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Irene Montero, la integrante más votada de la comisión de secretos oficiales del Congreso

Aitor Riveiro

22 de febrero de 2017 16:51 h

La aritmética parlamentaria española ha cambiado. El Pleno del Congreso de los Diputados ha elegido este miércoles la composición de la Comisión de Control de los Créditos Destinados a Gastos Reservados. Un nombre que esconde lo que antes se conocía como de secretos oficiales y que tiene entre sus competencias controlar las actuaciones del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el espionaje español. La votación ha deparado dos novedades. ERC entrará en el órgano por segunda vez. Y la diputada que más votos ha cosechado ha sido la portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero.

La nueva número dos del grupo confederal será además la única mujer en la comisión, excepción hecha de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, quien preside a su vez el órgano más estanco de la Cámara baja. Sus deliberaciones son secretas y sus miembros tienen obligación de no revelar la información que allí se les traslada.

La votación se ha celebrado este miércoles tras los actos oficiales de la recepción al presidente de Argentina, Mauricio Macri. Los diputados, llamados por orden de lista, han votado en urna, un método que se utiliza en contadas ocasiones en el Congreso.

El escrutinio ha deparado un resultado inesperado. Irene Montero ha recibido 328 votos. Ha sido la más respaldada de las personas que integrarán la comisión. Con un apoyo menos, tres hombres: Rafael Hernando (PP), Antonio Hernando (PSOE) y Aitor Esteban (PNV). 326 sufragios ha logrado Juan Carlos Girauta (Ciudadanos), 301 Jordi Xuclá (PDeCat, la antigua Convergència) y 297 Joan Tardá, el portavoz de ERC.

Precisamente Tardá es la otra gran noticia del día ya que ERC vuelve a entrar en una comisión a la que ya tenía derecho en el pasado, pero cuyo acceso había sido vetado. 

ERC tuvo un asiento entre 2004 y 2008. Pero en la legislatura 2011-2015, la primera de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, el PP usó su mayoría absoluta para impedir a los republicanos acceder a la comisión, pese a que los catalanes lograron en las elecciones del 20 de noviembre de 2011 grupo parlamentario propio. Entonces, el PP alegó que los independentistas catalanes podían trasladar la información reservada a los miembros de la coalición abertzale Amaiur, que integraba a los herederos de la antigua Batasuna.

Luego, en la fallida legislatura de 2016, el PP se negó a renovar la comisión de secretos mientras no se produjera una investidura que nunca llegó. 

Ahora, el PP no ha tenido más remedio que aceptar lo que antes había rechazado. Ciudadanos, por su parte, se ha mantenido en el no a Tardá.

En situación similar está Xuclá. el representante del PDeCat fue vetado en el pasado para la Mesa del Congreso por su perfil independentista. Ahora, pese a que la antigua Convergència ni siquiera tiene grupo propio y está integrada en el Mixto, su representante sí ha sido aceptado. A diferencia de ERC, la antigua CiU siempre tuvo acceso a la comisión de secretos oficiales.