El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, intentaba este martes contradecir a Xavier García Albiol a cuenta de su negativa a que los inmigrantes sin papeles reciban atención médica primaria sin tener que acudir necesariamente a urgencias. La propuesta de su compañero de partido y nuevo candidato a la Generalitat ha irrumpido en el debate justo cuando el Gobierno ha asumido la necesidad de dar marcha atrás en la exclusión sanitaria en vista de la insumisión de las Comunidades Autónomas. Pero la proximidad de las elecciones catalanas impide desautorizar explícitamente a García Albiol, que presume de tener “perfil propio” y mantiene el discurso más duro del PP en materia de inmigración.
En conversación en los pasillos del Congreso, Alonso repetía el mensaje de la no exclusión y explicaba que su ministerio trabaja en el borrador que fijará “una norma armonizada”. La retirada de la tarjeta sanitaria la decidió el Gobierno de Rajoy al principio de la legislatura y entró en vigor en agosto de 2012. La ministra era entonces Ana Mato. Alonso anunció la rectificación en marzo de este año. Dos meses antes de las elecciones municipales y autonómicas, el responsable de dulcificar la imagen del Gobierno y ser su “rostro social”, adelantó la medida y habló de sustituir la tarjeta sanitaria por otro tipo de documento y un registro de inscripción previo.
Cristina Cifuentes ya ha aprovechado para adelantarse y adoptar esta nueva política en la Comunidad de Madrid. Justo después, el candidato en Cataluña proponía todo lo contrario. García Albiol mantiene que los inmigrantes irregulares deben pasar por urgencias y no ir al médico de cabecera “porque no pueden disfrutar de las mismas prestaciones que los catalanes que pagan impuestos”.
“Yo no soy García Albiol” negaba con vehemencia Alonso. Cuando se le preguntaba si el PP y el Gobierno miran para otro lado para dejar que el catalán tenga su propia estrategia electoral, el ministro evitaba contestar. Más allá de poner cara de resignación. Tampoco aclaró por qué en el PP defienden que hay que tener en cuenta que la inmigración en Cataluña “es de carácter islámico” y que eso repercute en el sistema sanitario. Insistió en que “vengan de donde vengan, el Gobierno no hará distinciones y que el criterio será exclusivamente médico a la hora de derivar a los pacientes de la primaria a la especializada”, insistió.