El fiasco en Euskadi y la negociación para las europeas amenazan la construcción de Sumar

Alberto Ortiz

22 de abril de 2024 22:23 h

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Sumar afronta uno de sus momentos difíciles en plena construcción como proyecto político. A las tensiones por el encaje de la plataforma de Yolanda Díaz con las fuerzas de arraigo territorial se ha sumado en las últimas semanas el enfado de Izquierda Unida por las negociaciones de la lista de las elecciones europeas, que ha suspendido temporalmente su participación en los órganos de decisión de la plataforma. Todo después de un pobre resultado en Euskadi que pone de manifiesto las dificultades para volver a levantar el espacio político de la izquierda alternativa y que llega después del fiasco de Galicia, donde quedó sin representación.

El debate de fondo sigue siendo el mismo un año después: la complejidad de articular un espacio político en el que Sumar no se quede únicamente en un partido sino que se desarrolle como frente amplio en un modelo organizativo donde convivan las fuerzas políticas y personas independientes, como ya hacen en Catalunya en Comú o en EH Bildu. Y hacerlo al mismo tiempo que la coalición forma parte de un gobierno y tiene que enfrentarse a varias elecciones seguidas.

Esta discusión marcó las semanas previas de la asamblea fundacional de Sumar, el 23 de marzo, donde la mayor parte de las cuestiones importantes quedaron pospuestas para un segundo congreso constituyente previsto para otoño. Entonces, los partidos de arraigo regional, como Catalunya en Comú o Más Madrid hicieron valer su peso para conducir el sistema organizativo a un modelo asimétrico en el que los catalanes, por ejemplo, se garantizan plena independencia en su territorio. 

Pero las tensiones volvieron para la negociación de las elecciones europeas, que volvieron a demostrar las dificultades de concitar los intereses de los partidos que sí quieren construir Sumar, como IU, MM, los comuns, Verdes Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz, con los que únicamente quieren participar en los procesos electorales, como Compromís, y con los del propio núcleo dirigente del proyecto de Yolanda Díaz. 

Las negociaciones premiaron a las coaliciones catalana y valenciana y relegaron a Izquierda Unida y Más Madrid. Los de Mónica García expresaron su enfado por su quinto puesto en la lista, pero las relaciones quedaron especialmente tocadas con la formación de la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, que debatirá en su asamblea federal dentro de un mes cómo va a relacionarse con Sumar. 

El malestar de IU va más allá del cuarto puesto que con toda probabilidad ocupará IU en esa lista. Tiene que ver, en general, con el rédito político de su presencia en la construcción del proyecto político de Díaz: tuvieron que presionar para conseguir un ministerio, se quedaron fuera del reparto de portavocías en el Congreso y ahora han quedado relegados por detrás de los comuns y Compromís, dos organizaciones de arraigo territorial.

Es lo que se desprende de varios de los documentos que han ido aprobando durante la semana pasada las diferentes coordinadoras regionales de IU y lo que constató este lunes el secretario de Organización y coportavoz, Ismael González, en una rueda de prensa, horas después de la votación en Euskadi: “Izquierda Unida tendrá que hacer una campaña propia y tendrá que hacer una campaña de relación con lo que es la coalición de Sumar, que en definitiva es simplemente una coalición”.

Es la primera vez que el dirigente, responsable de la comisión que pilota la organización hasta la asamblea, asume públicamente que Sumar no es un frente amplio sino una simple coalición. El matiz es importante porque IU, desde los inicios de la plataforma de Yolanda Díaz, es la organización que primero puso sobre la mesa la necesidad de crear un frente amplio que superase la mera coalición electoral, tal y como había funcionado Unidas Podemos hasta entonces. 

En una reunión esta tarde, que se ha alargado durante varias horas, Izquierda Unida ha decidido finalmente aceptar el cuarto puesto para las europeas pero ha puesto en suspenso su participación en Sumar y no entrará de momento a formar parte de los órganos de dirección que se constituyen este sábado. Será en la asamblea federal donde se tome una decisión definitiva al respecto.

Si IU sigue adelante en ese congreso con esta decisión, IU dejaría de tener presencia como fuerza política en Sumar, en línea con esa idea de que el proyecto de Yolanda Díaz es esencialmente un partido y el encaje con el resto de formaciones el de una coalición. Supondría volver al punto de partida que dejó Unidas Podemos.

