El Gobierno elimina la figura del comisario honorario por la polémica con Marhuenda
El periodista Francisco Marhuenda será el último comisario honorario de la Policía. El Gobierno prepara un Real Decreto que elimina esa figura y limita el reconocimiento a “miembro honorario de la Policía Nacional sin hacer referencia expresa a categoría profesional alguna”. La polémica dentro y fuera de la Policía al desvelar eldiario.es la decisión de Jorge Fernández Díaz con el director de La Razón ha obligado al actual Ministerio del Interior a introducir esa precisión en el borrador del proyecto.
El nombramiento de comisarios honorarios estuvo sujeto a un Decreto de la dictadura sobre la Policía Gubernativa hasta que en 2015 se aprobó la Ley Orgánica de Régimen de Personal. En la misma ya se hablaba únicamente de “miembro honorario”, pero la falta de un desarrollo reglamentario fue utilizada por el departamento de Fernández Díaz para seguir nombrando “comisarios honorarios”, caso de Marhuenda. El Real Decreto que se elabora el departamento de Juan Ignacio Zoido pretende dotar a este aspecto de la Ley de 2015 de su correspondiente reglamento.
El anterior equipo de Interior también mantuvo en secreto sus reconocimientos de “comisario honorario”. De tal forma que solo trascendieron los nombres publicados por eldiario.es, el de Marhuenda y el del antiguo miembro del Tribunal Constitucional Ramón Rodríguez Arribas, el magistrado que para criticar la Ley de Matrimonio Homosexual escribió que el texto permite que se casen “un tío y un sobrino”.
El borrador del próximo Real Decreto prevé acabar con ese secretismo. A partir de ahora, recoge el texto, “el reconocimiento de la condición de funcionario honorario, una vez notificada al interesado, se publicará en el Boletín Oficial del Estado y en la Orden General de la Dirección General de la Policía”. A día de hoy, se desconoce el nombre de tres de los siete comisarios honorarios que nombró Fernández Díaz durante su mandato.
Tras la noticia de eldiario.es, la Fundación Hay Derecho preguntó al Ejecutivo, a través del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, cuántos y quiénes eran los otros comisarios honorarios ajenos a la Policía. El Ministerio del Interior sólo accedió a reconocer los dos publicados y a revelar otros dos nombres, el del director del CNI, Félix Sanz Roldán, y el del director del Departamento de Seguridad Nacional, Alfonso de Senillosa.
En ambos casos se trata de nombramientos desprovistos de polémica porque la función que realizan ambos cargos es de colaboración continua con la Policía y por tanto, cumplen con el requisito establecido en la ley. Pero en lo referente a los otros tres nombres, Interior se cerró en banda con distintos argumentos.
Sobre uno de ellos alegó que en ese momento no se le había comunicado el reconocimiento, cuatro meses después de haberlo acordado. En un segundo caso aludía a que el agraciado se negaba por motivos de intimidad. Y respecto al tercero, dijo que el interesado se negaba a que se conociera su nombre por razones de seguridad. En este último caso, Interior admitía que era un motivo subjetivo, pero que contradecirlo podría causar “ansiedad” al premiado.
Posibilidad de llevar un arma
La figura del “comisario honorario” es un reconocimiento que los policías jubilados anhelan por motivos sentimentales, pero también para tener la posibilidad de seguir portando un arma. El Real Decreto incluirá esa posibilidad, también para los ajenos a la Policía, siempre que la petición se acompañe de un informe de las aptitudes psicofísicas y pase el visto bueno de la Junta de Gobierno del Cuerpo.
Los reconocidos como “miembro honorario” de la Policía, una vez descartado el rango de comisario, seguirán recibiendo una placa y un carnet, como los que Fernández Díaz entregó a Marhuenda en un acto sin publicidad en el Ministerio del Interior. En el reverso del carnet se especificará si han obtenido la licencia de armas tipo A.
De forma preferente se acabará igualmente con esos reconocimientos personalizados. Según el borrador, el otorgamiento de la distinción “se realizará en acto solemne, procurando que coincida con fechas de especial conmemoración y relevancia en la Policía Nacional, salvo que razones de oportunidad y urgencia aconsejen otra cosa”.
Algo que no cambia es la imprecisión con la que se presentan los méritos que deben adornar la trayectoria de un miembro honorario de la Policía de fuera del Cuerpo. Basta con que el ministro del Interior de turno considere que esa persona se ha “distinguido por los merecimientos contraídos en virtud de la labor realizada a favor” de la institución.
Cabe precisar que el reconocimiento como “comisario honorario” era una posibilidad que se utilizaba con poca frecuencia en el Ministerio del Interior, alrededor de una al año. Hasta que tomó posesión Fernández Díaz, quien en sus cuatro años de ministro nombró a siete comisarios honorarios ajenos al Cuerpo.
El nombramiento de Marhuenda provocó protestas entre la oposición política y quejas airadas de los sindicatos policiales, además de un profundo malestar en la Policía, incluida su cúpula. El Sindicato Unificado de Policía optó por presentar una querella por prevaricación ante el Tribunal Supremo que fue archivada.
En el caso de los policías jubilados, el título de “miembro honorario” podrá ser concedido siempre que hayan cumplido 35 años de servicio activo, no le consten “anotaciones desfavorables sin cancelar” en su expediente, posean todas las condecoraciones a la dedicación al servicio policial y hayan ingresado en la Orden al Mérito Policial.