El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aprovechó este lunes una reunión ordinaria del Comité Ejecutivo de su partido para reiterar a sus barones autonómicos una idea que no es la primera vez que se escucha en las últimas semanas: cuidado con las reuniones con Pedro Sánchez en la Moncloa y los “sobornos” con los que el presidente del Gobierno, según esta tesis, intentará dividir a la oposición a cuenta de la reforma de la financiación autonómica. Una advertencia que también lanzó a principios de mes Isabel Díaz Ayuso, quien aprovechó la cita de este lunes para aclarar ante sus colegas que nunca tuvo intención de ponerles “deberes”.
La reunión de Feijóo con parte de sus barones ha sido la primera después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya comenzado a recibir en la Moncloa a los presidentes autonómicos dentro de la ronda previa a la convocatoria de la Conferencia de Presidentes. El pasado viernes acudieron el 'lehendakari', Imanol Pradales, el presidente gallego, Alfonso Rueda, y el andaluz, Juan Manuel Moreno.
La reunión del PP no ha contado con la presencia de ninguno de los barones del PP que ya han pasado por Moncloa. Rueda tenía prevista la habitual cita semanal del Consello de Goberno, y Moreno había convocado a los grupos parlamentarios andaluces para comentarles precisamente la reunión del pasado viernes. Tampoco han acudido el presidente de Aragón, Jorge Azcón, ya que Felipe VI ha inaugurado allí el curso universitario. Por motivos de agenda oficial tampoco ha asistido la presidenta extremeña, María Guardiola.
El Comité Ejecutivo no ha podido escuchar así de primera mano qué ofreció, o no, Sánchez a los presidentes autonómicos. De qué se habló. Y si se produjo ese intento de “soborno” que denuncia el PP, y que ambos presidentes ya desmintieron el propio viernes. Moreno y Rueda aseguraron que el presidente no les ofreció nada.
Pero todavía quedan muchas reuniones por delante, y Feijóo espera que ninguno de sus barones rompa la “unidad” que ha conseguido, al menos en el rechazo a una financiación propia para Catalunya, aunque de momento no hayan presentado una alternativa propia.
En su discurso en abierto, el líder del PP comparó al Gobierno con “un hámster que está metido en una rueda y que sigue dando vueltas todos los días” para terminar siempre en el mismo sitio. El líder de la oposición aseguró que lo único que hace bien el Ejecutivo es “degradar todo lo que está a su alcance” y hacerle oposición al PP. “Se ha incorporado un ministro cuya dedicación exclusiva insultar a un tal Feijóo”, ironizó sobre la entrada de Óscar Puente en lugar de José Luis Escrivá.
“Eso es ya lo único que les queda. Ir a por nosotros”, aseguró ante su Comité Ejecutivo. “Empezando por los presidentes autonómicos”, añadió. La intención del Gobierno, según Feijóo, es ir a por el PP. “Pero ni con insultos, ni con vejaciones, ni con sobornos lo van a conseguir”, zanjó.
Ayuso matiza sus palabras sobre los barones
Las palabras de Feijóo suenan similares a las que pronunció la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el pasado 5 de septiembre, un día antes de la cumbre de barones en la que todos los presidentes autonómicos del PP se comprometieron a no aceptar la “bilateralidad” en las conversaciones con el Gobierno y a remitir toda negociación sobre la financiación autonómica a un ámbito multilateral: la Conferencia de Presidentes y el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Ayuso reclamó entonces a los barones que “no caigan en la trampa de Sánchez”, quien, según sostuvo hace 20 días, “va a intentar sobornar a cada uno” en Moncloa con ofrecimientos concretos y bilaterales de financiación extra o quita de deuda. “Yo le pido a los presidentes de las comunidades autónomas que no compren la estrategia de Sánchez”, dijo, porque su objetivo es dividir al PP y que Feijóo aparezca como un líder poco sólido al que se le desmadran los presidentes autonómicos cuando les ponen dinero por delante.
Las palabras de Ayuso no sentaron muy bien entre los demás líderes del PP. La presidenta madrileña no ha confirmado aún si acudirá a la cita con Sánchez cuando este la convoque (el orden es el de la aprobación de los Estatutos de Autonomía, y Madrid es la cuarta por la cola), y aquella declaración fue asumida por varios como si se les estuvieran poniendo deberes desde la capital.
Al día siguiente todos los barones se comprometieron por escrito a no aceptar la bilateralidad, a rechazar la quita de la deuda y a plantear todos a una una negociación sobre la financiación autonómica. Un documento que, obviamente, llevaba tiempo negociándose por los respectivos gabinetes, por lo que Ayuso sabía lo que se iba a hacer público 24 horas después de su advertencia.
Ayuso pidió este lunes la palabra, ya a puerta cerrada, y habló ante el Comité Ejecutivo Nacional después de la intervención en abierto de su jefe de filas. Distintas fuentes consultadas por elDiario.es han asegurado que la presidenta madrileña hizo un discurso largo con el que quiso aclarar que su intención no fue menospreciarlos o ponerles deberes, sino advertir sobre Pedro Sánchez. De hecho, buena parte de su intervención se refirió precisamente a hacer una cronología de todas las tropelías que, según el PP, ha cometido el presidente.
En todo caso, el pasado viernes en Moncloa no se produjo ningún ofrecimiento, concreto o no, sobre financiación o quita de deuda. Tal y como explicaron los dos barones del PP que acudieron a la cita, el presidente del Gobierno no solo no les extendió ningún cheque, sino que incluso llegó a confesar que no cree que se pueda pactar la reforma de la financiación para todas las comunidades, siempre según el relato de los presidentes.