“¡No a la guerra imperalista! ¡Paremos la agresión a Siria!”. Bajo este lema varios centenares de personas han clamado contra la intervención en el país árabe en la madrileña plaza de Sol. La concentración estaba convocada por la Plataforma contra la Guerra en Siria en respuesta a las intenciones de EEUU de llevar a cabo una intervención militar en el país.
Sol comenzaba a llenarse de gritos antibelicistas en torno las ocho de la tarde, en un escenario que ya había acogido concentraciones contra las guerras de Libia e Irak. Para Francisco Frutos, del Partido Comunista de España, este conflicto supone la continuación de una vieja historia: “Estamos radicalmente en contra de esta intervención. Siria ya estaba en la agenda de EEUU, al igual que otros países en el pasado. Se ha vuelto a orquestar una campaña de mentiras para legitimar la intervención”.
En los mismos términos se manifestaba Santiago González, miembre del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe. Éste afirmaba que todo forma parte de “una estrategia a largo plazo de los americanos”. Además, González ha criticado el doble rasero de la ONU y de los países occidentales, dado que “también se usaron armas ilegales contra otros pueblos, como el Palestino, y no hay investigaciones al respecto”. Por su parte, Ángeles Maestro, de la organización Red Roja, comentaba cómo la guerra se había convertido en el único método de Estados Unidos para mantener su posición. “Es una potencia en decadencia, ya sólo le queda el poder militar para mantener su hegemonía en la esfera internacional”, aseguraba.
“Todos somos Siria” o “El imperalismo es el terrorismo” han sido algunos de los mensajes más repetidos en pancartas y en boca de manifestantes. Algunos decidieron poner murales en el suelo para que la gente escribiera sobre ellos. “Esto no es una intervención humanitaria. Las bombas matan”, comentaba Ana, antes de plasmarlo en papel. “Es una continuación de la doctrina del shock”, añadía su hija.
El único incidente de la protesta se ha producido cuando un joven sirio ha mostrado una bandera revolucionaria “para reivindicar el espíritu de la primavera árabe”. Algunos manifestantes le han reprochado el gesto y la Policía ha actuado para separarlos. “He perdido conocidos y familiares a lo largo de estos años, que han luchado por que mi país recuperase el espíruto democrático que en su día tuvo”, ha respondido el joven.