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Interior abre un fichero restringido de casos “especiales” que incluye corrupción

Las investigaciones sobre terrorismo y crimen organizado, incluida la corrupción, han pasado a estar divididas entre “ordinarias” y “especiales” de acuerdo con un nuevo manual para la coordinación entre cuerpos policiales. El documento reserva carácter extraordinario y acceso restringido a aquellos casos en los que participen agentes encubiertos y testigos protegidos o se persiga a policías, guardias civiles y agentes de Aduanas. Pero también a todas las investigaciones que la cúpula del Ministerio del Interior considere, sin más, de “especial trascendencia”. Solo esa cúpula policial del Gobierno de turno tendrá acceso a los avances que se produzcan.

El nuevo Manual de Procedimiento de Coordinación de Operaciones es un documento del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Como tercer motivo para que se declare una investigación de carácter “especial”, el manual indica que concurran “otras circunstancias especiales que, en función del contenido de la investigación o de su especial trascendencia, justifique la catalogación de especial para garantizar su eficacia”.

Con esta ambigua definición, cualquier caso puede ser considerado “especial” y por tanto, de control restringido, siempre que así lo decidan los directores operativos de de Policía y Guardia Civil o sus subordinados al frente de las unidades antiterroristas o contra el crimen organizado y la corrupción. En el caso de la Policía se trata de comisarios que cada Gobierno elige entre sus mandos afines.  

Un primer borrador del manual, al que también ha accedido eldiario.es, incluía un cuarto supuesto para declarar una investigación especial: “Implicación de jueces, fiscales y personas con responsabilidad política o pública (PRPs)”. Según esto, la primera intención del CITCO era que ese estrecho control sobre los avances de un caso se ejerciera solo por el hecho de que en las investigaciones hubiera aparecido la implicación de un político. eldiario.es se ha puesto en contacto con el ministerio de Interior el motivo de esta variación, sin obtener respuesta.

La elaboración de este manual responde a la fusión que se produjo hace dos años del centro que coordinaba a las Fuerzas de Seguridad en materia de terrorismo, el CNCA, y el que lo hacía para el crimen organizado, el CICO. Ambos fueron una idea del Gobierno de Zapatero para que no se volvieran a repetir los errores de coordinación que precedieron al 11-M. El Ejecutivo del Partido Popular pensó que la interrelación de terrorismo y crimen organizado aconsejaba que los centros se fusionaran, y así nació hace dos años el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO).

El máximo aspirante a jefe de Policía

Al frente del mismo, Jorge Fernández Díaz situó al comisario José Luis Olivera, procedente de uno de los organismos fusionados, el que coordinaba las investigaciones sobre crimen organizado. Olivera adquirió relevancia durante el Gobierno del PSOE al ser el primer y único jefe en aquella etapa de la UDEF, la nueva unidad especializada que tenía encomendada investigar la corrupción y que protagonizó casos tan relevantes como Malaya o Gürtel.

El comisario Olivera pasó de integrar la “camarilla policial” que denunciaban dirigentes del PP, destinada presuntamente a fabricar pruebas en el caso Gürtel, a ser uno de los mandos de confianza del Ministerio que dirigió Fernández Díaz. A día de hoy es uno de los máximos aspirantes a director adjunto operativo de la Policía, el puesto clave en el Cuerpo y vacante desde que se jubilara en verano Eugenio Pino, el artífice de la ‘policía política’ contra la oposición.

Olivera participó el 29 de octubre de 2012 en uno de los viajes de la Operación Cataluña. Según el Ministerio del Interior, él y el jefe de Asuntos Internos entonces, Marcelino Martín-Blas, fueron a presentar a los fiscales Anticorrupción de Barcelona un nuevo grupo dentro de Asuntos Internos. Para el Consejo Fiscal se trató de un viaje anómalo de dos agentes que les pedían registrar la sede de CDC en plena precampaña electoral, en el marco del caso Palau, una investigación que les era ajena a ambos policías en función de sus destinos.

El borrador y el manual final han sido elaborados por el Área de Coordinación del CITCO, con Olivera como director del Centro. A éste reserva la presidencia de las reuniones entre distintos cuerpos para coordinar operaciones de terrorismo, delincuencia organizada o corrupción. El contenido del manual es “obligado cumplimiento” para la Policía y la Guardia Civil, según instrucción del anterior secretario de Estado de Seguridad, dictada el 31 de mayo pasado.

Evitar investigaciones duplicadas

El sistema de alerta interna implantado en el CITCO avisa si algún dato introducido por un cuerpo policial coincide con el que previamente había aportado otro. Se trata de identidades de investigados, matrículas, números de teléfono… El objetivo es que no se dupliquen las investigaciones. Pero la asignación a uno u otro cuerpo no siempre es del todo 'pacífica'.

Por eso, el manual recoge todo un protocolo de actuación para dirimir quién se queda con una investigación, sea “ordinaria” o “especial”. Las especiales tienen unas medidas adicionales de opacidad y protección. Por ejemplo, si una especial coincide con una ordinaria, el CITCO con proporciona detalles de las coincidencias a las unidades de coordinación de los cuerpos implicados. Solo les dice si hay una coincidencia o varias, pero no detalla cuáles. De forma excepcional, el manual permite que se comunique cuáles han sido las coincidencias a las unidades de coordinación de cada Cuerpo, pero se les prohíbe que se les detallen a los propios investigadores.