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El Gobierno aumenta la presión sobre Unidas Podemos para que renuncie a sentarse en el Consejo de Ministros

La negociación entre el PSOE y Unidas Podemos para la investidura de Pedro Sánchez sale de la discreción y vuelve a los medios de comunicación. 48 horas después de la infructuosa reunión entre líder socialista y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, lanzaba en público la exigencia de que el grupo confederal responda lo antes posible a la “oferta” que Sánchez le hizo a Iglesias el lunes en la Moncloa: “puestos de responsabilidad” en el Ejecutivo, pero en segundos niveles y sin presencia en el Consejo de Ministros. Los socialistas pretenden demostrar que se han movido en un gesto generoso y dejan la pelota en el tejado del líder de Podemos.

“El presidente en funciones ha hecho oferta de algunos puestos de responsabilidad que desde luego no son en el Consejo de Ministros”, afirmó Calvo a los periodistas a su salida de un acto institucional. El Gobierno ha decidido dejar a un lado la “discreción” de las negociaciones por el malestar que causó la revelación de la reunión de Sánchez e Iglesias. “Estamos esperando que Unidas Podemos pueda dar ya una respuesta que avance algo a la oferta que le ha sido formulada”, agregó la vicepresidenta, que no concretó los rangos que cederían a sus aliados más allá de referirse a “responsabilidades político-administrativas en una Administración General del Estado importante”, como la española.

Desde Unidas Podemos niegan la mayor y rechazan que se produjera tal propuesta, según las fuentes consultadas por eldiario.es. En una entrevista en La Sexta el secretario de Acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique, reclamaba al PSOE cuidar la relación entre ambos partidos y “no negociar a través de los medios”. “Hay que ser discretos y hablar mucho con la otra parte para llegar a puntos intermedios”, aseguraba.

Unidas Podemos evita contestar

En el grupo confederal sostienen que los socialistas quieren plantear la negociación en términos de nombres y cargos para no hablar de las cuestiones programáticas. Es ahí, dicen, donde está el principal escollo. Como explicaban la semana pasada desde la dirección de Unidas Podemos, “el problema no somos nosotros, es el programa”.

La intención de Podemos es, así, negociar el Gobierno al completo. Desde el programa, hasta sus límites de implantación, pasando por la distribución de competencias y las personas que asumen las responsabilidades. Es decir, el Consejo de Ministros. Por eso, de momento, no hay idea de responder en público a Carmen Calvo. Si llega una réplica, se hará en privado en la próxima reunión que celebren Sánchez e Iglesias, quienes seguirán de momento pilotando en solitario la negociación. Al menos, hasta que no aterricen la idea de “Gobierno de cooperación”.

Los socialistas ya van definiendo su “novedosa” propuesta de un “Gobierno de cooperación” como un acuerdo para “cooperar en tres ámbitos”: “una hoja de ruta de avances sociales” –aunque aún no ha habido un intercambio programático–; “cooperación parlamentaria, siendo Unidas Podemos socio preferente del Gobierno” y la “cooperación institucional” con reparto de cargos por debajo del Consejo de Ministros, según fuentes socialistas.

El PSOE, a Iglesias: “O construyes o destruyes”

En el PSOE consideran, sin embargo, que el principal escollo es la reclamación de cargos que realiza Iglesias, entre ellas la representación con peso en el Consejo de Ministros que entiende debe ser proporcional a los resultados de Unidas Podemos. Por eso han decidido cambiar su estrategia y dar publicidad a sus intenciones: el objetivo es demostrar ante la opinión pública que Sánchez se ha “movido” y que, pese a su deseo de gobernar en solitario, se abre a incluir a dirigentes de Unidas Podemos en escalones del Gobierno más abajo al menos por ahora del Consejo de Ministros. Así va negociando a la vez que construye un relato ante una eventual repetición electoral.

En este momento del tira y afloja, mientras Sánchez e Iglesias pretenden volver a reunirse pronto, el Gobierno ha trasladado la presión a su “socio preferente”. “Es Unidas Podemos quien ahora tiene que contestar si conviene o no conviene a sus objetivos que sigamos trabajando en políticas sociales, en objetivos de políticas progresistas, que lo hagamos con acuerdos de esos objetivos para el trabajo legislativo y que lo hagamos asumiendo responsabilidades de esta naturaleza”, dijo la vicepresidenta antes de sentenciar: “El dilema es: o construyes o destruyes; o cooperas por tu país o te conviertes en un obstáculo para que los ciudadanos se sientan más perplejos”.

En el PSOE temen que las aspiraciones de Iglesias frustren la posibilidad de que haya Gobierno y por eso han decidido a pasar a la ofensiva mediática. La decisión se tomó después de que eldiario.es revelara la reunión de Sánchez e Iglesias del lunes. Los socialistas señalaron a Unidas Podemos como responsables de la publicación, y viceversa. La desconfianza se ha impuesto, no obstante, en las conversaciones, aunque ambas partes aseguran que seguirán sentados explorando puntos de acuerdo para el “Gobierno de cooperación”.

Mientras, el tiempo corre. 13 días desde que el jefe del Estado encargara a Pedro Sánchez formar un Gobierno y casi dos meses desde las elecciones generales. Y a la vuelta del verano, en septiembre, el futuro Ejecutivo debería comenzar la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para 2020, después de que este año se hayan prorrogado los de 2018 de Mariano Rajoy. Este mismo miércoles, Isabel Celaá apuntaba a “julio” como mes para convocar la primera sesión de investidura. La portavoz del Gobierno había dicho en el pasado que sería en la primera o segunda semana de dicho mes. Ahora, no ha querido concretar tanto.