Durante la mañana de este lunes, en redes se sucedían mensajes como el que escribió en X el coordinador de IU en Córdoba, Sebastián Pérez. “La actual construcción antidemocrática, elitista y posmoderna de Sumar tiene como resultado la inexistencia de identificación de proyecto político para el electorado y la desmovilización de la izquierda organizada”, dijo.

Sumar restó importancia este lunes a los planteamientos de IU. Fuentes de la formación asocian esos mensajes más duros de lo habitual a la propia discusión interna que afronta la formación de cara a la asamblea federal que dirimirá el relevo de Alberto Garzón. Parece ya claro que no habrá lista de unidad y Sira Regó se enfrentará al excoordinador andaluz Antonio Maíllo y al representante de la corriente crítica José Antonio García Rubio.

Pero la preocupación por el dibujo general que marca el fracaso en Galicia, el mal resultado en Euskadi y las tensiones por la cuestión orgánica y por las listas de las europeas se extiende más allá de Izquierda Unida. En Más Madrid por ejemplo apuestan por “empujar” y que a Sumar le vaya bien pero admiten su preocupación por el momento complicado que vive el espacio en general. 

Aunque hubieran preferido mejores posiciones en las listas de las europeas, han optado por no hacer ruido con este tipo de debates y centrarse en mantener su autonomía como formación política en Madrid. Es por eso que tras el resultado de las negociaciones han decidido promocionar a una candidata de perfil bajo para esa lista, Andere Nieva, que procede de la organización de jóvenes del partido. 

En la formación de Mónica García creen, como ocurrió en Galicia, que los resultados de las elecciones de Euskadi son malos y que lo que se demuestra con cada elección es que lo que funciona es seguir construyendo organizaciones regionalistas como la suya. 

Más preocupados todavía están otros partidos de la coalición. Un dirigente de uno de ellos ve un “riesgo de desmoronamiento del proyecto” y lo asocia por un lado a un debate sobre los partidos que genera “desconfianza” y desilusión“. ”Los partidos son necesarios como demuestra la estructura de EH Bildu, porque aportan organización y seguridad“, dice, mientras que la pata ciudadana, con personas no adscritas a esas formaciones, tiene que poder jugar también su papel. 

“Si se sigue por este camino habrá un desenlace desagradable. Si se pega un golpe de timón en una dirección más realista y colaborativa puede haber solución”, razonan estas mismas fuentes. 

En este ciclo político endiablado, Sumar afronta este debate a las puertas de una nueva campaña. Las catalanas pueden insuflar aire a la formación con un resultado que permita a los comuns colocarse en el Gobierno de la Generalitat justo antes de las europeas. Este sábado, comenzada ya esa campaña, Yolanda Díaz anunciará la composición de su ejecutiva en un acto en Madrid. 

Podemos profundiza su crisis

Mientras Sumar afronta esos problemas de organización, Podemos profundiza su crisis con otro nuevo golpe electoral. La coalición con Alianza Verde apenas superó el 2% este domingo y se quedó sin representación en el parlamento. Es la segunda vez que ocurre desde que la formación de Ione Belarra rompiese con Yolanda Díaz, el pasado diciembre. Pero en esta ocasión la derrota es más dura que en Galicia. En Euskadi no partían de una situación extraparlamentaria sino de los seis escaños que obtuvieron en 2020 en alianza con Izquierda Unida. 

El partido, tanto en Euskadi como en Madrid, ha hecho su lectura de unos resultados que se producen a mes y medio de las europeas, a las que también van en solitario. “Los votantes castigan siempre la fragmentación y la división. Elkarrekin Podemos era un proyecto consolidado en Euskadi, con diez años de trabajo y lo suyo hubiera sido afrontar la contienda electoral unidos...”, dijo la coordinadora en Euskadi, Pilar Garrido. 

El portavoz estatal y secretario de Organización, Pablo Fernández, calificó de “malos” los resultados, pero aguarda que Podemos sea un partido “más fuerte” dentro de poco. “Es absolutamente imprescindible que nuestro espacio esté fuerte para lograr propiciar auténticos cambios, verdaderas transformaciones en Euskadi”, dijo.