En el fracaso del sistema financiero español mucho han tenido que ver las cajas de ahorros. Ellas han sido el detonante y, dentro de éstas, la gestión estrafalaria que muchos banqueros de codicia desmedida han llevado a cabo. Sin embargo las cajas de ahorros, ahora reconvertidas en bancos, tenían varias peculiaridades: los fines a los que se dedicaban por una parte y la elección de quienes dirigían sus destinos por la otra.
Lo primero ha valido de poco a la hora de aplicar la varita mágica del FROB: yo te doy dinero para convertirte en banco y tú te olvidas de tus fines sociales y del tipo de gestión económica y local que marcó tu nacimiento. Y lo segundo ha sido en gran medida el gran motivo por el que las cajas zozobraron: plagaron sus consejos de administración de representantes políticos y empresariales que servían para repartir el dinero del botín para pagar los fastos e inversiones de regiones concretas.
¿Cómo si no se explica la denodada guerra política que en su día desataron Alberto Ruíz Gallardón y Esperanza Aguirre por Caja Madrid cuando el hoy caído en desgracia Miguel Blesa era el dueño de la caja? Ambos necesitaban fondos para financiar su futuro político, y la caja amiga y plagada de afines era una casilla más en su trivial político.
Así, en la lista que publicaba Expansión de casi un centenar de banqueros imputados años después por los delitos cometidos durante su gestión se adivinan los estrechísimos lazos que políticos, empresarios y banqueros tejieron. Lazos que, al final, ahogaron a sus clientes con depósitos irrecuperables, preferentes forzadaas, hipotecas impagables y quiebras sufragadas con dinero público.
Imputados en todos los niveles políticos
En la lista hay nombres más poderosos que otros. Destaca entre todos el de Rodrigo Rato, exvicepresidente del Gobierno y exministro en tiempos de Aznar, imputado por su gestión en Bankia y recientemente fichado por Telefónica cuando todos parecían haberle dado la espalda. A él, a quien el expresidente del Gobierno casi designa como sucesor, al autor del tan repetido 'milagro económico' que tan felices se las prometió en el FMI, donde se llevó su primer revolcón.
Junto a él, también metido en Bankia, un antiguo compañero de Gabinete: Ángel Acebes, exministro de Justicia, de Interior y de Administraciones Públicas, exsecretario de organización del PP e imputado en el ocaso de su vida política.
Un paso por debajo están los exsecretarios de Estado, de todo tipo y pelaje. Por ejemplo por el lado de los exsecretarios de Estado populares, el de Industria y Energía José Manuel Serra, el de Comercio, Turismo y PYMEs y también alto directivo de Telefónica Brasil, José Manuel Fernández Norniella, o el de Hacienda, Estanislao Rodríguez-Ponga.
A nivel autonómico también hay nombres conocidos. El más importante es el del expresidente de Navarra, Miguel Sanz, por la gestión de Caja Navarra -además del caso del supuesto cobro de dietas, que va por otro lado-. Sin salir de la comunidad foral también está imputado el exvicepresidente autonómico socialista José Antonio Asiaín, en su caso por la gestión de Banca Cívica. Junto a ellos el expresidente de la Generalitat Valenciana, José Luis Olivas, por la gestión de Bankia.
Pero también hay exconsejeros, como el socialista Juan Pedro Hernández, exconsejero de Economía y Hacienda en Castilla - La Mancha, o Luis Blasco, que en los albores de la democracia fue viceconsejero de Industria en Aragón por UCD para, años después, pasar a dirigir Telefónica Argentina.
En Madrid y Valencia hay otros antiguos cargos autonómicos imputados por la gestión de Bankia. En la capital, el expresidente de la Asamblea de Madrid, el popular Jesús Pedroche, el diputado socialista Jorge Gómez y el de IU José Antonio Moral Santín. Junto a ellos Mercedes Rojo-Izquierdo, no vinculada directamente a la política pero sí de forma indirecta, ya que fue asesora de Esperanza Aguirre. En Valencia, también por Bankia, está imputado el exsenador y exdiputado autonómico popular José Rafael García-Fuster.
En el ámbito provincial hay imputaciones para el popular Agustín González, actual presidente de la Diputación de Ávila, y para el hombre de los mil cargos, el popular Atilano Soto, varón popular que además de presidir la diputación de Segovia era a la vez concejal y presidente honorario de la Federación de Municipios. En ambos casos también por Bankia.
Descendiendo a lo local están el exalcalde socialista de Castellón Antonio Tirado, imputado por la quiebra de Banco de Valencia, el exconcejal socialista del Ayuntamiento de Madrid José María de la Riva y el exalcalde de Majadahonda y exsecretario general del PP de Madrid Ricardo Romero de Tejada. Junto a ellos también estaba imputada, también por Bankia, la recientemente fallecida exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Mercedes de la Merced.
Hilando más fino también se podría hablar de otros imputados por Bankia con una presencia política evidente, aunque indirecta, como el vicepresidente de la patronal Arturo Fernández, el expresidente Gerardo Díaz Ferrán, el sindicalista de CCOO Pedro Bedia, o Carmen Cavero, cuñada del presidente de la Comunidad de Madrid con estrechos lazos con el PP regional.
Las curiosidades de la lista
Pero no sólo los políticos se han sentido tentados de meterse a banqueros: también hay banqueros con una enorme diversidad laboral en la lista de imputados por la nefasta gestión de las cajas de ahorros.
Hay algunos banqueros reincidentes, como el ya citado Miguel Sanz, que tiene dos casos abiertos con Caja Navarra, o Enrique Goñi, que tiene casos abiertos con esa misma entidad y con Caja Cívica. O Domingo Parra, imputado por el Banco de Valencia, que también se ha visto salpicado por el 'caso Palmarena' o Eugenio Calabuig, de la misma entidad, citado como testigo en el 'caso Nóos'
Las actividades de los imputados abarcan un espectro amplísimo: desde algunos potentados del sector de los medios hasta el presidente de Cruz Roja, pasando por los vinculados con las grandes familias burguesas de toda la vida.
Para esa estirpe también hay hueco en la lista. Los hay como Javier López Madrid, imputado por Bankia, presente en los papeles de Bárcenas como socio de su testaferro y yerno de Juan Miguel Villar Mir, cabeza de OHL, donde es consejero.
O los hay como Agnès Noguera, ahora imputada por Bankia y hasta hace tres años encantada con ser la española presente en más consejos de administración, entre ellos empresas de medios como Sogecable y Prisa, constructoras como la ahora en caída libre Cleop o textiles como Adolfo Domínguez.
Y todo eso se paga, claro. Juan Ramón Avilés está acusado de haberse concedido a sí mismo y a sus familiares créditos por valor de 17 millones de euros. María Dolores Amorós, exdirectora general de la CAM, pidió su millonaria indemnización y pensión vitalicia o Gregorio Gorriarán, de Nova Caixa Galicia Banco, pidió 4,8 millones de prejubilación y 9,2 más de pensión.
En la lista de ilustres está José Luis Pego, imputado por Nova Caixa Galicia Banco, nombrado economista del año en 2011 por el colegio de economistas de Pontevedra. Por haber, hay hasta un imputado que es banquero y poeta.
Ahora sólo queda esperar a que la Justicia dilucide quiénes de estos imputados son culpables y cuáles no. Porque una imputación señala, pero no condena.