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La falta de transparencia, una cuestión de partidos

Depositando el voto en la urna

Borja Ventura

Uno de los proyectos de Ley más esperados, comentados y, a falta de su resolución final, más decepcionantes del curso político ha sido el de la Ley de Transparencia. Apenas algunos coletazos de las recomendaciones de los expertos, escaso debate y muchísimas generalidades en la redacción previa han hecho que pocos más allá de los miembros del partido en el Gobierno esperen que sea más fácil saber qué hacen nuestros cargos públicos y por qué una vez el texto se apruebe.

Cierto es que actualmente, y tras varios años, se pueden conocer al detalle las declaraciones de patrimonio y actividades de diputados y senadores y, a título personal a través de sus partidos, descargar las nóminas de algunos líderes políticos (como los miembros destacados de UPyD). Muchos cuentan qué hacen a través de las redes sociales, comparten sus agendas o incluso ponen en un mapa dónde están y qué hacen (como Chesús Yuste, de la Chunta Aragonesista).

Pero, ¿qué sucede, no ya en los Parlamentos y Ministerios, ni tampoco a título personal, sino en la vida interna de los propios partidos? Entre los grandes, y salvo excepciones, las formaciones políticas que tienen que impulsar un supuesto esfuerzo para lograr una mayor transparencia son las que más trabas ponen.

Si cualquier ciudadano con ganas de obtener información buscara a través de las webs de su partido apenas encontraría información sobre cuentas, ingresos, militancia o, en algunos casos incluso, funcionamiento interno. Por si todo esto no fuera suficiente, intentar contactar con los propios partidos para que faciliten más información no suele tener mejores resultados: muchos departamentos de comunicación acaban por funcionar justamente con la intención contraria, es decir, evitar dar información o dar respuesta a las peticiones.

Las cuentas de los partidos

Este es un apartado especialmente comprometido, porque sólo algunos partidos las comparten sin dobleces. Por ejemplo, Izquierda Unida publica en su web documentos como el balance de situación o el presupuesto de la coalición. Algunos de los ingresos previstos para 2013 proceden de las cuotas (325.044,47 euros) o del Estado (2.537.748,96 euros del ministerio del Interior). También contempla los gastos anuales, como 1.355.643,77 euros en personal. Por su parte, Equo ganó en 2012 55.575,1€ en donaciones y 127.770,44€ a través de las cuotas de su militancia. UPyD, por su parte, lleva publicando esos datos desde 2008, cuando ingresó 98.000€ por donaciones (que llegaron a los 160.354,14€ el pasado año) y 577.262,8€ por cuotas de su militancia (que llegó a la cifra de 976.411,78€ en 2012).

El PP comparte públicamente esa información desde hace unos meses, tras el estallido del ‘caso Bárcenas’ y como forma de intentar aplacar las críticas. Lo hace a través de documentos online con partidas genéricas, números redondeados y poca profundidad en la información, pero permite saber que en 2008 ingresó 1,3 millones en donaciones y 11,4 millones de euros a través de cuotas, por los 2,1 millones en donaciones del pasado 2011, último año del que dan información, y 12,3 millones en cuotas.

En el PSOE se puede acceder al presupuesto previo anual, es decir, aquello que el partido estima que va a ingresar por cuotas, pero nada respecto a las donaciones.

Militantes, afiliados, simpatizantes

Entre los cinco grandes partidos del país también hay diferencias en lo que se refiere a sus miembros. No todos manejan las mismas estructuras, aunque se repite la de distinguir entre militantes, es decir, quienes pagan cuotas y participan de forma activa en la vida de la formación, simpatizantes, es decir, quienes en algunos casos participan con voz pero sin voto y sin pagar cuotas, y los afiliados, que algunas formaciones cuentan sumando los dos datos anteriores.

