El Gobierno teme una alteración de la jornada electoral del 21D procedente del “ciberespacio”. Así queda reflejado en la instrucción de la Secretaría de Estado de Seguridad que regula la actuación de las distintas policías para garantizar el normal desarrollo de la campaña electoral catalana, que entra en vigor a partir de esta medianoche, y hasta el día de la votación.
Es en la denominada “Fase Operativa”, la tercera y última que dibuja el plan de seguridad, donde los agentes deben permanecer atentos a la supuesta amenaza digital. Esa Fase Operativa va desde las 00:00 horas del 19 de diciembre, arranque de la jornada de reflexión, hasta el final del recuento, en la noche del 21. “Se intensificará la vigilancia del ciberespacio con el fin de detectar movimientos encaminados a alterar el normal desarrollo de las elecciones”, se puede leer en la instrucción 5/2017, a la que ha tenido acceso eldiario.es.
Con esa orden de Interior a Mossos, Policía y Guardia Civil, el Gobierno acaba de plasmar, por primera vez en un documento oficial, su teoría de que el conflicto en Catalunya está sufriendo una injerencia extranjera e intangible. A las instrucciones habituales en estos casos, como la protección de los colegios electorales y sus entornos durante la jornada de votación, de los presidentes de mesa y de las infraestructuras críticas que prestan “servicios esenciales”, se añade ahora la orden de extremar la vigilancia ante posibles ataques que procedan del ciberespacio.
A pesar de las informaciones publicadas, el Centro Nacional de Inteligencia ha restado importancia a la supuesta injerencia exterior en Catalunya por vía del ciberespacio. Para empezar, el servicio de Inteligencia ha negado haber detectado ningún ciberataque ruso ni de ningún otro Estado durante la crisis de Catalunya.
El director del Centro Criptológico Nacional, Luis Jiménez, aseguró el pasado 17 de noviembre que su organismo, dependiente del CNI, ha registrado unos 70 ataques a páginas web de la Administración, sin mayor incidencia en el debate político y que, en cualquier caso, fueron promovidos por ciberdelincuentes y activistas en la red.
Según publicó eldiario.es, la supuesta injerencia rusa en el procès es en realidad la actuación de ejércitos de bots tuiteando sobre Catalunya, y sobre muchas otras noticias políticas en otros tantos países. No porque trabajen para el presidente ruso, Vladimir Putin, sino porque el nuevo mercado del marketing digital ha contaminado el debate político, ha intoxicado a los medios y está a punto de romper Internet.
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tendrá que comparecer a petición del PSOE en la Comisión de Gastos Reservados del Congreso para informar de la presunta injerencia rusa en Catalunya. Los socialistas quieren conocer de primera mano qué intromisiones se han producido y qué actuaciones ha adoptado el Gobierno frente a ellas.
La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, admitió el pasado 13 de noviembre que el Ejecutivo estaba analizando las interferencias de países extranjeros en la crisis independentista en Catalunya, aunque no aportó pruebas. Rusia ha protestado de forma airada a las acusaciones de supuesta injerencia en Catalunya, en especial por la intervención de una experta del Real Instituto Elcano en este sentido ante una comisión del Congreso.
Interior ha obligado a las tres Fuerzas de Seguridad a elaborar un plan con análisis de riesgo dividido en cuatro áreas con otras tantas amenazas: yihadista, conflictividad social, movimientos antisistema y ciberseguridad. En la instrucción afirma que se deberá comunicar cualquier incidencia al responsable del dispositivo, el director del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado, coronel Diego Pérez de los Cobos.