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Feijóo y Ayuso usan la derogación de la sedición para lanzar la precampaña de las autonómicas

El PP ha entrado en modo precampaña electoral. 2023 repartirá buena parte del poder en España, desde los ayuntamientos al Gobierno de la nación. Alberto Núñez Feijóo se juega su única bala para llegar al Palacio de la Moncloa dentro de un año. Pero antes, en mayo, se celebrarán los comicios municipales y autonómicos. Una cita que marcará el futuro no solo de alcaldes y presidentes regionales, sino también las aspiraciones del dirigente gallego. En un acto conjunto por la derogación de la sedición, Feijóó, junto a Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida, han reclamado el voto contra “los sanchistas, los nacionalistas y los independentistas” y para elegir “Entre Podemos y dignidad”.

El de este sábado es el segundo acto contra la reforma del Código Penal. El PP de Madrid ha reunido a un par de miles de personas en un recinto que no se ha elegido al azar: el pabellón Magariños, donde juega el equipo de baloncesto del Estudiantes, directamente relacionado con el Ramiro de Maeztu, donde estudió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Sánchez ha sido el objetivo de las alocuciones de los tres oradores. El cierre ha corrido a cargo de Feijóo, con un discurso en clave electoral y quien ha aprovechado no solo para criticar todas y cada una de las actuaciones del Gobierno y calificar de “minoría” el apoyo de cerca de que 190 diputados, por tercer año consecutivo, ha logrado el Ejecutivo para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, así como para la reforma de la sedición.

También ha arremetido, sin mencionarlo, contra Vox y su campaña de manifestaciones para protestar contra la derogación de la sedición. “Este partido llegó a reunir once millones de votos. No se va a amedrentar por esta coalición plurinacional. Convertiremos la indignación en votos, porque nuestro objetivo no es llenar las calles, es llenar las urnas de gentes libres que votan libremente. Es la forma de dar al país el Gobierno que merece”.

Tras estas palabras, una mujer del público le ha reprendido vox en grito: “Hay que llenar las calles también”. Este domingo, Vox ha convocado una concentración en la Plaza de Colón a la que el PP no solo no se ha sumado, sino que ha ignorado expresamente día tras día.

Feijóo, como si fuera un mitin de campaña, también ha arremetido contra la división del voto de derechas. “Cada voto a cualquier otra formación política, Sánchez lo celebrará. Las mayorías absolutas que he conseguido es porque la gente entendió y comprendió que si unimos el voto de centro derecha vamos a tener la mayoría suficiente para gobernar y si lo dividimos van a seguir gobernando los sanchistas, los nacionalistas y los independentistas. Unámonos. Si queremos a España, unámonos a España”.

También sin mencionarle, Feijóo se ha referido a Pablo Casado, a quien sustituyó el pasado mes de abril tras el golpe de mano de los barones del PP. “Hasta abril iban ganando”, ha dicho. “Y desde abril pierden todos los meses”, ha sostenido, para finalizar: “Este PSOE, ya no. Y ahora el PP, sí. Ahora sí”.

Coreado por el público, Feijóo ha concluido: “Entre impuestos y familias, familias. Ente indultos y cumplir la palabra, cumplir la palabra. Entre sedición y unidad, unidad. Entre incompetencia y jueces, jueces. Entre soberbia y servicio publico, servicio público. Entre Podemos y dignidad, dignidad. Entre ERC y la Constitución, la Constitución. Entre Bildu y la Guardia Civil, la Guardia Civil. Entre este PSOE y el interés general, el interés general. Entre Sánchez y España, España”.

En el plano interno, Feijóo también ha tenido mensajes hacia quienes en las últimas semanas lo han puesto en duda, alguna vez incluso de forma anónima desde los periódicos. “Sé cuál es mi misión”, ha dicho. “Representar a una gran mayoría de españoles y contribuir a traer la concordia a este país, que no la conoce desde hace ya mucho tiempo”, ha añadido. “Vuelvo a reiterar lo que quiero hacer: quiero unir, reunir, quiero coser lo que está roto. Si no creyera que estoy preparado para hacerlo, no estaría aquí. No vendría aquí”. Ese “aquí” es Madrid. “He venido a Madrid a servir a mi país, a cambiar el Gobierno de España, a hacer lo que he hecho toda mi vida, servir los intereses generales, a la gente, que es la propietaria del país”.

