La portada de mañana
Acceder
Mazón intenta reescribir su agenda de las horas clave del día de la DANA
Casa por casa con Cruz Roja: “Trabajé en dos tsunamis en Filipinas y esto es parecido”
Que la próxima tragedia no nos pille con un gobierno del PP. Opina Isaac Rosa

Feijóo promete recuperar el delito de sedición y apela al “deber moral” de los barones del PSOE contra Sánchez

Aitor Riveiro

11 de noviembre de 2022 19:03 h

0

En una comparecencia sin preguntas, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha criticado la reforma del delito de la sedición presentada este viernes por el PSOE y Unidas Podemos que reducirá las penas relacionadas con este tipo penal. Feijóo ha reiterado, como ya hiciera dos semanas atrás, que derogará la reforma y recuperará el delito. Además, ha apelado al “deber moral” de los barones socialistas para tratar de impedir que se consume la modificación anunciada el jueves por la noche por Pedro Sánchez. Una idea que el líder de la oposición ya había planteado en el pasado, antes de que se confirmara la decisión del Gobierno de coalición.

Feijóo ha comparecido para leer lo que el PP ha denominado una “declaración institucional” poco después de aterrizar en Madrid procedente de Quito, Ecuador, donde ha concluido una larga gira por Latinoamérica. “Sánchez ha aceptado el chantaje independentista para superar su minoría parlamentaria”, ha asegurado el dirigente gallego. “No tiene límites”, ha dicho

El líder del PP ha reconocido su incapacidad para impedir la reforma y su renuncia al uso de resortes jurídicos o parlamentarios que al menos lo posterguen. No ha anunciado ninguna medida concreta política o institucional. Solo ha reiterado que si es presidente del Gobierno en 2024, derogará la medida y restaurará el delito de sedición.

Después se ha dirigido a los barones y a las bases socialistas, en un movimiento que señala a quienes tienen que someterse a las urnas en mayo de 2023: “Quiero dejar claro que sería simplista señalar en exclusiva al presidente del Gobierno. Suya es la principal responsabilidad. Pero el PSOE es más que Pedro Sánchez. Es la suma de sus dirigentes. Todos ellos y a todos ellos les corresponde fijar posición”. “Cuando se traspasan fronteras, es imprescindible tomar la palabra y actuar en consecuencia”, ha insistido. “En esto no hay subterfugios: o con los condenados y los fugados, o con la legalidad democrática”, ha añadido, para zanjar: “El deber moral de los socialistas que creen que es una aberración es hacer pública su oposición a esta medida e intentar que no siga adelante”.

El líder del PP busca así un resquicio para hacer mella en el PSOE y usar las críticas internas de palanca electoral tanto en las autonómicas y municipales como en las posteriores generales. De hecho, tanto el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, como el de Aragón, Javier Lambán, se han mostrado contrarios a la reforma.

Page ha dicho este viernes que le “quitaron el sueño de golpe” las palabras de Sánchez el jueves por la noche. “Menos mal que esta mañana hemos estado en una farmacéutica y ya les he dicho que a ver si tienen medicina para las curvas que vienen en los próximos días, pero no he dado con ellas”, ha bromeado. Luego ha señalado que “no es el camino pactar esta reforma con aquellos que quieren romper la convivencia”. “Obviamente no comparto el planteamiento. Me sorprendió porque aunque el debate es legítimo plantearlo, yo creo que debe hacerse dentro de un año o dentro de dos”, ha zanjado.

Lambán, por su partee, ha sostenido que lo ocurrido en Cataluña “fue gravísimo” y que “el Estado de Derecho, ante cualquier posibilidad de atentado contra la Constitución, tiene que estar muy bien armado política y jurídicamente”, de forma que, además de la legislación vigente, incluido el Código Penal, debería contar con “otras herramientas”. “Espero que alguna vez, cuando a todos nos entre el sentido común, podamos trabajar en esto, uno de los problemas más graves de España”, zanjó.

Feijóo ignora las llamadas a una moción de censura

Feijóo ha ofrecido una imagen dura, de ruptura total con el presidente del Gobierno. Pero también ha mostrado la impotencia de quien no tiene en su mano ningún resorte para impedir lo que va a ocurrir. El dirigente gallego ha ignorado la petición de la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, para promover una moción de censura contra Sánchez.

