El viento parece soplar a favor de Alberto Núñez Feijóo. Lo dicen las encuestas, lo saben en Génova y también en el PSOE. El recién elegido líder del PP llega a su primera cita electoral con la perspectiva de ganar en Andalucía, la histórica joya de los socialistas, quienes llegan a la campaña sin expectativas de gobernar. El líder gallego ve al alcance de la mano revalidar la Junta el próximo 19 de junio. El gran reto para el candidato a repetir, Juan Manuel Moreno Bonilla, es conseguir una mayoría suficiente e intentar evitar que Vox imponga una coalición. Al presidente andaluz se ha encomendado Feijóo con un doble objetivo: poder prescindir de la ultraderecha y, a la vez, demostrar que se puede hacer con un mensaje moderado alejado del de Isabel Díaz Ayuso.
El PP tiene fresco en la retina el resultado en Castilla y León, donde Alfonso Fernández Mañueco decidió adelantar las elecciones pensando que le iba a impulsar el viento de cola de Ayuso en Madrid. Sin embargo, la campaña se le hizo larga y acabó desinflándose. Recurrió en el último tramo a la presidenta madrileña, quien acaparó con su discurso el acto de cierre de campaña. Contra eso se conjura ahora el PP, que espera que la gestión de Moreno en estos cuatro años –que no solo no le han pasado factura, sino tras los que aprueba con un 6,28 en el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)– y la desmovilización de la izquierda le aúpen a un triunfo próximo a la mayoría absoluta.
La gran incógnita es en el arranque de la campaña es si Moreno conseguirá rentabilizar el derrumbe de Ciudadanos, atraer voto del PSOE y frenar el ascenso de Vox para conseguir gobernar en solitario. Todo, sin abandonar un discurso alejado, casi opuesto, al de Ayuso en Madrid. De hecho, la dirección del PP andaluz no tiene previsto que la presidenta madrileña acuda a ningún acto en los próximos 15 días. Su única presencia en Andalucía fue una visita fugaz a la provincia de Cádiz la semana pasada.
Algunas encuestas reflejan esta senda para Moreno, pero no todas. Pero incluso las peores ofrecen un escenario tan favorable que en el PP se esfuerzan en rebajar las expectativas y evitar la relajación. El mayor riesgo es que sus bases den el triunfo por seguro y opten por no ir a votar para disfrutar de un fin de semana que apunta a caluroso.
Aunque la tendencia de la candidatura de Macarena Olona es de estancamiento, el barómetro preelectoral del CIS señala que el PP necesitará de la extrema derecha para gobernar. Está por ver si Moreno logra que haya un apoyo externo, como en Madrid, o si Vox cumple su promesa pública de exigir, sí o sí, su cuota alícuota en el futuro Gobierno de la Junta.
El PSOE ha vuelto a hacer de la entrada de Vox en un gobierno autonómico uno de los de los principales ejes de la campaña, a pesar de que se ha demostrado fallida en otros comicios. El caso más reciente, en el ya citado de Castilla y León. En las filas socialistas hay preocupación por la desmovilización de los suyos, aunque todas las fuentes consultadas insisten en una activación en los últimos días y confían en que se potencie a lo largo de la campaña electoral. “Empezó fría y va mejorando”, aseguran en Ferraz, donde se aferran al resultado en Castilla y León. Entonces, los sondeos pronosticaban la catástrofe para Luis Tudanca, que perdió pero por tan solo 16.000 votos, aunque sufrió una importante caída en escaños.
Las expectativas de los socialistas son, en todo caso, muy bajas y asumen que no van a tocar el poder en su antiguo bastión. “El PP se ha consolidado y va a pedir el voto útil para no gobernar con la ultraderecha. Nosotros seguimos pagando el desgaste de 37 años de gobierno y también que la gente no conozca al candidato”, resume una dirigente andaluza.
Juan Espadas lleva apenas un año al frente del PSOE andaluz, tras siete como alcalde de Sevilla. Pero ha sido insuficiente para darse a conocer: un tercio de los andaluces (incluso un tercio de los votantes socialistas) no le conocen, según el sondeo del CIS. “Se equivocará”, ha dicho el aspirante socialista sobre el varapalo que pronostica para él José Félix Tezanos, que le da una horquilla de entre 32 y 36 escaños frente a los 47-49 del PP.
El objetivo que se han marcado es mantener el resultado de Susana Díaz, que hace cuatro años se hundió a los 33 diputados con el 28% de los votos. Sacar de la abstención a los cerca de 400.000 votantes que se quedaron en casa entonces es el principal reto que se ha marcado Espadas para la campaña.
Espadas ha multiplicado su agenda en los últimos tiempos y ha contado ya en algunos actos de precampaña con Sánchez, que no visitará finalmente todas las provincias, como era la intención. El presidente participará en un acto en Almería este domingo, en Málaga el sábado siguiente y en el cierre de campaña en la capital hispalense. Los socialistas se arriesgan a perder en todas las provincias, incluida Sevilla.
La división de la izquierda en dos listas se penaliza
El resultado no es nada alentador para las fuerzas progresistas en Andalucía. Según el CIS, el PP conseguiría más escaños que las tres juntas: PSOE, Por Andalucía (9-10) y Adelante Andalucía (2). El proceso de formación de la candidatura a la izquierda del PSOE supuso un choque que, según las fuentes consultadas, les pasa factura. Frente a los 17 diputados que logró hace cuatro años la candidatura unitaria liderada por Teresa Rodríguez, la suma de la gaditana e Inma Nieto, que como el candidato socialista también es bastante desconocida entre su electorado, se dejaría al menos cinco escaños, según el CIS, pese a que su caída en porcentaje de voto sería proporcionalmente menor.
En la campaña se volcará el ministro de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón, que participará en una decena de actos mientras que uno congregará a los dirigentes nacionales de Podemos y Yolanda Díaz el próximo día 14 en Sevilla. Además, la vicepresidenta del Gobierno participará en otro acto de campaña el día 11 de junio en Córdoba para arropar a Nieto, la candidata a la que dio su apoyo durante la negociación de la coalición en la que participan Podemos, IU, Más País, Verdes Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz.
Por su parte, en Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez mantiene la fuerza en Cádiz, donde tiene asegurado el escaño y se juega uno en Granada, de acuerdo al centro demoscópico público.
El que se juega su supervivencia una vez más es Ciudadanos. Al igual que sucedió en Castilla y León, el partido de Inés Arrimadas pelea por no quedar como fuerza extraparlamentaria tras haber formado parte del Gobierno bipartito con el PP.