El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha subrayado hoy la necesidad de que la inmigración sea “regular y ordenada”, y ha indicado que, si se dejara entrar a todo aquel que consigue subirse a la valla, serían “cientos de miles” de personas a las que habría que dejar acceder.
El mandatario autonómico ha comenzado su discurso del debate sobre estado de la ciudad con la alusión al problema de la inmigración, ya que la “famosa valla” ha puesto a Melilla en el centro de atención, que han generado diversos debates que han llegado a perjudicar la imagen de la ciudad.
Según Imbroda, una cosa es la valla, que no es sólo de la ciudad, sino de toda Europa, y otra distinta la vida cotidiana de los melillenses, que se ve afectada por la situación fronteriza, pero que cuenta con otros problemas relacionados, fundamentalmente, con la economía, que les afectan de una manera más directa.
El presidente de Melilla ha insistido en defender la actuación de la Guardia Civil en la valla, sobre todo la del coronel jefe, imputado en un procedimiento judicial por la actuación en el perímetro, así como de la Policía Nacional en los puestos fronterizos, también sometidos a una fuerte presión por la llegada de inmigrantes de origen sirio.
En opinión de Imbroda, los intereses de Melilla pasan por regular la inmigración, ya que, de lo contrario sería un problema “grave” para la ciudad.
“Si no nosotros dejáramos pasar a todos los que se suben a la valla, entonces tendríamos un disparate descomunal”, ha subrayado Imbroda, en respuesta al líder de CPM, Mustafa Aberchan, quien ha cuestionado la política de inmigración del Gobierno central, defendida también por el autonómico.
Aberchan ha dicho que si distintos organismos nacionales e internacionales “están llamando la atención” a España es porque “se está haciendo mal.
Al respecto, el presidente melillense ha señalado que él no está en contra de que los inmigrantes pretendan buscar una vida mejor, pero sí de la fórmula actual de inmigración, que Melilla no puede asumir.
Por eso, ha aseverado que, como le trasmitió al comisario europeo de Derechos Humanos, Nils Muiznieks, si lo que se quiere es que todos pasen, entonces que se haga una zona de tránsito entre Marruecos y Europa, “un puente marítimo”, para que así puedan pasar todos los que quieran.
“Pero aquí, en Melilla, no, porque aquí tendríamos un problema gravísimo si el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), en vez de tener 1.800, hubiera 15.000 o 20.000, que serían las que podrían estar, podríamos tener problemas”, ha remarcado Imbroda.