Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre quieren que se ahorre a la infanta Cristina el mal trago de que toda España la vea llegar a los juzgados, donde tendrá que declarar en calidad de imputada por los delitos de blanqueo y fiscales en su supuesta participación en el caso Nóos. Los dirigentes populares han pedido que se evite el 'paseíllo' ante las cámaras el próximo 8 de febrero, así como su exposición a las posibles protestas, como las que protagonizaron el camino de su marido Iñaki Urdangarin hace unos meses.
El ministro de Justicia ha defendido que no se deben producir “penas paralelas” y que se debe evitar “algún tipo de situación que pueda considerarse perjudicial” para la declaración judicial. La razón que argumenta Gallardón es que la hija del rey ha decidido declarar ante el juez de manera “voluntaria”.
“Lo que no debe de significar nunca una actitud de colaboración con la Administración de Justicia, y máxime cuando en este caso se ha producido de una forma voluntaria porque ella misma ha renunciado al recurso y ha decidido declarar, lo que no se debe producir son pemas paralelas”, ha sostenido el ministro en una entrevista en la Cadena Cope, en la que ha recordado que la decisión última corresponde a la sala de Gobierno de la Audiencia Provincial.
La infanta Cristina no ha recurrido finalmente el auto de imputación emitido por el juez José Castro, que este lunes dictó una providencia para adelantar la declaración en la que insistía en que, en nigún caso, se producía voluntariamente, como afirmaron los abogados de la hija del rey.
La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también defiende que la infanta no haga el 'paseíllo'. Así, ha sostenido que le “parece estupendamente que la infanta entre por el garaje” de la Audiencia de Palma porque la Ley de Enjuiciamiento Criminal “no impone la pena de paseíllo”.