Incluso ha evitado pedir la dimisión de Sánchez, algo que sí habían hecho previamente Cuca Gamarra y Elías Bendodo, sus número dos y tres, respectivamente. Bendodo, de hecho, estaba esta mañana en Málaga y ha viajado a Madrid. Ambos han estado sentados en la primera fila de la sala de prensa de la sede nacional del PP, en la madrileña calle de Génova, junto a la vicesecretaria de Políticas Sociales, Carmen Navarro.

Feijóo no ha convocado de urgencia al Comité de Dirección del partido y ha redactado la declaración con su equipo más próximo y algunos de los dirigentes que le acompañan de forma habitual. El lunes que viene está previsto un Comité Ejecutivo Nacional, convocado hace ya varios días. Ese día se pronunciarán los barones del partido, con Juan Manuel Moreno e Isabel Díaz Ayuso a la cabeza, toda vez que este viernes han permanecido en silencio hasta que ha hablado el presidente.

Ayuso ofrecerá además un discurso previo durante un desayuno informativo en la mañana del lunes. Y mientras se celebra el Comité Ejecutivo del PP el presidente de Vox, Santiago Abascal, comparecerá en una rueda de prensa. La primera que ofrece en meses.

El dirigente ultra calificó a Sánchez de “traidor” tras el anuncio que hizo el presidente en la noche del jueves. Un epíteto que ha repetido este viernes Bendodo. “Alta traición”, ha llegado a proferir. Gamarra, quien también compareció ante los medios el viernes, dijo: “España merece a un hombre de Estado al frente del Gobierno, y no lo tiene”.

Abascal, por su parte, abonó la idea de la moción de censura en un mensaje en Twitter: “Hace dos años planteamos una moción de censura. El PP y Cs votaron para mantener a Sánchez”. Está por ver si el lunes la ultraderecha vuelve a plantearla.

La moción de censura de octubre de 2020 supuso la ruptura definitiva de Vox con Pablo Casado, y viceversa, ya que el PP entendió que el único objetivo era desacreditar al por entonces líder de la oposición de su papel. Abascal no logró un solo apoyo de todo el arco parlamentario.

Pero en el PP de Feijóo no parecen dispuestos a ceder a la presión de Vox ni de Ciudadanos y, con el ojo puesto en el calendario, se plantean que la primera cita en las urnas son las autonómicas de mayo de 2023. Por eso apela a los barones socialistas, aunque en Génova reconocen que el gallego no tiene muchas más opciones ya que, además de una moción de censura destinada al fiasco, no hay mecanismo jurídico que impida a una mayoría parlamentaria cambiar la ley.

Con todo, Feijóo ha tenido palabras muy duras con Sáchez. “No existe razón bienintencionada para esta decisión”, ha dicho. “La excusa [de la homogeneización con Europa] es rotundamente falsa. Hechos similares a los que se pretenden borrar, incluso menos graves, tienen asignadas penas más severas en naciones de nuestro entorno”, ha afirmado.

En su opinión, el Gobierno “oculta que hay organizaciones independentistas que preconizan la separación de una parte de España”, algo que “han intentado hacer” y que “volverán a hacer”. “Así lo entendía el propio Sánchez hasta que decidió entregarse a las peticiones de los sediciosos, sin siquiera asegurarse la contrapartida de la no reincidencia.”, ha planteado.

¿Y por qué lo hace Sánchez? Se ha preguntado Feijóo: “Pretende continuar en el poder sin importar lo que se entregue a cambio”. Su único proyecto “es ganar tempo, aunque debilite las instituciones y la calidad democrática” por el camino. “Lamento tener que preguntarme, ¿cuál es el límite de Sánchez en sus decisiones para seguir en el Gobierno?En mi opinión, no existen. A estas alturas no tiene límites”, ha aseverado.

El “compromiso” que ha adquirido Feijóo es el de “revertir” esta reforma. Para ello, habrá que esperar más de un año. Si es que el líder del PP gana las elecciones y recaba la mayoría necesaria para ser investido presidente, primero, y modificar el Código Penal, después.