Carromero será puesto en libertad en cuestión de horas tras decretarse el tercer grado penitenciario que le permitirá volver a su domicilio. La liberación del joven dirigente del PP se daba por segura en La Habana y fue pactada entre las autoridades de ambos países en el momento de negociar su extradición, según han confirmado a eldiario.es fuentes del Gobierno. Moncloa no quiere dejar cabos sueltos y, para evitar conflictos diplomáticos posteriores, consensuó con el Gobierno cubano que el envío de Carromero a España supondría, en la práctica, su puesta en libertad. Cuba no puso impedimentos, siempre según fuentes del Gobierno español.
El Ejecutivo de Rajoy tomó la decisión de que Carromero sería un hombre libre y en esos términos pactó con las autoridades cubanas su envío a España. El breve periodo que el joven cachorro del PP tuvo que pasar en la cárcel de Segovia solo representó, según las mimas fuentes, una suerte de dramatización que –todos daban por seguro– acabaría con su protagonista libre y en su domicilio.
Durante la gestión del caso Carromero, España ha redoblado sus esfuerzos diplomáticos. En los días previos a su liberación, el Gobierno envío a la isla a dos subdirectores generales del los ministerios de Exteriores y Justicia. El derroche de recursos empleados en el caso Carromero excede con mucho, según fuentes diplomáticas, a los esfuerzos que el Gobierno realiza en otros asuntos de evidente valor estratégico.
Dicho de otro modo, no es habitual desplazar a dos altos cargos de dos ministerios para resolver un conflicto internacional. Además, las gestiones del ministro de Exteriores español con su homólogo cubano han sido constantes. Incluso durante la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, ambas delegaciones buscaron en una reunión bilateral agilizar la solución al conflicto.
El régimen abierto permitirá a Carromero acudir a la cárcel solo para dormir, aunque los fines de semana los podrá disfrutar por completo en su domicilio. Sin embargo, el dirigente de Nuevas Generaciones ya ha expresado a sus allegados el deseo de someterse al control telemático, mediante la colocación de una pulsera conectada a un dispositivo instalado en el teléfono fijo de su domicilio. En ese caso, Ángel Carromero no tendría la obligación de regresar a la cárcel ni siquiera para pernoctar.
Ángel Carromero fue condenado por homicidio imprudente a raíz del accidente de tráfico que sufrió en Cuba el 22 de julio, en el que fallecieron los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepero. El 29 de diciembre, el dirigente popular, llegó a la prisión de Segovia para completar su condena en nuestro país.
Esperanza Aguirre dificultó la liberación
Tras un intenso trabajo diplomático en el que se ha involucrado personalmente el ministro de Exteriores, Moncloa daba por cerrado el conflicto y planeaba la liberación de Carromero sin que este paso provocase una posterior batalla diplomática con Cuba. Sin embargo, Esperanza Aguirre se cruzó en los planes del Ejecutivo de Rajoy. La dirigente del PP madrileño se puso al frente de la revindicación de libertad para Carromero y su actitud le dio al asunto una visibilidad extra que en Exteriores no vieron con buenos ojos.
El malestar del Gobierno con Aguirre por el asunto Carromero es patente, según relatan a eldiario.es fuentes del Ejecutivo. Sin su concurso, dicen, todo podría haberse resuelto con mayor celeridad y sin riesgos futuros para la política exterior española.