El presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, ha logrado este domingo refrendar su mayoría absoluta. Se trata de la cuarta consecutiva para el PP en Galicia. En Euskadi, por su parte, el PNV ha vuelto a ganar las elecciones con un apoyo más sólido que el logrado en 2016 y que alcanza el techo histórico de su candidato a la reelección, Iñigo Urkullu. La suma de los escaños de los nacionalistas vascos al leve crecimiento del PSOE –que, no obstante, sigue sin rentabilizar el 'efecto Sánchez' en Moncloa y repite el mal resultado en Galicia– permitirá al actual lehendakari volver a gobernar en coalición con los socialistas, tras unos comicios marcados por la abstención, que en Euskadi ha alcanzado un histórico 47%, en pleno crecimiento de los rebrotes de la pandemia.
Las elecciones vascas y gallegas del 12J, unos comicios inéditos precisamente por la crisis del coronavirus, reflejan, sin embargo, un hundimiento de Unidas Podemos, que pasa de tercera a cuarta fuerza política en el Parlamento vasco y que se ha quedado fuera del gallego. Otro de los derrotados de la jornada es el líder del PP, Pablo Casado, cuya gran apuesta personal, la suma de PP y Ciudadanos en Euskadi, se hunde y pierde cuatro de los 9 representantes que hasta ahora tenían los populares en solitario en el Parlamento vasco.
El BNG, por su parte, es uno de los vencedores de la noche ya que ha logrado el ansiado 'sorpasso' al PSOE en Galicia, donde los socialistas pasan de segunda a tercera fuerza. También Vox, que ha conseguido entrar en el Parlamento vasco con un escaño. No obstante, ni la extrema derecha ni Ciudadanos –que sí logra representantes en Euskadi gracias a la coalición con el PP– tendrán escaños en Galicia.
La configuración del arco del Parlamento gallego para los próximos cuatro años muestra a un PP asentado en su cuarta mayoría absoluta, con 41 escaños –con el 99,27% escrutado–. El poder que Feijóo se lleva en el bolsillo después de las elecciones gallegas del 12J trasciende la contienda autonómica y le sitúa como uno de los pocos presidentes que han conseguido obtener cuatro mandatos por mayoría absoluta. El resultado supone igualar las cifras de Manuel Fraga y la entrada en un club con un puñado de nombres que forman parte de la historia política de España: Jordi Pujol, José Bono, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Ni siquiera Pujol consiguió cuatro victorias absolutas, pese a estar en el poder de manera ininterrumpida durante 23 años. Las elecciones gallegas encuentran en ese punto su primera conclusión: la confirmación de Feijóo como un líder político con un currículum que ya lo quisiera Pablo Casado para sí mismo.
La jornada electoral gallega se ha desarrollado con sobresaltos de primera hora, después de que la Televisión Gallega publicase un sondeo que dejaba la mayoría en el aire, apuntando a la nacionalista Ana Pontón como la gran novedad de la noche. La candidata del Bloque Nacionalista Galego ha conseguido marcar un hito para su partido con el mejor resultado de su historia, por encima de los 18 diputados que Xosé Manuel Beiras consiguió en 1997.
Para Feijóo la victoria supone el refrendo a su gestión durante la primera fase del coronavirus pero sobre todo confirma la inexistencia de un liderazgo firme en el seno de la izquierda gallega que pueda hacerle sombra. El tiempo dirá si el impulso adquirido por Ana Pontón en esta cita es la antesala de algo para el tiempo en el que Feijóo ya no esté. El vencedor de las elecciones ya ha dicho que no volverá a por un quinto mandato y muchos creen que, ni siquiera, agotará el que los gallegos acaban de concederle. Cada vez que se le pregunta por sus aspiraciones en Madrid, Feijóo juega al escapismo apoyado en el argumento de que eso ya se lo han preguntado antes y, sin embargo, nunca cruzó el túnel de O Padornelo sin intención de volver.
El principal cambio es el resultado del BNG, que con 19 escaños es la segunda fuerza en la Cámara gallega y adelanta al PSdeG de Gonzalo Caballero, que se queda con 15. Otra de las sorpresas de la noche es que Galicia en Común-Anova Mareas se queda fuera del Parlamento.
En Euskadi, el PNV obtiene 31 escaños. Se trata de un excelente resultado que le acerca a su máximo histórico de 1984, cuando todavía no se había producido la escisión de EA, partido ahora integrado en EH Bildu. Son tres escaños más que en 2016 y un porcentaje de voto cercano al 40%, casi al nivel del Juan José Ibarretxe de 2001 cuando el exlehendakari concurrió en coalición con EA. El PNV gana en los tres territorios y crece en los tres territorios.
La coalición EH Bildu es la otra gran triunfadora en Euskadi. Experimenta también una fuerte subida y alcanza los 22 escaños, que son cuatro más que los actuales 18 de la formación abertzale. Maddalen Iriarte mejora la irrupción de 2012, con Laura Mintegi, que obtuvo 21. PNV y EH Bildu suman 53 de 75 escaños, por encima del tope de 52 representantes nacionalistas vascos electos en 1986.
El PSE-EE, que aspiraba a una subida impulsada por la presencia de Pedro Sánchez en el Gobierno central, se queda con 10 escaños, no muy lejos de los 9 que en 2016 fueron su peor resultado histórico. La Idoia Mendia de 2020 no ha mejorado en exceso a la Idoia Mendia de 2016. Sus escaños, eso sí, son claves para dar mayoría absoluta al Gobierno de Urkullu si se reedita la coalición, en la que ha tenido escaso protagonismo tras una legislatura en la que ha dirigido tres carteras menores -4% del presupuesto-.
Mientras, Elkarrekin Podemos-IU se queda en solamente 6 escaños, muy lejos de los 11 obtenidos por Pili Zabala en su estreno en Euskadi. Equo, desgajado de la coalición y en solitario, no conseguiría representación. PP+Cs también se desplomaría hasta los 5 escaños frente a los 9 anteriores, que eran solamente del PP. Ambas coaliciones cambiaron de liderazgo a última hora: Miren Gorrotxategi y Carlos Iturgaiz aparecieron en escena tras una fuerte convulsión interna. Por otra parte, la ultaderecha de Vox tendrá un primer representante institucional en Euskadi por Álava, Amaya Martínez Grisaleña.