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PERFIL

Fernando de Rosa, el juez y consejero de Camps que da lecciones de independencia como senador del PP

Aitor Riveiro

21 de julio de 2022 22:57 h

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“No se puede pasar de ministra a fiscal general, y de participar en actos del Partido Socialista de Galicia a fiscal general del Estado. Es otro fraude que ustedes están cometiendo”. El autor de estas palabras es el senador del PP Fernando de Rosa, quien defendió el pasado miércoles el rechazo de su grupo a la reforma de la Ley del Poder Judicial que busca forzar la renovación del Tribunal Constitucional, pendiente desde hace más de un mes por la negativa de su partido a desbloquear el Consejo General del Poder Judicial. En su discurso, De Rosa arremetió contra el Gobierno, al que acusó de querer “ocupar” el tribunal de garantías y de maniobrar para colocar a vocales afines, mientras el PP es quien vela por “la independencia del Poder Judicial”.

“Ha quedado constatado que, con la contrarreforma de la reforma, con sus enmiendas y autoenmiendas a la Ley Orgánica del Poder Judicial, lo que ustedes persiguen es ocupar el Tribunal Constitucional”, dijo el senador, quien señaló que este era el objetivo oculto “desde la moción de censura de 2018”. “La renovación del Consejo General del Poder Judicial es el medio para conseguir el fin: nombrar magistrados que se manchen las togas con el polvo del camino, como dijo Cándido Conde Pumpido”, añadió.

De Rosa explicó que el veto del PP a la reforma de la ley que fue aprobada el miércoles se basa “en la independencia del Poder Judicial”. Algo que, sostuvo, el Gobierno de coalición no sabe qué es. “Esto es aplicable a la fiscal general del Estado que ya ha dimitido [Dolores Delgado], lo cual nos alegra muchísimo, y también a su sustituto, el que ustedes proponen, Álvaro García Ortiz, pues no se puede pasar de ministra a fiscal general y de participar en actos del Partido Socialista de Galicia a fiscal general del Estado. Es otro fraude que ustedes están cometiendo”, añadió. De Rosa se refiere así a la participación del futuro jefe de los fiscales en un acto del PSdG en 2019, pero obvia que la semana pasada el fiscal de sala del Supremo Javier Zaragoza hizo lo propio en unas jornadas organizadas por el PP y que clausuró en su presencia el propio Alberto Núñez Feijóo.

Pero, ¿quién es este senador? Según su ficha biográfica en la página web del Senado, Fernando de Rosa (Valencia, 1959) no tiene pasado más allá de la Cámara Alta. Casado y con un hijo, el representante del PP solo aporta como “datos políticos” un mandato anterior en la legislatura corta entre las elecciones de abril de 2019 y la repetición de noviembre del mismo año. Nada más. De Rosa, cerca de la edad de jubilación, presenta un currículum en blanco hasta hace apenas tres años. En la web del PP su ficha está en blanco. Ni rastro tampoco en su presentación en Twitter, aunque en su cuenta de Instagram aparece un pequeño detalle: “Magistrado en excedencia”.

Porque Fernando de Rosa tiene pasado. Y no un pasado ajeno a la política y a las instituciones más altas del Estado, precisamente. De hecho, ha transitado por diferentes estamentos que invitan a pensar que el suyo no es un perfil que se ajuste a sus propias palabras.

De Rosa es juez y llegó a ser decano de los jueces de Valencia entre 1998 y 2003. Para entonces ya era un veterano militante del PP. De hecho, tiene el carné desde los tiempos de la Alianza Popular que fundaron un grupo de ministros franquistas con Manuel Fraga a la cabeza.

Pero a De Rosa la judicatura se le quedó corta y en 2003 dio el salto a la política. Aquel año, Francisco Camps le nombró secretario de Justicia de la Generalitat valenciana, un segundo nivel en las consellerías del Govern. La relación entre De Rosa y Camps venía de lejos: el juez y militante del PP fue quien afilió al futuro president a Alianza Popular cuando el partido se oponía a la despenalización del aborto o aceptaba a regañadientes el divorcio, aunque los problemas judiciales del expresident le hicieron renegar de su amistad.

Su labor debió convencer a su jefe porque en la siguiente legislatura le ascendió a consejero de Justicia y Administraciones Públicas. No estuvo mucho en el cargo, poco más de un año. El PP tenía para él destinos más importantes: el Consejo General del Poder Judicial. De Rosa pasó de consejero a vicepresidente del órgano de gobierno de los jueces bajo la presidencia de Carlos Dívar.

Pese a defender su “independencia” al ser designado por el PP para el cargo, desde la Vicepresidencia del CGPJ hizo sonadas declaraciones. Destaca unas sobre las investigaciones al que fuera todopoderoso presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra. “Lucharé contra el retraso judicial del caso Fabra, dijo. Cuando los escándalos económicos de Dívar motivaron su dimisión, De Rosa ascendió accidental y brevemente a la Presidencia del CGPJ y, por tanto, del Tribunal Supremo.

Tras su paso por el órgano de Gobierno de los jueces, y antes por la política valenciana, volvió a la judicatura. En 2015, tres años después de abandonarlo, el nuevo CGPJ lo designó presidente de la Audiencia Provincial de Valencia. Un puesto que abandonó para volver a la política de la mano de Pablo Casado. En 2019 fue elegido senador de la Comunidad Valenciana por dos veces: en las elecciones abril y en la repetición de noviembre.

Desde entonces, es el portavoz del PP en la Comisión de Justicia del Senado, lo que le supone un sueldo de 6.143,2 euros por 14 pagas.

“El Partido Popular está dispuesto a realizar toda negociación que sea para garantizar la independencia del Poder Judicial”, sentenció De Rosa, con todos su historial a cuestas, al final de su discurso en el Senado el pasado miércoles.