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Feijóo se encadena a la estrategia de Ayuso

Aitor Riveiro

22 de marzo de 2024 22:43 h

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“Cada uno sabrá muy bien calificar y distinguir entre una conversación privada más o menos afortunada, o que pueda conllevar descalificaciones que puedo entender”. Con esta enrevesada frase intentó despachar este jueves Alberto Núñez Feijóo las amenazas y bulos lanzados contra elDiario.es y dos periodistas de El País por la mano derecha de Isabel Díaz Ayuso. El líder del PP evitó condenar o criticar los insultos de Miguel Ángel Rodríguez contra la redacción de este medio, así como la advertencia de que iba a “triturar” a elDiario.es. Feijóo cierra así filas no solo con Ayuso, sino también con su jefe de Gabinete ante la triple cita electoral de los próximos meses y entre incipientes críticas internas a su estrategia discursiva.

Hasta cuatro veces le preguntaron los periodistas a Feijóo  durante una breve rueda de prensa que ofreció en Bruselas por las amenazas y bulos lanzados por Miguel Ángel Rodríguez. El líder del PP se había escabullido hasta entonces de responder en los días previos por las amenazas, reconocidas, de la mano derecha de Ayuso, pero no pudo evitar hacerlo en su viaje para asistir a una reunión del PPE previa al Consejo Europeo. Europa no es España.

“Allá cada uno con lo que dice”, dijo también Feijóo, quien insistió una y otra vez en el carácter supuestamente “privado” de la conversación en la que se produjeron las amenazas y que, tal y como ha explicado elDiario.es, no se produjo en un entorno de confianza previa entre la periodista y el jefe de Gabinete de Ayuso. Pese a ello, Feijóo reiteró: “Si hay una conversación privada le corresponderá a las partes, pues tomar las decisiones y las calificaciones que correspondan”.

Rodríguez, con un sueldo de 94.324 euros anuales, no ha recibido reproche alguno desde la dirección nacional a su estrategia de amedrentamiento personal a periodistas y a las empresas editoras de los medios que fiscalizan a la presidenta de Madrid. Tampoco hay peros del equipo de Feijóo a la estrategia discursiva diseñada para intentar tapar el escándalo de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, imputada por tres delitos, y las consecuencias que pudiera llegar a tener para la presidenta. 

La pareja reside en dos viviendas, una es propiedad de Alberto González Amador. La otra, de una sociedad cuyo administrador es su abogado. Ambas fueron adquiridas tras los pelotazos y el fraude fiscal con el que, según la Fiscalía, la pareja de Ayuso intentó no pagar 350.000 euros en impuestos. Un juzgado de Madrid ha admitido el caso.

Feijóo completa así el cierre de filas total con Ayuso. Primero defendió a la presidenta, y ahora también al hacedor de toda su estrategia. A diferencia de lo que hizo Pablo Casado cuando abrió un enfrentamiento con la presidenta de Madrid por el control del PP autonómico. De hecho, la incorporación de Miguel Ángel Rodríguez fue uno de los primeros motivos de discrepancia entre Casado y Ayuso, hasta entonces amigos y compañeros de militancia desde la juventud.

Tras el apoyo de Feijóo a Ayuso y a sus intereses no hay un posible respaldo leal a una compañera. O no solo. Detrás del cierre de filas alrededor de la presidenta y toda su estrategia amedrentadora reside el miedo a que los problemas fiscales, judiciales y políticos que rodean al PP de Madrid puedan irrumpir en el rally electoral del primer semestre de 2024: vascas (21 de abril), catalanas (12 de mayo) y europeas (9 de junio).

Evitar el enfrentamiento

Feijóo se marcó el primer semestre de este año como clave en su futuro como líder de la oposición. En enero expuso ante los órganos del partido que debían ganar en las elecciones gallegas, mejorar en las vascas hasta convertirse en imprescindibles para la gobernabilidad de Euskadi y volver a batir al PSOE en las europeas. 

El primer hito se logró, pese al patinazo de asumir los indultos para los políticos catalanes huidos. La mejora en las vascas se da por hecha ya que el candidato, Javier de Andrés, parte de una posición imposible de empeorar y muy propicia para subir en votos y diputados.

Y el camino hacia las europeas parecía despejado después de que se desvelase la investigación contra una trama de altos cargos del Gobierno ligados al Ministerio de Transportes que habrían cobrado comisiones ilegales en la venta de material sanitario durante la pandemia. Un escándalo que se ha llevado por delante al exministro y ex secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos.

Pero el diseño que trazaron en Génova 13 se vio interrumpido por la inesperada convocatoria electoral en Catalunya, después de que ERC y PSC no lograran el apoyo de En Comú Podem a los presupuestos del Govern. Unos comicios que, si bien pueden implicar que el PP mejore y mucho sus pésimos resultados de 2021, está el riesgo para los populares de que el PSC recupere la Generalitat, según apuntan los sondeos. Un posible éxito imprevisto para Pedro Sánchez antes de las europeas de junio que no estaba en los planes del PP.

