Un hombre con gran visión y enorme lucidez
Santiago Carrillo ha jugado un papel clave en los dos siglos de nuestra historia, en el Siglo XX y en el Siglo XXI. Un hombre de trato afable, cercano y sobre todo muy transparente, que pese a sus problemas de vista, ha tenido una gran visión y una enorme lucidez a lo largo de su vida.
Ha sido un comunista superviviente, primero a la dictadura que le obligó a exiliarse, después al fracaso del comunismo como alternativa al capitalismo, y a todos los avatares que vivió con su partido durante la resistencia franquista, hasta su integración en Izquierda Unida.
Es incuestionable su importante papel durante la transición. Supo apostar claramente por el sistema democrático y reconocer el papel del sindicalismo. Hasta el último momento ha defendido los valores que defiende nuestro marco constitucional y ha resaltado, en esta etapa de asfixia económica y social, que este no es el camino.
Santiago Carrillo ha sido, sin duda, una de esas personas que han demostrado que en la vida y en la política, aunque se valoran las victorias que te permiten cambiar las cosas, no se puede olvidar el mérito de dejar a un lado una parte de aquello en lo que creen, a lo que aspiran, de sus propias convicciones, para contribuir a la estabilidad, para evitar rupturas y consolidar avances. Y en este sentido, fue capaz de llegar a acuerdos pese a las diferencias ideológicas.
Muchos de los momentos políticos que ha vivido Santiago Carrillo en la historia de España son una muestra de conciliación, compromiso y de progreso social.