El Gobierno de Pedro Sánchez se aleja en su posición institucional de la celebración que hicieron PSOE y Unidas Podemos de la ruptura de EH Bildu y Sortu con ETA. “Este es un paso insuficiente”, ha afirmado la portavoz, Isabel Rodríguez, que ha asegurado que deberían “pedir perdón” y “pasar de las palabras a los hechos”: “Deberían condenar cuando se producen homenajes o manifestaciones en honor a los etarras al salir de las cárceles”.
“El Gobierno valora a las víctimas, está siempre con las víctimas”, ha dicho Rodríguez antes de insistir: “Los gestos están bien pero hay que ir mucho más allá. Hay que pedir perdón y no participar en este tipo de manifestaciones que lo que hacen es revictimizar”. Así, Moncloa rebaja el encaje que se hizo desde los partidos que conforman el Gobierno.
Hasta ahora Sánchez había dejado la reacción a las declaraciones de Arnaldo Otegi en manos del partido, que celebró el paso dado. “Era lo que pedíamos los demócratas desde hace mucho tiempo”, aseguró Patxi López el lunes en una rueda de prensa en Ferraz. Preguntado por si ese paso cambia las relaciones entre ambos partidos, el lehendakari ha recordado que fue el “insigne [Javier] Maroto” el que presumió de llegar a acuerdos en el Ayuntamiento de Vitoria en la “nueva normalidad” vasca y apremió al resto de partidos a tomar “ejemplo”. “La democracia nunca es una ciudad amurallada que no permite la entrada de nadie; siempre tiene las ventanas y las puertas abiertas para que todo aquel que asume las reglas y los valores de la democracia puedan participar de ella”, ha expresado.
El Gobierno también considera, no obstante, que los votos de EH Bildu son legítimos para llegar a acuerdos. “En aquellos años duros de violencia, lo que que reclamaban las fuerzas que defendemos democracia es que se defendieran las ideas con las palabras y no las armas. Puede haber discrepancias ideológicas en la Cámara pero hay que respetar toda la voluntad que se expresa en las urnas”, ha expresado Rodríguez en un momento en el que el Gobierno tiene a la izquierda abertzale como un interlocutor más en el Congreso.
Para los socialistas Bildu fue un tema tabú durante años y alcanzar acuerdos con la izquierda abertzale, una línea roja; pero el último ciclo electoral cambió ligeramente las tornas. Sánchez llegó a Moncloa con la abstención de EH Bildu, aunque no fue determinante; pero fue entonces cuando el PSOE comenzó a quitarse los complejos a la hora de llegar a acuerdos con esa formación. Uno de los muñidores de ese cambio de posición fue el actual secretario de Organización, Santos Cerdán, que convenció a Sánchez para que María Chivite se hiciera con el Gobierno foral de Navarra gracias a ese partido.
Y en el Congreso también han ido normalizándose unas relaciones que hace un par de años generaban una mayor incomodidad en la cúpula socialista. “Que Bildu apoye las cuentas es normalidad democrática y que la izquierda abertzale esté en las instituciones, un éxito”, afirmó la número dos del PSOE, Adriana Lastra, en una entrevista en elDiario.es ante la aprobación de los Presupuestos vigentes. En los de 2022, también es uno de los partidos con los que el Ejecutivo pretende contar.
Fuentes gubernamentales apuntan a que el paso dado por Otegi no supondrá una variación importante en las relaciones. “Creo que seguirá sin mucho cambio”, afirma un ministro interpelado por elDiario.es sobre si a partir de ahora será más cómodo para el Ejecutivo pactar con EH Bildu. ¿Se puede convertir en una suerte de ERC pero en Euskadi? “Es muy pronto para decir eso; pero es un paso en la buena dirección”, remata.