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La colaboración público-privada llega a las bibliotecas municipales de Madrid

El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha abierto una nueva puerta a la alianza de las empresas con la Administración. La colaboración “público-privada” llega a las bibliotecas municipales con la reciente inauguración de la Biblioteca Municipal Universitaria ESIC, un centro público que se ha construido con la financiación de esa universidad privada, como fruto de un acuerdo alcanzado durante el Gobierno de Jesús Sepúlveda: el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón cedió 2.500 m² de suelo municipal a la escuela de negocios a cambio de la construcción de una biblioteca.

Ahora la biblioteca prometida se queda con el nombre de la empresa que la ha construido, que se hará cargo de la gestión, con un presupuesto de dos millones de euros, según figura en el acuerdo. El beneficio monetario para ESIC de la ampliación de su terreno asciende a tres millones de euros (teniendo en cuenta que el precio medio del suelo de los municipios con más de 50.000 habitantes en Madrid era superior a 1.200 euros en 2005, cuando Jesús Sepúlveda firmó el convenio).

En la Comunidad de Madrid solo existe, por el momento, un ejemplo similar. Es el caso de la Biblioteca de Obra Social Cajamadrid de Miraflores, que “hace el papel de biblioteca municipal”, según han informado a eldiario.es fuentes oficiales, que explican que “el edificio es municipal y la gestión es de la entidad”.

Este es el camino que parece impulsar el presidente regional, que destacó durante el acto inaugural en Pozuelo que las bibliotecas son “algo realmente escaso” en tiempos de crisis, por lo que alabó la colaboración de la iniciativa privada por proporcionar “una gestión más eficiente”. “Si no introducimos la colaboración público-privada con carácter general es muy difícil sostener el estado de bienestar para el futuro”, defendió Ignacio González.

Incumple las condiciones iniciales

El Ayuntamiento de Pozuelo, el de mayor renta per capita de la Comunidad de Madrid, justifica que el acuerdo de cesión del suelo público ha permitido que la construcción de la biblioteca haya corrido a cargo de ESIC “sin coste para los vecinos”. “Da respuesta a una demanda importante de estudiantes que reclamaban una infraestructura que pudiera abrir 24 horas en época de exámenes”, sostienen fuentes del consistorio, que insisten en que la nueva se suma a las tres bibliotecas que ya formaban parte de la red municipal, una de ellas situada a 1.500 metros. El acuerdo no obliga a la universidad privada a abrir 24 horas, sino a cumplir “como mínimo” los horarios de las demás bibliotecas públicas, y deja en su mano la posibilidad de ampliarlos.

La nueva biblioteca semi-pública da cabida a estudiantes de segundo de Bachillerato o de cualquier universidad, aunque ESIC destaca que el nuevo centro está destinado a sus estudiantes: “El nuevo recinto cultural, destinado a los alumnos de la escuela privada de negocios y marketing, pero también a todos los alumnos que estén cursando 2º de Bachillerato o estudios universitarios”, rezaba el texto con el que anunció la inauguración.

Además, esa condición va en contra de lo establecido incialmente en el convenio suscrito por ambas partes y de lo que el PP sostuvo en el Pleno municipal. Las condiciones del acuerdo establecen que la nueva biblioteca debía cumplir los requisitos de las de la red municipal, entre ellos que los “equipamientos, colecciones y servicios bibliotecarios estén orientados a un público general y adaptados a todas las edades”, así como “la existencia de criterios homogéneos de acceso a servicios y colecciones: horarios, tarjeta única de lector y condiciones de uso”. Esta regulación choca con la imposición de un límite de acceso. La concejal de Cultura, Isabel González, sostiene que esos criterios se refieren únicamente a que los “requisitos para entrar en la biblioteca universitaria son homogéneos”.

Además, el entonces concejal de Cultura, Mario Utrilla, aseguró que las cuatro bibliotecas tendrían “procedimientos organizativos comunes”: “Lógicamente se interconexionarán las cuatro bibliotecas” (sic), expresó antes de prometer que los usuarios tendrían un “carnet de entrada común” que serviría para los cuatro centros.

El PSOE, que solicitará que el centro se abra a todos los vecinos de Pozuelo ante las quejas que ha recibido de los ciudadanos, denunció en su día que “el carácter público puede llegar a ser falso” porque se convertiría en la biblioteca de “uso prácticamente exclusivo de los estudiantes del ESIC”. “En este mes la utilizan unos 200 universitarios al día y la mayoría no son de ESIC”, defienden fuentes del consistorio, que recuerdan que Pozuelo es un “municipio universitario” en el que hay cinco campus.