Mariano Rajoy no ve incompatible presumir de transparencia y personalidad y hacerlo ante los medios de comunicación en diferido a través de un circuito de televisión. La fórmula, habitual cuando se trata de un acto interno del PP, se ha repetido hoy después de tres meses sin que el presidente del Gobierno se someta a una rueda de prensa en España ya que sólo concede dos o tres preguntas a los periodistas en sus citas internacionales. Aun así, el líder del PP se ha enorgullecido de presidir un partido transparente en pleno cerrojazo informativo por el caso Bárcenas. Si Rajoy ha demostrado aversión a las preguntas de los periodistas, se puede decir lo mismo de Mª Dolores de Cospedal y sus tres vicesecretarios. Desde su explicación sobre el despido en forma de simulación han pasado ya cinco lunes sin rueda de prensa en la calle Génova.
Con la ausencia de destacados barones del PP, que alegaron problemas de agenda, más de 500 cargos del PP se congregaron en la calle Génova para oír y aplaudir sus indicaciones. ¿Las que arrancaron ovaciones? Que los ciudadanos “notarán la recuperación el año que viene después de tantos sacrificios” y que los desahucios “no son nuevos pero antes nadie hizo nada y nadie protestaba”.
Rajoy también ha llamado a los suyos a “escuchar pero no hacer caso a las críticas”. Lo contrario es propio de partidos que gobiernan sin personalidad. Así, el plan para trasladar el mensaje de fortaleza es “seguir como hasta ahora y por la misma línea”. El líder del PP demostró que predica con el ejemplo y siguió por la misma línea cuando habló de corrupción. De nuevo, fue capaz de abordar el tema sin mentar a Luis Bárcenas o a sus otros dos extesoreros imputados. La corrupción que afecta al PP se convirtió en “alguna irregularidad” ante la que, asegura, actuó “en cuanto tuvo conocimiento” y mejor que otros partidos. Por lo que respecta a la actuación del PP en materia judicial, Rajoy ha dejado de lado todas as presiones que ha ejercido su Gobierno en relación al juicio de los casos Gürtel y Bárcenas y ha asegurado que colaboran y confían en la Justicia.
Víctimas del escrache
Si no ha sido explícito en materia de corrupción interna, sí se ha extendido más para condenar el escrache que sufren algunos políticos del PP. Rajoy habló de “acoso, coacción, intimidación y violencia verbal” y demostró que la tesis oficial del partido es poner el acento en el método más que el problema de los desahucios de quienes no pueden pagar su hipoteca. Así, les ha animado “a denunciar sin tibiezas ni incertidumbres” y ha insistido en que garantizará tanto el derecho de manifestación como el de ejercer la actividad política sin presiones en sus domicilios.
Como con la reducción del déficit, Rajoy también apeló a la herencia recibida en esta cuestión. Dijo que el problema “no es nuevo” pero que antes “nadie hizo nada y nadie protestaba”. Y sacó pecho para afirmar que ahora lo novedoso es que el Gobierno ha puesto en marcha medidas para paliarlos.
Aunque faltaban varios de los presidentes regionales y autonómicos, no ha desaprovechado la ocasión para dejar claro que la situación no está para ponerse muy reivindicativos a la hora de pedir una mejor financiación para sus autonomías. “Lo que le pasa a uno les pasa a todos y la unidad es la seña de identidad del PP”, ha advertido.