La decisión de Juan Carlos I de abandonar España mientras se investiga el origen de su patrimonio ha vuelto a evidenciar las discrepancias estratégicas que existen entre algunos de los principales dirigentes del Partido Popular. Mientras la dirección de Pablo Casado trata de aprovechar las diferencias entre PSOE y Unidas Podemos sobre la monarquía para desgastar al Gobierno de coalición y atacar a Pedro Sánchez, la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha vuelto a hacer gala de su independencia orgánica planteando al también líder del PSOE una gran coalición con los populares.
“Lo que tendría que hacer Pedro Sánchez es anunciar la ruptura inmediata con Podemos y los separatistas y el inicio de conversaciones para formar un Gobierno de Concentración Constitucionalista. Lo que España necesita. Lo que Europa aplaudiría”, escribió Álvarez de Toledo el martes en Twitter, apenas unos minutos después de la rueda de prensa ofrecida por el presidente del Gobierno, en la que reafirmó su apuesta por el Ejecutivo con Unidas Podemos pese a sus diferencias sobre la situación del rey emérito.
Ningún otro dirigente de peso de la cúpula del PP respaldó las palabras de su portavoz parlamentaria, que tan solo recibió un apoyo escueto de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre que, en otro tuit en respuesta a Álvarez de Toledo, dijo: “¡España necesita patriotas!”
El mensaje de la portavoz popular en el Congreso pidiendo a Sánchez un entendimiento con el PP y otras fuerzas políticas para formar un “Gobierno de Concentración Constitucionalista” choca de lleno con la estrategia planteada por otros dirigentes de la cúpula de Casado que, lejos de prestarse a un acuerdo, trata precisamente de atacar al jefe del Ejecutivo aprovechando las discrepancias manifestadas en los últimos días entre los ministros del PSOE y los de Unidas Podemos sobre la monarquía.
Montesinos: “Sánchez avala el ataque a la monarquía”
Este miércoles, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, denunciaba que Sánchez no haya desautorizado a su vicepresidente Pablo Iglesias por mostrarse en contra de la marcha de Juan Carlos I y reivindicar el debate entre monarquía y república. “Con su silencio, [Sánchez] está avalando el ataque de su ministro a la monarquía y al sistema constitucional que nos hemos dado todos”, señalaba Montesinos en una entrevista en Onda Madrid.
Para el vicesecretario popular, que junto al secretario general, Teodoro García Egea, forma parte del núcleo de confianza de Casado, “hay un solo Gobierno y Sánchez es el responsable último de su acción”. Montesinos contrarrestaba además el papel del actual presidente del Gobierno con el que mantuvo en el pasado el exsecretario general del PSOE, el ya fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que el Gobierno de Mariano Rajoy pactó la abdicación de Juan Carlos I, en junio de 2014.
Frente a la interlocución “fluida y constante” de Rajoy con Rubalcaba “por lealtad institucional” en la abdicación de hace seis años, Montesinos criticaba que Sánchez no haya contado ahora con el principal partido de la oposición. “Sánchez ha quedado retratado. Queda todo dicho. Que cada uno saque sus propias conclusiones”, remarcaba.
En términos similares se expresaba también este miércoles el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto. Él tampoco respaldó la idea de la gran coalición lanzada por Álvarez de Toledo y, en una entrevista en La Sexta, se limitó a atacar a Sánchez al considerar que el presidente está “encantado” porque “mientras se habla del rey emérito, no se habla de su nefasta gestión en el Gobierno y de la crisis sanitaria del coronavirus”. Para él, el Gobierno de coalición está en “crisis permanente” porque “permanentemente tiene una crisis que afecta a sus diferentes ministros o diferentes políticas”.
Un año de diferencias
Las discrepancias entre Álvarez de Toledo y el resto de la dirección del Partido Popular no son nuevas. La independencia orgánica y el bronco discurso contra el Gobierno de la portavoz parlamentaria genera desde su nombramiento, del que se acaba de cumplir un año, un descontento interno que ha quedado en evidencia en distintos foros del partido. Además, la también diputada por Barcelona, que sigue contando con el apoyo de Casado, mantiene un conocido enfrentamiento interno con el secretario general, Teodoro García Egea, principalmente por sus diferencias estratégicas.
Al rechazo que generó en los barones con más peso del partido –el andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla y el gallego Alberto Núñez Feijóo– su designación como portavoz, en los últimos meses se han ido sumando nuevas voces que han mostrado abiertamente sus diferencias ante las salidas de tono de Álvarez de Toledo, que un día llamaba “terrorista” al padre de Pablo Iglesias y al otro buscaba el enfrentamiento personal con la vicepresidenta Carmen Calvo, en las últimas sesiones de control al Gobierno en el Congreso, ahora interrumpidas por el periodo estival.
Mientras a las puertas de las elecciones vascas y gallegas del pasado 12 de julio el PP amagaba con buscar acuerdos y aparecer como una fuerza pactista, Álvarez de Toledo mantuvo su propia estrategia bronca, que le llevó a estar desaparecida durante toda la campaña. Y los comicios, en los que la apuesta derechista de Casado en Euskadi fracasó –la candidatura PP+Cs encabezada por Carlos Iturgaiz perdió tres de los nueve escaños logrados por el PP en solitario, en 2016–, mientras se reforzó el perfil moderado de Feijóo –que arrasó– reavivaron las voces que reclamaron a Casado un perfil más centrado.
En privado, distintos dirigentes populares apuestan por que el líder del PP premie con cargos de visibilidad a los dirigentes más centristas como la vicepresidenta del Congreso Ana Pastor, a la que en plena precampaña colocó como principal rostro visible del partido en la negociación con el Ejecutivo para la reconstrucción tras la pandemia. Por contra, piden al presidente de los populares que debilite a algunos de los dirigentes más escorados a la derecha como la propia Álvarez de Toledo.