El fraude de la pareja de Ayuso y la reacción de la presidenta, quien llegó a decir que en realidad Hacienda debe 600.000 euros a Alberto González Amador, ha irrumpido en la precampaña de esta gincana electoral, que cuenta con la novedad catalana. Y en esta situación, reconocen algunas voces en el PP, no es el momento de cambiar “la conversación”.

La estrategia de Feijóo pasa por atacar al Gobierno por dos flancos fundamentales: la ley de amnistía y el ‘caso Koldo’. Dos temas de actualidad que suscitan el interés de los medios y de la ciudadanía, que permite al PP criticar a Pedro Sánchez por la vía de la credibilidad sobre Catalunya y de la lucha contra la corrupción. Dos elementos claves en la caída de Mariano Rajoy y su ascenso al poder.

Pero si Feijóo, o sus portavoces, desautorizan siquiera levemente a Ayuso o Miguel Ángel Rodríguez, la conversación puede girar. Y si algo teme el PP son titulares que, en lugar de hablar de la mejora en las urnas que prevén las encuestas, hablen de un enfrentamiento interno entre dos de sus principales referentes públicos. Sobre todo, si se tiene en cuenta cómo acabo el último cisma entre un presidente nacional y la líder madrileña.

Críticas internas

Porque Feijóo y su equipo creen haber encontrado la fórmula contra Sánchez. El presidente llegó a la Moncloa con la premisas de acabar con un Gobierno corrupto, el del PP de Rajoy y la Gürtel, y para solucionar el problema catalán.

Pero Sánchez ha incumplido algunas de sus promesas, como la de conceder los indultos a los presos del procés o la de amnistiar, entre muchos otros, a Carles Puigdemont. El expresident, huido desde hace siete años a Bélgica, encabezará la lista de Junts y ha prometido volver a España si tiene los números para volver a ser elegido por el Parlament para encabezar el Govern.

Además, en el PP han visto con el caso de fraude que afecta a la pareja de Ayuso, y por extensión a ella misma, un medio para arremeter en público contra la esposa de Pedro Sánchez, señalada por algunas informaciones periodísticas por un supuesto beneficio personal que relacionan con el rescate público de la aerolínea Air Europa. Un asunto que no está judicializado ni, que se sepa, investigado por Fiscalía, la policía o algún juzgado.

La tensión en cada sesión de control al Gobierno, los martes en el Senado y los miércoles en el Congreso, ha ido en aumento. El cruce de acusaciones es cada vez más crudo. Feijóo se centra en Sánchez y en el supuesto conflicto de intereses protagonizado por Begoña Gómez. Su mano derecha, Miguel Tellado, ha elegido como diana a la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol. 

Y contra sus formas se han rebelado algunos diputados del grupo parlamentario. En petit comité. En bajito. Sin hacer pública su discrepancia, que es más bien un intento de reafirmar su propia estrategia de hace unos años. Diputados, que ya lo eran cuando Casado era líder del PP han intercambiado mensajes de desacuerdo, y desagravio.

Algunos de esos mensajes, adelantados por El País y a los que también ha tenido acceso elDiario.es, comparan lo que decían los dirigentes de la ‘era Feijóo’ con el actual discurso. “Nos dijeron que moderáramos el tono, que bajáramos el nivel dialéctico, que nos relajáramos, que no hiciéramos aspavientos, que no interrumpiéramos intervenciones ajenas, que no molestáramos con gestos… que a ”los nuevos“ no le gustaban esas cosas. ¿Eso solo valía para los diputados elegidos por Pablo Casado? ¿Ya no vale?”, se pregunta uno. “Si venía a cambiar la política lo que está cambiando es la forma de percibirla por parte de la gente. Antes le daba pena. Ahora le da asco”, añade. “Cuando no gobiernas… la vida es diferente”, concluye.

“Cuando alguno subía el tono te miraban mal y Jaime [por Jaime de Olano] me decía siempre que moderara… que estos querían otra cosa”, se puede leer en otro mensaje. “Bochornoso Tellado ayer”, señala otro wassap sobre  el portavoz parlamentario. “Y todos”, se lee en otro. “Matones de barrio”, concluyen.

Desde la dirección del grupo parlamentario y del PP no han querido hacer ningún comentario a elDiario.es sobre estos mensajes. Génova intenta no darle demasiada importancia para no destacar su existencia, y ni siquiera intentarán buscar a los autores, según han informado a este medio.

La consigna es clara: que nada distraiga del objetivo electoral marcado. Todo lo que suene diferente estorba. Mucho más, si se habla de la ‘interna’ del partido. Y si eso implica tener que pasar por alto que un alto cargo de la Comunidad de Madrid ha amenazado con cerrar un medio de comunicación en la España de 2024, Feijóo no tiene problema en pasarlo por alto.

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En elDiario.es somos conscientes de que publicar noticias como esta no es fácil, que puede haber consecuencias. Al menos ya sabemos a qué nos enfrentamos esta vez. Nos lo han dejado claro y por escrito: “Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar”. Las amenazas de Miguel Ángel Rodríguez, la mano derecha de la presidenta de Madrid, no son solo un calentón. No es siquiera la primera vez que recurre a presiones así para evitar que se publique una información.

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