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El futuro del PP se decide en 1.096 sedes y por primera vez sin 'dedazo'

Las urnas en las que los militantes votarán a los candidatos y a los compromisarios. / PP

Iñigo Aduriz / Sofía Pérez Mendoza

Una mínima parte del PP tiene en su mano el futuro del principal partido del país, el que presume de una mayor base militante y el que fue el más votado en las últimas elecciones generales. Este jueves, el 7,6% del total de los 869.535 afiliados que dicen tener los populares –66.706 personas– podrán votar a quien quieren que sea su próximo presidente. El elegido sucederá en el cargo a Mariano Rajoy, que decidió precipitar su salida de la Presidencia de la formación tras perder el Gobierno por una moción de censura que le castigó por la sucesión de escándalos de corrupción que azotó al partido durante el último lustro.

Por primera vez en su historia, el PP no se renovará por un 'dedazo'. José María Aznar fue el designado por Manuel Fraga y Mariano Rajoy, el elegido por Aznar. Pero el sucesor de Rajoy, que ha tomado incluso distancia física y se ha ido a su plaza de registrador de la propiedad en Santa Pola, surgirá del mandato que exprese la militancia. “Todos los afiliados del Partido Popular que se encuentren al corriente del pago de las cuotas tienen derecho a elegir a la persona que ostentará la Presidencia Nacional”, dicen los estatutos del partido aprobados en el congreso de febrero de 2017. Sin embargo, ese sufragio universal tiene matices. Para poder votar al presidente, los afiliados han tenido que inscribirse previamente. Además, serán finalmente los compromisarios del congreso de los días 20 y 21 –también escogidos por los afiliados– quienes en una segunda vuelta tengan la última palabra. 

El nombre, a mano en la papeleta

Tras dos semanas de campaña, los afiliados inscritos expresarán por primera vez sus preferencias. El partido ha puesto a su disposición 1.096 sedes repartidas por toda España, que estarán abiertas para poder votar desde las 9.30 a las 20.30 horas. En cada una de ellas habrá por lo menos dos urnas, ambas de cartón. En la primera, los militantes deberán introducir una papeleta en la que tendrán que escribir el nombre del precandidato que quieren que sea el próximo presidente. Según han explicado fuentes de la dirección nacional, el papel lleva impresa la frase “Doy mi voto a”, a la que acompaña un “gran espacio en blanco” en el que poder escribir Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado, José Manuel García-Margallo, José Ramón García-Hernández o Elio Cabanes, los seis aspirantes.

La votación se realizará sin sobre, es decir, las papeletas se meterán directamente en la urna dobladas. Este sistema de depositar el voto ha generado malestar entre algunas candidaturas del partido. Consideran que al introducir el papel puede verse a quién ha votado cada afiliado. 

En la segunda urna los inscritos deberán introducir una papeleta con el listado de los nombres de sus compañeros de filas que irán al cónclave del 20 y 21 de este mes como compromisarios. En este caso, desde Génova explican que las listas están impresas en función de los representantes escogidos por las juntas directivas de cada una de las agrupaciones. Los inscritos elegirán, de todos los nombres, el número de ellos que corresponda a cada sede en función del volumen de afiliados.

Por ejemplo, en la más grande de Madrid, la del distrito de Salamanca, se escogerán siete de una lista más amplia. En Usera, una agrupación mucho menor, solo son tres. En algunas sedes habrá además una tercera urna, ya que los compromisarios de Nuevas Generaciones se eligen aparte. Las mesas serán constituidas en cada agrupación por un presidente y dos vocales, además de interventores de cada candidato. 

Respecto a la elección del presidente, cada una de las sedes reportará su escrutinio a la sede provincial, que a su vez lo hará a la sede nacional de la calle de Génova de Madrid. Lo harán una vez culminado el recuento tras el cierre de puertas, a partir de las 20.30 horas. De entre los seis candidatos, los dos más votados pasarán a la segunda vuelta. Pero si hay uno que logra más del 50% de los apoyos, gana en más de la mitad de las provincias y se sitúa 15 puntos por encima de su rival más cercano, será proclamado presidente por aclamación e irá como candidato único al cónclave que se celebrará en dos semanas.

El reparto desigual de compromisarios

En ese congreso, serán los compromisarios los que deban votar al presidente y refrendar su elección. Además de la opción de que uno de ellos sea elegido por aclamación, cabe la posibilidad de que entre la primera votación y la segunda se llegue a un acuerdo entre los dos aspirantes más votados para presentar una lista única. Esta es una idea que ha ido calando entre dirigentes del PP a lo largo de la campaña, si bien ninguno de los candidatos se ha comprometido del todo a llevarla a cabo. En todo caso, si hay dos candidatos, el más votado por los compromisarios será el nuevo presidente. En el último día de campaña, Sáenz de Santamaría abría la puerta a incluir como su número dos a Cospedal o Casado si gana las primarias. Ninguno de sus rivales estableció un compromiso parecido.

El PP cuenta con 3.134 compromisarios para este proceso. 522 son miembros natos, 40 del partido en el exterior y 10 de la Comisión Organizadora. Y el resto, 2.612, electos. De esta última cifra, el 25% se distribuyen en función de los últimos resultados electorales y el 75% restante teniendo en cuenta el censo bruto de afiliados. No de inscritos que van a votar. A más militantes en el listado sin depurar, más compromisarios. Nuevas Generaciones elegirá, además, a sus propios compromisarios. Son en total 101 y a ellos hay que sumar los natos, que son 33.

Estas reglas del juego no son del agrado de algunos militantes y candidatos porque el desajuste entre militantes por los censos inflados e inscritos provoca que comunidades y provincias con más volumen de afiliados movilizados vayan a tener menos cantidad de compromisarios en la segunda vuelta para decidir el nombre final. Galicia tendrá, por ejemplo, más representantes que Madrid pese a que en el feudo de Alberto Núñez Feijóo votarán 6.000 afiliados menos. El aspirante a presidir el PP, José Manuel García-Margallo, considera que, teniendo en cuenta, la baja participación el sistema deslegitima la elección.

El problema podría dispararse si hay un candidato muy desmarcado en resultados en primera vuelta. Si ocurre, fuentes del PP dan por hecho que ese nombre debería ser el que salga elegido por los compromisarios. Si no es así, la militancia, piensan muchos, se sentiría apisonada por el sistema de doble vuelta. 

El PP ha organizado una noche electoral en Génova 13 para seguir los resultados. Desde la sede central los periodistas podrán seguir el escrutinio, que se prevé lento. Es probable que hasta bien entrada la madrugada no se conozcan los dos candidatos más votados y cabe incluso la posibilidad de que no se cierren los resultados hasta el día siguiente.

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