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El Gobierno salva sin problemas la reprobación de Wert

El ministro Wert ha causado baja en la sesión del Congreso en la que se debatía su reprobación. La propuesta del grupo socialista no prosperó, e incluso el Gobierno encontró en UPyD un socio que le evitó la defensa en solitario de su ministro peor valorado. El partido de Rosa Díez anunció su intención de no apoyar la medida al considerar que “sólo busca titulares de prensa”.

En respuesta a la iniciativa socialista la diputada del PP Sandra Moneo afirmó que la reprobación había sido presentada porque “el ministro de Educación ha osado cuestionar el modelo educativo socialista”. Según Moneo, ante la falta de iniciativas el PSOE “se escuda en el fundamentalismo ideológico y el alarmismo”.

La número dos del PSOE, Elena Valenciano, defendió la primera reprobación a un ministro del Gobierno de Rajoy y denunció “la evidente inclinación del ministro a convertir el mundo de la educación y la cultura en un laboratorio para experimentar con recetas ideológicas en tiempos de crisis”. Según Valenciano, “el ministro Wert parece sentir nostalgia de la escuela de su infancia y por eso dibuja un modelo educativo antiguo, excluyente, clasista y segregador: el que España sufrió durante mucho tiempo”.

Para Valenciano, Wert ha logrado un consenso sorprendente al ser reprobado “por padres y madres, por los rectores de la universidad y por los maestros de escuela, por los artistas y por el público, por los sindicatos y las patronales. Cerca ha estado”, señaló, “de ser reprobado por el propio PP”.

Durante todo el debate se han sucedido las críticas a la inasistencia de Wert y han sido constantes las alusiones al “ministro ausente” por parte de todos los grupos que apoyaron la iniciativa. Durante el Gobierno de Zapatero se produjo una situación similar cuando la entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, se enfrentaba a una moción de reprobación en el Senado y tampoco se presentó al debate. En aquella ocasión, la aritmética parlamentaria le dio a Álvarez una derrota en aquel debate. En esta ocasión, apenas ha habido nervios en un PP que se ha sacudido el asunto Wert como una cuestión más de trámite.