Interior concede una medalla pensionada por su jubilación a un comisario condenado por torturas

Pedro Águeda

17 de octubre de 2021 21:19 h

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El Ministerio del Interior ha concedido la Medalla de Plata al Mérito Policial al comisario principal Héctor Moreno García, jefe superior de Cantabria, con motivo de su jubilación el pasado septiembre. Moreno García fue condenado por torturas y posteriormente indultado por el Gobierno de José María Aznar. El reconocimiento que recibe ahora supone la más alta distinción en vida que puede recibir un policía nacional y, con ella, un incremento en su pensión del 15% de manera mensual y vitalicia. 

La concesión de la medalla pensionada a Moreno García va envuelta en otra polémica. Junto al exjefe superior de Policía en Cantabria fueron condecorados con la Medalla de Plata otros dos comisarios recientemente jubilados, el exjefe de Asuntos Internos Francisco Miguelañez y Francisco Rodríguez López, jefe superior en Melilla hasta su retirada, y uno más, José María Moreno, quien se retiró hace ya un año siendo jefe superior en Canarias. La resolución que concede las condecoraciones va firmada por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. 

La polémica por la concesión de medallas pensionadas, y sobre todo su asignación a mandos que no ponen en riesgo su vida, se ha recrudecido en el seno de la Policía con estas cuatro condecoraciones de Plata. La Confederación Española de Policía ya ha presentado una demanda ante el Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo. Jupol hará lo propio en los próximos días tras haber recabado ya de la Administración el expediente de las cuatro condecoraciones, según un portavoz del sindicato.

Los hechos por los que fue condenado Héctor Moreno García se produjeron el 29 de abril de 1982 en el barrio madrileño de Malasaña. Según la sentencia, dictada en 1994 por la Audiencia Provincial de Madrid, siete agentes detuvieron a varios transeúntes “sin causa alguna”. Uno de los policías, que no es identificado en el fallo, golpeó a uno de los ciudadanos con una pistola y después, junto a Moreno García, le restregaron la cabeza contra unos cubos de basura y le introdujeron en el vehículo policial. Otra de las víctimas fue golpeada en varias ocasiones con la puerta de un coche patrulla. Los policías, según el fallo, llamaban “canallas e hijos de puta” a los detenidos. Los golpes y amenazas continuaron en comisaría. Después, los agentes falsearon el atestado policial. Entre los detenidos había un abogado. 

Los policías implicados fueron condenados más de una década después a 48 años de inhabilitación especial y a cinco meses y medio de arresto por torturas y detención ilegal. En 1998, cuatro años después, el Gobierno de Aznar conmutó la pena y estableció una suspensión de seis meses y un día siempre que ninguno de los cinco policías condenados volviera a “cometer delito doloso durante el tiempo de normal cumplimiento” de la condena. 

Medalla recurrida en los tribunales

Moreno García había ascendido ya a inspector jefe, pese a estar condenado, y en 2002, también con el Gobierno de Aznar, se convirtió en comisario. Fue ocupando cargos de distinta responsabilidad, entre ellos jefe de la Brigada Central de Investigación de la Comisaría General de Policía Judicial. La resolución firmada por Grande-Marlaska recoge que Moreno García y el resto de condecorados, “con su actuación singular y extraordinaria han prestigiado a la Policía Nacional”.

En la demanda de CEP, el sindicato alega que “no se ha seguido el procedimiento legalmente establecido” para su concesión, lo que queda “vulnerado el derecho fundamental a la libertad sindical”. “En la tramitación se ha obviado a las organizaciones sindicales, nunca la demandante ha tenido conocimiento del procedimientos de estas cuatro medallas; desconoce la unidad proponente de las mismas; no ha tenido plazo de cinco días para formular alegaciones y desconoce si se ha concedido por un hecho concreto o por trayectoria profesional. Absolutamente nada”, recoge la demanda, a la que ha tenido acceso elDiario.es.

“La indignación se ha visto incrementada aún más al conocerse que a miembros del GEO y de la UIP desplegados en Kabul, arriesgando su vida de forma objetiva y acreditable, este año se les ha concedido una condecoración de menor rango”, añade la demanda.