Pero cada formación también es un mundo en eso: en el PP por ejemplo aseguran que no existe como tal la figura ni de militante ni de simpatizante, y que sólo se cuenta la de afiliado. Según sus datos en 2009 tenían 793.908 y en junio de este año estaban ya en los 864.939, siendo el mayor partido no sólo en votos o representación territorial.

Pero esa forma de contar no es la única peculiaridad: según fuentes del PP no existe una cuota fija, sino que cada uno paga lo que estima oportuno, lo que podría explicar el elevado número de miembros y, a su vez, podría ser comprensible dadas las altas cifras de donaciones declaradas por el partido en sus cuentas oficiales (más de 4,5 millones de euros entre 2008 y 2011).

En el PSOE reconocen cifras mucho menores y, a diferencia del PP, un retroceso tras la debacle electoral de 2011. Si en el Congreso se dejaron setenta diputados en sólo una legislatura, la sangría de afiliados fue algo menor: de los 623.531 de 2011 a los 623.455 de 2012, menos de un centenar atendiendo a estos números.

Pero según fuentes internas del partido realmente el bajón es mucho mayor porque los que pagan, los militantes, llevan años cayendo (desde los 236.572 de 2008 no han dejado de caer en número, hasta los 216.952 que tenían en 2012), y salvan este bajón contando como simpatizantes a todos aquellos militantes que han dejado de pagar la cuota, por eso esta cifra crece año a año (de unos 350.000 en 2008 a más de 400.000 actualmente, según cálculos internos).

En los dos partidos más jóvenes las cifras son mucho más optimistas: Equo nació en 2011 con unos 2.500 socios y donantes y cuenta tener a mitad de este año más de 17.000 afiliados. Las cifras son algo más modestas en UPyD, a pesar de tener una notable representación parlamentaria: en 2008 tenía 1.613 y a principios de este verano, antes de los problemas vividos en Cantabria y Euskadi, tenían algo más de 6.000. No es, sin embargo, su mejor momento, que alcanzaron en 2011, cuando las elecciones generales, con más de 7.000 afiliados, lo que indica un fuerte desgaste interno en estos dos últimos años.

A la hora de pagar también existen diferencias entre los partidos: de la cuota ‘voluntaria’ que aseguran tener en el PP, hasta los 60 euros que cuesta estar en el PSOE, derramas regionales extraordinarias aparte. En UPyD cuesta 20 euros al mes afiliarse y en Equo son 10 euros mensuales. Además, existen cuotas superreducidas para casos especiales, variando de los 7 euros mensuales en UPyD a los dos del PSOE o el pago cero para algunas situaciones en Equo.

Estatutos

Además de la dificultad para acceder a información interna, hay un caso especialmente llamativo en los grandes partidos nacionales: en el PP no se comparten públicamente sus últimos estatutos, es decir, la reglamentación interna por la que se gestiona un partido que, como todos, vive en gran parte de dinero público.

Esta situación tan singular es una orden interna reciente, ya que los estatutos del partido antes de su Congreso del año pasado eran fácilmente localizables. Desde la cumbre de Sevilla sin embargo sólo está disponible para descarga la versión propuesta por los ponentes, que luego recibió decenas de enmiendas. El texto final aprobado, el que rige la vida del partido del Gobierno y que tiene mayor poder institucional del que jamás otra formación ha tenido en democracia, no sólo no se comparte sino que desde comunicación se niegan a facilitarlo a la prensa ¿Por qué? “No lo sé, me han dicho que no se comparte”, fue la respuesta.

Fuentes accesibles vía online:

PP: Declaración de Ana Mato | Cuentas anuales

PSOE: Informe de gestión | Presupuestos 2009 | 2010 | 2011 | 2012 | 2013

IU: Transparencia (presupuestos, balances de situación, cuentas de pérdidas y ganancias)

UPyD: Cuentas anuales | Informe de gestión

Equo: Cuentas anuales

Lo que cuentan al respecto otros medios: InfoLibre, ABC, Público

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