Contra los insultos tras llamar “caradura” y “arrogante” a Sánchez

Feijóo no solo ha hablado de las todavía lejanas elecciones generales. También de las más cercanas municipales y autonómicas, fundamentales para sus intereses. El PP necesita ganarle algún gobierno al PSOE. Y ha puesto la proa a los dirigentes regionales socialistas. “Si Sánchez y sus barones quieren decirle amén a Podemos hasta cuando hacen una chapuza de ley, nosotros no. Si Sánchez y sus barones quieren que les gobiernen aquellos a los que España les importa un comino, nosotros no. Y si Sánchez y sus barones quieren ponerse en las manos de Otegui, nosotros no”.

“¿Os imagináis qué podría ser cuatro años más, tener al señor Sánchez hasta 2028? Estamos aquí para decirle a los españoles que esto ha de terminar, que esto ha de acabar, que ha de finalizar y que democráticamente lo vamos a hacer”. También en clave interna, Feijóo ha defendido: “Se equivocan si creen que la centralidad es indiferencia, que la moderación es docilidad, que nos vamos a quedar quietos, callados y mudos. No lo haremos. No insultar no significa arrodillarnos y callarnos. Cuando se tiene la razón no es necesario insultar a nadie”.

Pero en su propio discurso Feijóo ha criticado con dureza a Pedro Sánchez, al que ha calificado de “incompetente”, de “arrogante” y de “soberbio”. Pero la palma se la ha llevado Ayuso, quien directamente le ha llamado “caradura”.

La presidenta regional ha confirmado este sábado que su intención es reiterar una campaña que le ponga a la altura de Pedro Sánchez, que la convierta en un elemento estatal, muy por encima de su labor de dirigente madrileña, tanto en el PP como a nivel institucional.

La idea con la que Ayuso acudirá a las urnas en mayo de 2023 es la misma que en 2021: Madrid es España y el Gobierno la quiere destruir. Para Ayuso, Madrid es “el corazoncillo” de España y, desde la capital, ella habla “a los españoles en un momento decisivo para España”. En una cabriola histórica a la que no llegaron ni quienes hace unas décadas se inventaron el mito de la nación de 500 años, Ayuso ha sostenido que “Madrid no es solo un lugar geográfico, sino de una forma de ver la vida, de cinco siglos de mestizaje, de tendencias de vanguardias, cinco siglos de servicio a España”.

Ayuso ha hecho un discurso marcadamente ideológico, en el que ha ignorado los asuntos de la gestión de la región. Ni una palabra sobre el importante conflicto de la Sanidad pública que tiene a su consejero, Enrique Ruiz Escudero, en un momento muy delicado.

Para la presidenta, Madrid “es una pieza a batir en el proceso de destruir España” y ha comparado la capital, pues habla de región y ciudad de forma indistinta como si fueran lo mismo, con los símbolos de la nación. “Molestamos mucho”, ha dicho, para añadir: “Molesta el rey, la monarquía, la Guardia Civil, el idioma español, los símbolos, la Constitución, el empleo, las tradiciones, los católicos. Todo les molesta, nos quiere llevar a una república federal laica”.

“¿Qué más tiene que pasar para que los españoles reaccionen”, ha interpelado. “¿Qué más noticias tenemos que ver para que esto despierte?”, ha añadido.

Ayuso ha criticado la diversidad que reconoce la nueva ley de familias y, en un ejercicio de doblepensar digno de George Orwell, ha señalado que desde la Moncloa se quiere “imponer” que hay muchos tipos de familia, dando a entender que hay uno solo. “Hasta una persona sola también es familia”, ha criticado.

“La democracia para Pedro Sánchez está por encima de la ley”, ha sostenido, en un ejercicio de reconocimiento ideológico poco común, para concluir: “España va a cambiar de rumbo en 2023”.