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Tsipras jura como primer ministro sin la presencia del jefe de la Iglesia ortodoxa

Fue rápido, más de lo esperado y sin necesidad de largas negociaciones. El líder de Griegos Independientes (Anel, en su nombre griego), la derecha nacionalista griega, Panos Kammenos, se reunió a las 10.30 con Alexis Tsipras y a la salida dio la noticia: “A partir de este momento hay Gobierno” en Grecia. Los 13 diputados de Anel conceden a Syriza una clara mayoría absoluta.

Tsipras acudió después a reunirse con el presidente Papoulias, al que comunicó la existencia del acuerdo, y a primera hora de la tarde juró como primer ministro.

La primera consecuencia de la victoria de la izquierda radical fue un gesto de gran carga simbólica en un país en el que el cristianismo ortodoxo es la religión de Estado. Tsipras no juró el cargo con la Biblia delante y la presencia del jefe de la Iglesia ortodoxa griega, el arzobispo Ieronymos. Habitualmente, el jefe religioso concede también su bendición al nuevo primer ministro.

Para aliviar el impacto del cambio, Tsipras realizó lo que se ha llamado una “visita de cortesía” a Ieronymos antes de ver al presidente. Sí habrá probablemente representantes de la Iglesia en la toma de posesión de los ministros, entre otras cosas porque los futuros ministros de Anel utilizarán el juramento religioso habitual hasta ahora en estas ceremonias.

Tsipras es ateo, aunque eso no le ha impedido tener una buena relación personal con el arzobispo Ieronymos, al que ha visitado en varias ocasiones. A ello ha ayudado que el dirigente religioso haya apoyado iniciativas humanitarias para aliviar la situación de los más pobres en la crisis. De todas formas, Syriza está a favor de acabar con algunos de los privilegios que aún conserva la Iglesia ortodoxa.

El primer acto de Tsipras como primer ministro ha tenido también una gran carga simbólica. El líder de Syriza ha visitado el monumento en recuerdo de los 200 miembros de la resistencia comunista fusilados por los nazis el 1 de mayo de 1944 en Kaisariani, a las afueras de Atenas.

Un socio de derechas

Durante la campaña electoral, Panos Kammenos ya había dejado clara la disposición de Anel a pactar con Syriza, a pesar de las evidentes diferencias ideológicas. “El objetivo es que los griegos avancemos unidos para recobrar la soberanía nacional”, dijo Kammenos al salir de la reunión con Tsipras.

El líder de Anel es un nacionalista de derechas que abandonó Nueva Democracia (ND) en 2012 y formó el nuevo partido con una decena de diputados conservadores. Su discurso antitroika ha sido siempre tan duro como el de Syriza. Tuvo su mayor éxito en las elecciones de mayo de 2012, cuando obtuvo 33 escaños con un 10% de los votos. Las elecciones se repitieron un mes después, lo que permitió a Samaras y a ND recuperar algunos de los votos perdidos. Anel se quedó con 20 escaños y un 7,5%.

La campaña del voto del miedo a Syriza promocionada por el primer ministro Samaras para agrupar el voto conservador hizo pensar que Anel tendría problemas para conservar su presencia en el Parlamento. El partido de Kammenos resistió y con 13 escaños y un 4,7% de votos será más decisivo que antes.

Anel es una fuerza tan conservadora como Nueva Democracia. Es partidario de la presencia de la religión ortodoxa en las escuelas y de la mano dura contra la inmigración que llega a Grecia desde Oriente Medio y Asia Central. El nacionalismo de Kammenos le ha llevado a veces a hacer declaraciones incendiarias, como cuando dijo en diciembre que los judíos disfrutaban de privilegios fiscales en Grecia. Los portavoces del Gobierno lo desmintieron tajantemente y dijeron que ese tipo de comentarios que circulaban en internet eran solo “mentiras y teorías de la conspiración”.

¿Qué papel se reserva Kammenos, de 49 años, en un futuro Gobierno de coalición con Syriza? Por lo que se ve en uno de sus anuncios de esta campaña, el del maestro que alecciona al alumno. En el vídeo, un padre aconseja a su hijo, que se llama Alexis, cómo debe utilizar un ferrocarril de juguete. La idea es que Grecia no descarrilará si Kammenos da las instrucciones necesarias. Tsipras aceptará el apoyo de los 13 diputados, pero quizá no necesitamos más consejos.