Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil dan por cerrado “casi al cien por cien” el caso del crimen del pequeño Gabriel Cruz después de haber obtenido la confesión de la presunta autora, Ana Julia Quezada. Este hecho, la asunción de los hechos por la mujer este martes por la mañana, era el objetivo que se proponían desde mediados de la semana pasada, cuando ya estaban convencidos de que ella era la autora de la desaparición del menor.
Fuentes de la investigación explican que aún conservaban un hilo de esperanza acerca de la posibilidad de que un cómplice de la mujer retuviera al chico, pero que eso era más bien un deseo. La principal hipótesis ya era que ella era la autora de la desaparición y muerte de Gabriel y de que lo había hecho en solitario, como ha terminado confesando. “A eso apostamos y Ana Julia nos tenía que llevar a una cosa o a la otra”, aseguran las citadas fuentes.
Es en ese momento, el ecuador de la pasada semana, cuando los investigadores decidieron que era cuestión de días proceder a su detención, que nunca se postergaría más allá del domingo. No hizo falta agotar el plazo. Las evidencias contra ella, que sutilmente fueron deslizando los investigadores, hicieron que la mujer decidiera cambiar el cuerpo de sitio, en una maniobra controlada a distancia por los agentes.
Todo hace concluir que el último tramo de las pesquisas se centró, en parte, en una auténtica representación ante la sospechosa. Por una parte, se actuaba con normalidad ante ella, pero poco a poco, como ocurrió el viernes al hacerla ver que cámaras de seguridad habrían podido grabar su vehículo, provocaban que fuera calando en ella la intranquilidad por sentirse investigada.
Los agentes locales de la Guardia Civil han trabajado en colaboración con los especialistas del Grupo de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la UCO, desplazados desde Madrid. Los responsables de este grupo, los mismos que comandaron la investigación de Diana Quer, han estado al frente de las pesquisas de la Operación Nemo.
Durante su confesión, la mujer indicó el lugar donde había arrojado la ropa del crío (una sudadera roja de capucha, un pantalón de chándal y unas zapatillas de deporte), que antes del mediodía habían sido recuperados por las agentes. Resta por localizar, si es que fuera cierto, el hacha con cuya parte roma la mujer asegura haber golpeado al niño antes de asfixiarlo.
Este miércoles pasará a disposición judicial Ana Julia Quezada, la presunta autora de la desaparición y muerte de Gabriel Cruz, de 8 años. El titular del juzgado podrá enviarla a prisión incondicional con las pruebas de su confesión y el cuerpo de su víctima recuperado, que descansa desde este martes en el cementerio de Fernán Perez, en Níjar.