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El debate ideológico en el PP revela las grietas internas del partido pese al “alivio” del 26M

Feijóo, Casado y Moreno, este lunes, antes del Comité Ejecutivo Nacional del PP.

Iñigo Aduriz

La dirección del PP respiró por fin el domingo “aliviada” después de que en las elecciones municipales, autonómicas y europeas del domingo –en las que perdió votos–, lograra dar la vuelta a las encuestas y retener el poder en sus principales feudos e incluso recuperar varias ciudades, aunque para ello dependa de la suma con Ciudadanos y Vox.

Una vez pasada la resaca electoral, el día después volvía a dejar en evidencia el pulso interno que existe en las filas populares entre los barones que abogan por un proyecto más centrado y la dirección de Pablo Casado, que emprendió un giro a la derecha desde que ganó las primarias el pasado verano. La división se reflejaba en la sede nacional del PP de la calle Génova de Madrid, donde Casado había convocado a todos los líderes autonómicos del partido para la reunión del Comité Ejecutivo Nacional en la que se valoraron los resultados del 26M.

Antes del encuentro algunos de los principales barones como los presidentes gallego y andaluz, Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno Bonilla, respectivamente, o el líder de los populares vascos, Alfonso Alonso, defendieron que la mejora del resultado de los comicios del domingo respecto a las generales de hace menos de un mes se debió al giro al centro que según explicaban emprendió el PP tras el 28A. Después del encuentro, en cambio, el propio Casado negaba haber emprendido ningún viraje y rechazaba modificar su estrategia para moderar el mensaje.

A las puertas de Génova, Feijóo -uno de los perdedores de los comicios que no tiene asegurado el gobierno en ninguna de las siete ciudades gallegas- recalcaba que el PP logró “mejores” resultados en las elecciones de este domingo porque en las últimas semanas se ha “centrado” y ha “ensanchado sus bases”. El dirigente gallego pedía “seguir insistiendo y persistiendo en el centro” político. En la misma línea, Moreno Bonilla consideraba que tras el resultado del 26M los populares están “satisfechos porque el PP recuperó una parte importante de su electorado”. Señalaba, no obstante, que el partido no puede “perder su personalidad” y que “debe recuperar todo el centro derecha siempre desde el centro”.

“El camino” correcto

También el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, uno de los más críticos con el giro a la derecha de Casado, subrayaba que el partido ha “aguantado el tipo” en las elecciones autonómicas, municipales y europeas, mejorando resultados con respecto a las generales tras producirse en estas últimas semanas un “cierto giro hacia la moderación” y “confiar en las estructurales territoriales del partido”.

“Ése es el camino. Tenemos que seguir buscando la centralidad, buscando la moderación y ser capaces de demostrar que somos un partido que negocia y tiene capacidad de acuerdo y de hacer proyectos para el interés general. Ése es el camino sin ningún género de duda”, avisaba.

Los tres dirigentes obviaban que el PP logró salvar los muebles el 26M porque consiguió recuperar el Ayuntamiento de Madrid donde las tres derechas pueden hacer alcalde a José Luis Martínez-Almeida, y mantener la Comunidad de Madrid, donde la presidencia de Isabel Díaz Ayuso también depende de la suma con Ciudadanos y Vox. Ambos candidatos son apuestas personales de Casado y representantes del ala más derechista del partido.

En contraste con el análisis realizado por sus barones, un Casado eufórico negaba haber realizado “ningún giro” en las últimas semanas. En rueda de prensa, subrayaba que la campaña de las autonómicas y municipales ha sido “acertada” y recalcaba que no se ha dado ningún “bandazo” con respecto a la del 28A. El líder del PP tiraba de estatutos para recordar que esos textos definen al partido como “de centro, reformista y liberal”.

Casado, director de orquesta

“Creo que el PP ha tocado con una misma partitura. Creo que he intentado ser un director de orquesta que ha dado pie a los solistas y ha ido a reforzar las campañas donde más convenía”, manifestaba, para reiterar que el PP ha estado donde “siempre” y apostando por una campaña “transversal”.

La comparecencia evidenció en cambio un nuevo volantazo en la estrategia del presidente de los populares. Después de la derrota del 28A y forzado por algunos barones, Casado se vio obligado a calificar a Vox por primera vez como un partido de “extrema derecha”, apenas cuatro días después de que en el último minuto de la campaña ofreciera a los de Abascal ministerios en el caso de que las derechas sumaran para que el líder del PP llegara a la Moncloa.

Este lunes, de nuevo, Casado se resistió a emplear esos términos para calificar a Vox, preparando el terreno para gobernar con la formación de Abascal en comunidades autónomas y ayuntamientos. “La definición que yo he hecho de Vox es la que ellos han hecho: se han situado a la derecha del PP y eso no es peyorativo”, se limitaba a señalar en la rueda de prensa en la que proclamó el inicio de la “refundación del centro derecha” en torno al Partido Popular.

Pese a las discrepancias internas, ninguno de los barones puso en cuestión este lunes el liderazgo de Casado. Feijóo recordaba que fue elegido “hace un año” y “sigue siendo el presidente del partido”.“Casado tiene un horizonte sereno para poder trabajar con tranquilidad y consolidarse como alternativa a Pedro Sánchez”, añadía Moreno Bonilla.

Alonso afirmaba, por su parte, que el cuestionamiento de Casado “no está ahora sobre la mesa” y señalaba que el presidente del PP tiene “ahora una responsabilidad muy importante y una oportunidad”. Después de que los periodistas le insistieran al preguntarle sobre si consideraba que el liderazgo del presidente popular está fuera de duda remarcaba: “Pues si no lo hemos puesto en cuestión es porque no está en duda”.

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