Barcelona, 11 nov.- (EFE).- La Fiscalía de Barcelona ha alertado del aumento de casos de suplantación de perfiles en redes sociales para cometer delitos, principalmente para captar a víctimas de estafas, un fenómeno que se ha disparado en los últimos meses mientras remiten los fraudes en inversiones con criptomonedas.
Según revela en su memoria anual el fiscal de Delitos Informáticos de Barcelona, Roberto Valverde, las denuncias por “robos” de perfiles en redes sociales para distintos fines aumentó un 40 % en 2023, cuando se contabilizaron 324 casos, frente a los 230 registrados en 2022.
La cifra engloba los casos de “robo” de identidades digitales en distintas redes, desde Instagram o Facebook a los perfiles de WhatsApp, con el fin de cometer múltiples delitos, como revelación de secretos, daños o intrusiones ilegítimas.
En los últimos dos o tres meses, añade el fiscal, se ha detectado un importante incremento de las denuncias por suplantación de identidades para captar a víctimas de estafas: los delincuentes se hacen pasar por otra persona para enviar mensajes a sus contactos recomendándoles inversiones o compras ventajosas.
De esa forma, consiguen captar a sus víctimas para embaucarlas en inversiones fraudulentas o convencerlas de que hagan transferencias bancarias que nunca les son devueltas. La suplantación de identidad supone un delito de daños informáticos y el segundo paso puede constituir otro de estafa.
Chiringuitos de criptomonedas, a la baja
De hecho, las estafas cometidas por medios informáticos siguen suponiendo el grueso de las denuncias que investiga la Fiscalía, aunque la dificultad para indagar este tipo de delitos -debido a la complejidad de los fraudes y la falta de medios para identificar a sus autores- hace que la mayoría de casos queden impunes.
Solo llegan al juzgado el 2,26 % de las denuncias que la Fiscalía recibe por estafas informáticas, una tendencia que se mantiene desde 2015, según advierte Valverde.
El informe del Ministerio Público apunta también a un descenso de los llamados 'chiringuitos de criptomonedas', un tipo de fraude en inversiones que, según el fiscal, vivió un “boom” hace dos o tres años pero ahora está en retroceso.
En la mayoría de casos, los estafadores captan a sus víctimas a través de ofertas publicitarias por internet o poniéndose en contacto telefónicamente con potenciales víctimas haciéndose pasar por especialistas que ofrecen inversiones suculentas en criptomonedas: tras un primer ingreso por rendimientos para simular credibilidad, los delincuentes desaparecen sin devolver los fondos.